El viernes por la tarde está muy feliz, hasta ella misma se ha dado cuenta que esta semana ha sido buena, no ha peleado con nadie, se siente muy tranquila. Estos buenos sentimientos se multiplican por mil cuando ve el mensaje de Manu diciéndole que si no tiene nada que esta tarde la va a buscar en media hora. El chico vuelve a tener la casa sola, y sabe que tiene un rato para preparar la casa antes de ir a por Laura. Coge los pétalos de rosa de tela que tiene su madre en un jarrón guardado y los esparce por la cama, que suerte tiene que su madre le comprara una cama grande. También pone un ambientador y varias velas apagadas a lo largo de la habitación. Cuando está terminando de preparar se da cuenta que ya debería estar en casa de Laura, se echa colonia y sale rápidamente. Llega 15 minutos más tarde, pero la chica se lo perdonará cuando entre en la habitación que le ha preparado Manu. - Esto es solo para nosotros- dice Manu con la voz ronca por los nervios, le brillan los ojos. Según lo dice, la coge por detrás, Laura se ha quedado sin palabras, no se esperaba nada de esto, una cena o algo lo vería normal, pero nunca se hubiera imaginado algo parecido. Laura se sienta en la cama y Manu activa la música romántica lo que hace que se empiecen a dar muchos besos, esos besos irán bajando hasta que uno le quite la camiseta al otro. Enseguida las manos de chico están encima del sexo de la chica, sabe perfectamente dónde dar, no es la primera vez, aunque los dos siguen siendo vírgenes. Justo cuando la chica va a llegar, el chico para, quiere jugar un poco. Manu sale entonces de la habitación y Laura se queda desconcertada, pero enseguida vuelve con un pañuelo de seda. - ¿Confías en mí? - le pregunta Manu - Claro- Responde extrañada En ese momento le tapa los ojos y la empieza a acariciar por todo el cuerpo. Se siente indefensa, pero no en sentido negativo, sino sabe que lo que va a venir la gusta mucho, pero no sabe con certeza lo que va hacer. En ese momento, el chico se aparta un poco para empaparse las manos en aceite corporal y extenderlo por todo el cuerpo de Laura, especialmente se para y masajea las tetas, aunque no son muy grandes, ni muy pequeñas les encanta. De repente le cambia de posición y le pide que se junte las tetas y le hace una cubana, después de varios orgasmos, se quedan dormidos. Suena un móvil en la habitación, se despiertan asustados y desnudos intentando adivinar de dónde viene la música. - ¿Sí? - responde Laura adormilada. - Hija, ¿dónde estás? - te he puesto un montón de mensajes y no me has contestado. - Estoy con Manu, que hemos merendado. Me había dejado el móvil en el salón y no lo había visto- miente la chica. En media hora ya está de nuevo en su casa, piensa que la van a regañar, pero no es así, solo le preguntan cómo se lo ha pasado y que van a cenar en 20 minutos, les gustaría que estuviera preparada. "Que raro" piensa al ver la actitud que han tenido sus padres. Esa noche tiene muchas pesadillas y no ha dormido mucho, para acabar mal la mañana ha recibido mansajes privados por Instagram de gente llamándola anoréxica, puta o sobrada por estar saliendo con Manuel. No sabe de quienes son, pero ya está cansada de recibirlos, pensaba que esa etapa de su vida había cerrado. Además de esto, los exámenes finales han salido muy mal, le van a quedar varias asignaturas ya no sale de fiesta, no le gusta ese ambiente, porque ya no consigue evadirse. Justo antes de comer la llama Manu y terminan discutiendo porque no lo había contestado diciéndola que él la quería mucho. Sus padres no están en casa y recibe un correo de una profesora diciéndole que su asignatura la ha suspendido. No puede con esa situación, mira hacia la calle, no está muy transitada; sólo puede pensar que Manu está con ella por placer, y que nadie la quiere de verdad. Entonces cierra los ojos y salta. Se despierta unas horas más tarde, todo ha sido una horrible pesadilla, o al menos eso cree, mira a su alrededor, ve todo blanco, ¿dónde está? Enseguida aparece un enfermero que le cambia las vías que le están administrando calmantes para el dolor y suero. Se da cuenta también que tiene una escayola en el brazo derecho y en la pierna izquierda. En ese momento entra el médico y la ve. - Veo que ya te has despertado- dice el doctor Sorando- ¿Qué tal te encuentras? - Bien- dice Laura recuperándose del susto- ¿dónde estoy? ¿Qué hago aquí? ¿Dónde está Manu, mi novio? El médico le coge la mano para tranquilizarla, le explica lo que ha pasado y le comenta que está fuera una mujer (su madre) y un chico que cree que es su novio, que cuando se tome las pastillas podrán pasar a verla. Su madre, cuando entra la da muchos abrazos y hablan un rato, se da cuenta que tiene los ojos rojos, ya que no ha parado de llorar en esas horas de incertidumbre. Manu también tiene cara de cansado, ya que ha estado consolando a la madre hasta que Laura se ha despertado. Antes no se conocían, pero se ha dado cuenta que es una mujer muy exigente, que sólo busca lo mejor para su hija. Los novios hablan un rato, se dan un par de besos, aunque Laura está muy cansada, así que Manu decide irse a casa. - Deberíamos dejarla descansar- dice Manu saliendo de la habitación- Me voy a casa, cualquier cosa me llamáis- dice a los padres de Laura. - Te acerco a casa- interviene