Narra Amelia.
Cuando vuelvo a tener visibilidad me encuentro en el palacio, sin embargo el palacio se ve más limpio y cuidado, como si la maldición no existiera. Veo gente paseando por los jardines, personas de servicio atendiendo a los que parecen ser invitados y yo sigo siendo un fantasma para todas las personas.
Decido entrar en palacio y buscar al que en la actualidad sería la gran bestia. Busco por los pasillos, salones, habitaciones y no lo encuentro hasta que oigo.
"Debes llevar esto a los aposentos del príncipe, él así lo requiere"- una mujer mayor le ordena a una jóven que lleve unas telas y yo aprovecho la oportunidad para seguirla y encontrar a nuestra bestia.
La doncella toca unas puertas enormes y espera paciente hasta que le dan permiso para entrar.
Hace una reverencia.- "Señor traje lo que pidió"-él asiente de espaldas a la puerta, la doncella deja las cosas en la cama y sale apresurada del cuarto.
Intento hacer que me vea pero lo único que consigo es fracasar en todos mis intentos. Estaba haciendo el pino cuando alguien toca a la puerta de nuevo.
"Adelante"- dice él impertérrito.
En la sala se hace presente un señor mayor y dice: "Señor, ha llegado la visita que esperaba.- El príncipe asiente.
"Hazla pasar."
El hombre sale y vuelve a entrar con una mujer que me resulta muy familiar, mientras tanto yo estoy en el suelo sentada en medio de la sala y de repente hago una pedorreta. Mi acto hace que la mujer detenga su camino y mire en mi dirección, yo me asombro por eso y me entra el miedo de que ella pueda verme y hacerme algún daño, luego recuerdo que son inmaterial y se me pasa.
"¿Ocurre algo?-pregunta nuestra bestia, por cierto en ese cuerpaso yo le daba un bocadito y mojaba pan si hiciera falta, mmm pan... espera ¿qué?... ya estoy dispersa al final va a ser verdad eso de que tengo déficit de atención.
La mujer me mira, sonríe y me guiña un ojo.
"No ocurre nada, mi señor"- se vuelve hacia él.- "Solo procuraba que ningún oído indiscreto escuchara nuestra conversación."
"Si va por mí no esperes que me vaya, no me puede ver y soy una cotilla de pacotilla... a parte."- estrecho mis ojos a ella que aunque no me mira se que me está escuchando atentamente.- "Creo que nos conocemos... tu ..."
Ella se quita la capucha que cubría su rostro y la veo, no puedo creer lo que veo.
"¿MAMÁ?"- sí definitivamente es mi madre, porque me echa un último vistazo antes de acercarse al príncipe y prestarle toda su atención igual que hago yo para que él no sospeche.
"Usted dirá, ¿Qué desea de mí, señor?"
"Te he hecho llamar porque se rumorea que eres una bruja".-mi madre se tensa ante sus palabras.
"Si pretende que avale o desmienta esas palabras está usted muy equivocado, debería haber llamado a la Santa Inquisición si sospecha esas cosas."
"No se ponga así, no la he hecho llamar por su condición mágica, bueno sí, pero es para pedirle ayuda. Hace un tiempo atrás me hizo una visita una mujer que aseguraba ser una vidente y me rogó que le permitiera leer mis manos, la anciana parecía inofensiva y lo permití, lo que ella presagió a día de hoy me mantiene preocupado y tomé la decisión de hacerla llamar para saber si usted tenía algo que pudiera servirme."- mi madre levanta una ceja a modo de: tú eres tonto chaval.
"¿Qué le dijo esa mujer?"
"Me habló de una maldición y muchas desgracias ¿Puede corroborar lo que dijo?"
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El camino de rosas.
FantasíaLa leyenda dice que un príncipe será convertido en bestia para así poder derrotar las fuerzas del mal que acechan al reino y al mundo, también dicen que una joven de pelo blanco será su gran compañera para lograr superar la heroica prueba de nuestro...