°【Capítulo 7】°

1.6K 248 106
                                    

Recostado sobre su cama boca arriba, se encontraba sosteniendo su celular con ambas manos posicionándolo frente a su rostro. Era día de semana, pero no había podido asistir a clases por temas de salud. Le dolía la cabeza, su frente se encontraba caliente y la nariz le moqueaba. En fin. Solo se trataba de un resfriado común que estaba asociado a su afán por ir descalzo por toda la casa.

Y, no teniendo nada mejor que hacer ahí, ocupaba su celular para observar a aquella chica de la cual su amigo le había hablado.

Debido a que no tenía Instagram, Naruto veía los pantallazos que Sasuke le había enviado, los cuales le había pedido con la excusa de verla mejor. En aquellas imágenes observaba el perfil de la chica, la cual era rubia y poseía ojos azules al igual que él.

— Ino...

Susurro. Ese era el nombre de la rubia. La mujer con la que su amigo llevaba hablando desde hace más de dos semanas por aquella red social. Esta era bastante atractiva. Delgada, cuerpo bien proporcionado, facciones delicadas, rostro sin imperfección alguna, simplemente perfecta. Y para Naruto, quien había crecido con una inseguridad exageradamente elevada respecto a su cuerpo, ver las fotos de aquella chica le deprimió bastante.

Estaba mal compararse con otra persona. Todos somos diferentes. Pero no podía evitarlo sabiendo que Sasuke había demostrado un interés inusual en ella.

Perfecto. Ahora se sentía peor que al principio y no era por el resfriado.

Liberando un suspiro desganado, el blondo dejo de observar aquellas imágenes que solo lograron asegurar la belleza de la fémina e incrementar sus inseguridades. Para su suerte, un ataque de tos le hizo olvidarse de ello, obligándole a soltar su celular para cubrir su boca. Se sentía un poco mejor, pero su rostro seguía ardiendo por la fiebre. Quería destaparse producto del calor que le invadía, pero tenía claro que eso solo empeoraría su estado.

Optando por la mejor decisión, deposito su teléfono en su mesita de noche que se hallaba a un lado de su cama. Acomodo las frazadas y se acurruco en ella para luego cerrar sus ojos. Tenía la intención de intentar conciliar el sueño, sin embargo, su idea se vio frustrada al escuchar el timbre de su casa.

Aquel ruido resonó en su cabeza y le ocasionó una punzada en ella.

Maldijo entre dientes mientras se levantaba con pereza y caminaba a paso lento hacía la puerta.

Con disimulo, Naruto asomó su rostro por la ventana que se encontraba frente a la puerta para cerciorarse de que quien había tocado el timbre no fuese un vendedor o los testigos de Jehová. A estos últimos los odiaba con su vida ya que el vendedor se iba luego de un minuto, pero los testigos de Jehová podían pasarse más de diez minutos frente a tu puerta, al acechó y espera, como si supieran que en realidad si estas en casa, pero no quieres abrirles.

Sorpresivamente, quien se encontraba fuera de su casa no era lo que él pensaba. Se trataba de Sasuke, quien se supone que debería estar en el colegio, en clases. Aquello era sospechoso.

El doncel paso saliva por su garganta para posterior a eso aclararla. Ordeno un poco su rebelde cabellera y abrió la puerta. No espero a ver a su amigo. Giro sobre sus talones y se dirigió a la sala principal donde tomo asiento en uno de los sofás que había en esta.

No paso mucho tiempo antes de que escuchara la puerta cerrarse y unos posos que se dirigían hacia donde él estaba. Unos segundos después, el Uchiha hizo aparición y el rubio no tardó en hablar.

— ¿Qué haces aquí? —pregunto sin rodeos. No era que le molestase su presencia, sino que le extrañaba que estuviera ahí cuando debía estar en clases.

No te enamoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora