El sexto sentido de Randou se encendió al ver como un niño desconocido y lleno de vendas tomaba de la mano a su hijito, su Chuuya. Inmediatamente se acercó y le separó las manos, pero Chuuya hizo algo que lo dejo con la boca abierta. El pelirojo volvió a tomar la mano de Dazai y lo alejo, ¡A él!, ¡A su propio padre!
—¡Papi no llores!
—¿Quién es ese mocoso?
—Este mocoso es mí novio
—..Chuuya
—Perdón Dazai
—¿¡Cómo que es tu novio!? Son unos niños
—Eso no impide que sintamos amor
Susurró el castaño mirando mal al adulto, suegro, enemigo, o como sea que se le pueda llamar
—Tú cállate
—Papá, no le hables así, es un niño y además mí futuro esposo
—..¿Qué él será tu qué?
—Su futuro esposo, sordo. Chuuya, algo me dice que a tu padre le queda poco tiempo ya
—..Mocoso mal educado
—Anciano sordo, afeminado y feo
—¡Ya paren o me pongo a llorar!
—Perdón
Susurraron ambos mirando el suelo