Samuel, el padre- María, su madre, se quedará con ella, yo también necesito descansar. Al principio el chico se opone, pero termina cediendo. En el trayecto hablan un poco, y se da cuenta que Samuel no es tan duro como Laura dice, sino que busca lo mejor para su hija, aunque a veces no sabe cómo. Al padre se le nota cansado, traba muchas horas para sacar su familia adelante, aunque no siempre es fácil. - Es aquí- dice Manu interrumpiendo el silencio que se había impuesto en el coche- Muchas gracias por traerme. - Gracias a ti por cuidar de Laura- dice Samuel con la voz rasgada a punto de llorar- Se nota que la quieres mucho. Tiene suerte de teneros. Se hace otra vez silencio en el coche, pero esta vez no hay tensión, se respira tranquilidad y familiaridad. El padre justo cuando va a salir Manu del coche le dice "Sabes que nuestra casa es tu casa, además toma mi número, si necesitas algo me llamas". El joven toma el papel desconcertado y se va hacia la puerta de su casa. Cuando va a entrar saluda con la mano y dice "gracias" muy bajo, el hombre, aunque no le ha oído intuye lo que ha dicho. Esa noche, los padres de Laura lo pasan en el hospital, uno duerme en la cama para los acompañantes y el otro en el sofá. Laura se desvela varias veces por el dolor y por todas las ideas que están rodando por su cabeza. Al día siguiente por la mañana va un psiquiatra a verla, para darla unos antipsicóticos, que se van a tomar hasta que salga del hospital. Es un hombre muy majo, Laura al principio pensaba que los psiquiatras eran sólo para los manicomios, pero este le ha caído muy bien. Mientras esté en el hospital van a ser las enfermeras las que se lo van a administrar. Por la tarde, empieza a ver todo con un poco más de claridad, sobre todo cuando le traen la merienda y le cambian la vía. - ¿Eres de mi edad? - pregunta Laura a la enfermera- ¿estás de prácticas? La enfermera se ríe y contesta que si, que tiene 20 años y que está de prácticas. También le cuenta que se llama Gloria y que va a estar durante este mes de prácticas en esta planta por lo que la verá mucho por aquí. Laura agradece mucho que haya alguien de su edad, ya que todos los médicos y enfermeras superan los 40 años. Los días que pasa en el hospital, se hacen muy amigas, aunque normalmente les dicen que no den datos personales a los pacientes intercambian los Instagram y los números de teléfono. Suena la puerta de la habitación, sus padres han salido a tomar algo a la cafetería del hospital, y normalmente no llaman al entrar, igual con los médicos y enfermeros. - Soy Juan- dice la voz al otro lado de la puerta- ¿Puedo pasar? - Sí- responde entusiasmada Laura que no se puede creer que esté con ella. Se está dando cuenta que se cómo un padre para ella, le está dando una nueva oportunidad, una nueva vida. Cuando entra el psicólogo se acerca y la chica le da un abrazo, aunque casi no se puede mover. El hombre va fuera de sus horas de trabajo, siempre ha visto un fondo y una luz muy especial en Laura. A pesar de todo, ve un progreso y piensa que este momento va a ser decisivo en su historia. Piensa en lo que podría sentir Laura a tirarse por la ventana ¿lo sigue sintiendo? No quiere hablar de ese tema todavía hasta que no esté preparada. Pasan las semanas, el grupo de WhatsApp de sus amigas no para de sonar todo el día y eso que sólo son 3, cuando pueden van a su casa a verla. Manu también pasa bastante tiempo en su casa, pero tiene que estudiar. Laura no sale de casa, le da miedo lo que la gente, vecinos, compañeros de clase digan sobre ella. Tan obsesionada está por el que dirán que incluso las sesiones con el psicólogo han pasado a ser dentro de casa. Por suerte, Samuel y María, ya no la presionan tanto, y la apoyan en todo. Además, han acomodado una habitación para cuando Juan viene a dar las sesiones, para que no estén siempre en el cuarto de la joven. - ¿Qué tal la ves? –Pregunta Samuel preocupado. - A ver está mejorando- dice mientras se rasca la cabeza- pero más lento de lo que yo esperaba. - ¿Cuándo podrá salir a la calle? - Eso- responde Juan dubitativo- No te lo puedo decir con seguridad puede ser en una semana, en dos o en meses. - Vale- dice un poco desanimado- Muchas gracias. De vuelta a casa, el chico no para de pensar en esa conversación ¿Debería hacer terapia con los padres también? Tiene que pensar en una estrategia dónde todos sufran lo menos posible. Laura, después de esto se tumba en la cama y se queda dormida, por lo que los padres tienen un momento a solas para hablar. - Estoy preocupado- dice Samuel- No sé si saldrá de está. Juan nos está dando falsas esperanzas. - No digas eso- le responde María- Es un profesional, además hay que confiar en nuestra hija, estoy segura que lo superará. Solo le hace falta cariño y tiempo. - Tú siempre ves el mundo de color de rosas- argumenta alterado el padre- ¿Y si nos quedamos sin hija? ¿Qué hacemos? - No sé- dice más preocupada que antes la madre- De momento no quiero pensarlo. Es nuestra culpa, si volviera atrás cambiaría muchas cosas.
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A pesar de todo estoy contigo
RomanceEn esta historia vas a acompañar a Laura en un proceso de autoconocimiento y superación a lo largo de su juventud. Va a estar acmpañada de su novio, de su psicologo y de sus amigas.