Fanboy [Kiribaku]

Parte Única.

- RED RIOT, EL HÉROE SENSACIÓN: nuevamente ganador del ranking del héroe favorito de la semana. Más de alguno conocerá al héroe novato de sonrisa afilada responsable de múltiples rescates, además de corazones rotos, su radiante personalidad ha encantado tanto a jóvenes como adultos, a pesar de este solo poseer él quinto lugar en él ranking de héroes, su popularidad está por los cielos, aquí uno de los vídeos con más visitas en las redes sociales donde nuestro amigable héroe favorito saluda a niños de preescolar.. -

- Felicidades héroe favorito -ironizó una voz profunda.

- No empieces Dynamight.. Sabes que me gusta la atención, pero ya van tres semanas, ¡Ni siquiera me propongo ser el favorito! -bufó el pelirrojo, formando un puchero en sus labios.

- Todos los héroes son iguales, terminan siendo foco de todos los malditos noticieros, por eso yo no me meto en esas mierdas -los fornidos brazos del chico de capucha y antifaz se cruzaron, fijando sus ojos rojos como la sangre en aquella pantalla gigante que transmitía esa noticia a todo transeúnte que pasase por el lugar a esas horas de la noche.

- Es injusto -balanceó sus pies en la orilla del edificio el héroe rojo despreocupadamente, como si no temiera caer al vacío- Los vigilantes como tú no pasan por esto -sopló uno de sus mechones rojizos que lentamente comenzaba a bajar, después de un duro día de trabajo él gel solía desaparecer, y al tener el cabello bastante largo, era aún más difícil de manejar- aunque entiendo que no te guste las cámaras, sigo sin comprender porqué no quisiste convertirte en un héroe profesional -su rostro se ladeó, y sus ojos se fijaron en él chico parado a su lado- ¡La inteligencia y habilidades no te faltan!

El proclamado vigilante rodó los ojos por la pregunta.

Los vigilantes eran escasos en esa sociedad llena de héroes que nunca necesitaban de sus servicios, pero ese muchacho era uno de los pocos que aún mantenía viva la tradición de los conocidos vigilantes, o como muchos solían llamarles "héroes ilegales", porque si, éstos eran ilegales, pues no poseían un título de héroe como tal, ni mucho menos una licencia que les permitiera utilizar su kosei en las calles, muchos de éstos terminaban siendo arrestados, con multas muy altas o sentencia de unos meses en la penitenciaria local, pero al joven le importaba una tremenda mierda. Incluso había osado en preparar su propio traje, similar al que tendría un héroe profesional, con la diferencia que este tenía el principal objetivo de ocultar su identidad, consistía de unas botas altas de color negro con zuelas naranjas, pantalones negros, un cinturón con granadas, algo similar a una chaqueta sin mangas con capucha color naranja oscuro, bajo esto una simple camiseta negra de mangas largas y cuello alto y ancho, para terminar en guantes negros de palmas naranjas y unos prototipos de granadas en sus muñecas que ayudaban a controlar su Quirk, obviamente sin olvidarse del antifaz que ocultaba dos cuartas partes de su rostro.

El vigilante gruñó por lo bajo, evitando la mirada ajena a toda costa, los tiernos ojos grandes y expresivos del héroe profesional podían hacerlo hablar más de la cuenta si no se cuidaba, el pelirrojo tenía un gran poder sobre el chico de antifaz, siempre lo había tenido, no por nada él también había votado para que el contrario saliera electo como el héroe favorito por tercera semana consecutiva, no le gustaba ni tampoco compartía su profesión de héroe, pero era uno de los pocos que consideraba auténticos desde un principio en esa sociedad de mierda, su vocación por su trabajo era realmente palpable cada vez que salvaba a uno que otro civil, no fingía sonrisas cuando las cámaras no captaban sus acciones heroicas, y muchas veces lo vio preocuparse por cosas que no estaban dentro de su deber, siempre se encontraba sirviendo al prójimo solo por la satisfacción de ver sonrisas en los rostros de los civiles, aunque eso no le quitaba que como cualquiera le gustara recibir atención de los medios, era normal para lo que implicaba el trabajo de un profesional, pero algo había en ese pelirrojo que lo hacía aceptar el respeto que tenía por el hombre.