PRÓLOGO

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Primero de todo gracias personita maravillosa por pararte a leer, esta historia, no te voy a mentir, quiero que sientas mil emociones al leerla, que te transportes a su mundo, que te rias y te divirtáis con ellos, que llores y te enfades, que sientas el amor y el asco, que ames y odies a los personajes con toda vuestra patata, y de verdad que espero que puedas sentir esta historia tanto como yo la siento escribiendola, ¿Preparados?.

Debo admitir que todo era perfecto, no podía quejarme de nada en absoluto en mi vida, unos amigos perfectos, junto con una vida perfecta, hasta que paso, lo único que no me esperaba para nada. Lo que no sabia era que iba a recibir unas de las noticias que cambiaría mi vida, y mucho menos de lo que me espera en la nueva.

-En una semana nos mudaremos a Los Ángeles Charlie, lo tienes que entender, es por la oferta de tu padre y no ahí vuelta atrás, lo siento hija - escucho como dice mi madre como si fuera tan fácil como solo mudarnos, como si fuese fácil dejar toda una vida llena de recuerdos, dejar a mis amigos, mi instituto, MI VIDA JODER MI VIDA .

Me quedo mirándola como si no pudiera hablar como si todo se hubiese parado a mi alrededor y de repente todo se me vino encima, quería decir de todo y explotar.

-No es justo mamá, no quiero dejar mi vida atrás por la maldita oferta, será que no estamos bien aquí en florida ¡No lo entiendo, tenemos una vida perfecta! Este es mi último año de instituto mama porfavor - sonaba egoísta pero es que era la verdad teníamos una buena vida, cuando la pequeña empresa de papa salió a bolsa, pudimos estar en un buen nivel de vida, no ricos pero si con dinero.

-Estoy harta Charlie, te crees que a los demás nos resulta muy fácil dejar nuestras vidas, pues no hija no es nada fácil, es una situación complicada en la que la familia debemos de estar unida y apoyar a papa, ve a tu habitación y descansa, o queda con tus amigos, cariño intenta disfrutar de tus últimos días aquí, es por tu bien - me levanto del sofá y me dirijo a mi habitación cojo los audífonos y el móvil y me salgo a la calle.

He decidido que voy a llamar a Dafne, esta es mi mejor amiga desde el jardín de la infancia, ella me ayudó a quitarme una astilla de madera que me había hincado, y desde ahí somos inseparables junto con mi otra amiga Betsy, la cual conocí en preescolar, y las tres hemos sido inseparables hasta ahora, no se como se van a tomar la noticia.

Saco mi teléfono movil, y marco el número de Dafne, a los segundos noto como la espera finaliza, y esta coge el teléfono

-Hola Charlie dime - me contesta la llamada con un gran tono, pero a mí se me escapan las lágrimas y pequeños sollozos salen de mi boca y ella parece notarlo - Charlie, estas bien.

-No Dafne, ¿podemos vernos? - digo lo más clara posible.

-Claro mi vida, ¿necesitas algo? - ya que se lo voy a contar a Dafne necesito que Betsy también se entere.

-Avisa a Betsy y venís las dos - intento que no se me quiebre más la voz al hablar.

- ¿Dónde quedamos Charlie? - me pregunta Dafne con un tono de intriga.

-Donde siempre - le contesto dándole la instrucción de que las espero allí, y cuelgo.

Echo a andar hacia nuestro lugar, una cafetería que ahí en la ciudad donde siempre venimos las tres a pasar el rato, y a despejarnos cuando lo necesitamos, pertenece a la señora Robbinson una mujer de mediana edad que siempre tiene una sonrisa en la boca.

Al entrar a la cafetería las veo sentadas a ambas en nuestra mesa del fondo, me acerco e intento dedicarles una sonrisa.

- ¡Charlie me has preocupado! , ¿Qué ha pasado? - me pregunta Dafne, se le ve bastante preocupada, al igual que Betsy, la cual está esperando una respuesta de mi parte.

-Chicas os he reunido porque os tengo que contar una cosa, y tenía que hacerlo en persona - dejo un tiempo para que me confirmen para seguir.

-Habla ya! - me exige Dafne

-Pues chicas, me mudo a Los Ángeles - Estas se quedan muy paradas, pero de repente Betsy empieza a reírse.

-De que mierda te ríes Bet - digo con mi mayor tono de indignación.

-Nos estas tomando el pelo Charlie, tú, mudarte a Los Ángeles, enserio - observo a Dafne quien me mira con los ojos brillosos con un toque de esperanza.

Mi reacción es echarme a llorar, las caras de las chicas cambian radicalmente.

- ¿Es enserio Charlie...? - pregunta Betsy como si se le fuese la vida en ello.

-Si, le han ofrecido una gran oferta a mi padre de trabajo, y pues mis padres...-intento seguir hablando, pero me es imposible ya que se me rompe la voz.

Las tres nos abrazamos por unos minutos que se nos hicieron eternos, sabemos que la distancia no podrá con nuestra amistad, pero aun así es duro saberlo y asimilar la situación.

-Nada podrá con nosotras, y mucho menos la distancia - dice Dafne sin parar de llorar.

-Eso está claro siempre va a ser siempre chicas - digo yo intentando sacarles una sonrisa a las chicas.

-Os adoro muchísimo - dice de repente Betsy.

Una cosa estaba clara, y era que esa tarde de verano, la vida de Charlie iba a cambiar por completo, y ella no sabía lo que estaba por venir.

Ya ha pasado una semana, mi última semana aquí en Florida, y la he intentado disfrutar lo máximo posible.

- ¿Charlie hija tienes todo empaquetado? - me pregunta mi padre desde la planta de abajo.

-Si papá, tengo todo empaquetado - digo mirando por última vez la que ha sido mi habitación por 17 años de mi vida, la cual yace completamente vacía, solo queda en ella un dibujo en mi pared, Somos Dafne, Betsy, y yo, lo hice cuando tenía 7 años y ahí sigue intacto y con el mismo recuerdo, al que le digo adiós.

Al bajar me subo al coche de mis padres, rumbo al aeropuerto.

Adiós Florida, hola Los Ángeles.

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