Enmerald es una ciudad regida por la magia, bestias y otras criaturas que se mantienen ocultas ante el ojo humano.
Selt Riquelme es una chica de 16 años que se enfrenta al despertar de su magia, y un secreto familiar que está relacionado con extraño...
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Tarde, 14 de mayo 1728
Selt Riquelme
Antes de que caiga la noche emprendo mi camino de regreso, pero en vez de tomar rumbo a casa me desvió por otro sendero que me lleva directo a uno de los callejones de la ciudad que han sido abandonados y que dan entrada al boscaje. La hierba cubre por dispersas partes el suelo, es un lugar muy poco transitado y la naturaleza de a poco parece reclamarlo. Giro a la derecha y agilizo el paso. Esta parte del callejón es frecuentado por borrachos, y desaliñados. Me escabullo entre ellos casi que corriendo, aguanto un poco la falda de mi vestido para que no entorpezca con mis pies. Unos pasos más, y cruzo a la izquierda y la aglomerada calle me recibe. El cielo se ha teñido de naranja, debo apresurarme para regresar a casa.
Cruzo en el momento en que no viene ningún carruaje a ambos lados de la calle, mantengo un ritmo agitado al que mis pies no están acostumbrados. Los zapatos comienzan a maltratarme con cada firme y rápida pisada que doy.
Olvide por completo que me reuniría con Mia De La Rosa en el puesto de una adivina que es ciega pero a través del tacto puede leer el futuro. A mi amiga se la ha metido en la cabeza conocer su futuro. Es una pantera muy terca cuando quiere algo lo obtiene por los medios que sean, y mi retraso será cuestionado.
De este lado del centro de la ciudad se encuentran los callejos más transitados y comerciales llamados el mercado negro de la magia, donde se puede encontrar de todo: desde una maldición hasta un viaje en segundos de un sitio a otro. Aquí todos me conocen, y se puede decir que es seguro. En ocasiones mi madre me envía a buscar sus pedidos a este lugar.
Esta es una hora en que el callejón es más visitado, cuando comienza a caer el atardecer se da inicio a una vida nocturna que puede resultar peligrosa por la cantidad de forasteros que vienen. Pero hoy, solo puedo ver como todos los puestos son recogidos con premura. Mientras que yo avanzo hacia adelante, muchos otros se dirigen a la salida sin tener cuidado de quien se pueden llevar por delante. Tengo que hacerme a un lado para no ser atropellada por un par de personas.
Que extraño.
Los callejones son como un laberinto, el lugar de encuentro con Mia es, tomando el primer giro hacia la izquierda, izquierda, sigo de largo y luego a la derecha. Esta zona está deshabitada por completo, el puesto de la adivina que consiste en una mesita redonda se encuentra destrozada justo donde está la forma de un hombre atrapado entre las rocas que conforman la muralla del callejón. Y así, todos los puestos de mercancías que antes exponían un sinfín de amuletos, libros, partes de animales...
Todo está destruido.
¿Qué ha ocurrido aquí? Es extraño que no haya nadie.
— ¡¿Selt?! —giro al escuchar la voz del canciller de los Guardianes en la ciudad.