El despertar

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Louis no podía creerlo, ya había llegado el día en que comenzaría sus prácticas. Era como el primer día en la escuela, estaba deseando de usar las cosas y materiales que compró junto a Niall.

Se dirigía a la zona del hospital, pero quedó con el rubio omega para desayunar juntos antes de ir a la reunión que tenían antes de comenzar en e hospital. Estaba feliz, ilusionado, no veía la hora de comenzar. Quizás todos esos sentimientos venían de la admiración que sentía por su madre. Quería que ella estuviera orgullosa de él.

Al entrar a la cafetería se dejó envolver por el olor a café, dulces y el calor que hacía dentro del local...era de agradecer, ese día era frio.

Niall estaba con la cabeza sumergida en su teléfono y escribía a toda prisa. Su ceño estaba fruncido y pudo ver algo de tristeza en sus ojos.

-Buenos días Ni!!!- No pudo evitar decirlo con toda su energía. Su amigo levantó de inmediato la mirada y apartó el celular.

- Hola Lou-Lou- respondió intentando sonar más animado.- Nervioso???

Los chicos se enfrascaron en una conversación después de ordenar sus desayunos. Una vez en la mesa ambos comieron sus pedidos. El teléfono de Niall no paraba de recibir mensajes instantáneos, pero éste no los miraba, su semblante volvió a ser serio y preocupado. Louis lo dejó correr, pagaron y comenzaron a andar hacia su destino.

- Rubio qué ocurre? Está todo bien con tu alfa?- Louis no aguantó más, quería saber que tenía al omega tan preocupado, Niall no era así.

- Zain está bien, si es a lo que te refieres. Ayer estuvimos juntos, llegó bien- aclaró el chico.

- Me alegra oir eso... entonces qué te preocupa... las prácticas?

- Es...sobre Harry, Louis...- al oir esto, el cuerpo del omega se paralizó y su rostro cambió.

- Harry? Qué te ha hecho para que estés así?- quiso saber Louis.

- Verás...eh...Harry ha sufrido un accidente, aún no sabemos si a despertado. Zain hablará hoy con su familia para saber donde lo llevaron.- Explicó el rubio.

Louis no respondía. Su cuerpo no reaccionaba. Su omega le arañaba por dentro, sentía un dolor extraño, desconocía de dónde venía. Sólo sentía que necesitaba saber cómo estaba el alfa, ayudarlo, confortarlo...Besarlo? Niall veía como la cara de Louis reflejaba mil emociones diferentes pero el omega moreno frente a él no articulaba palabra.

Una vez junto al grupo de chicos y chicas que comenzarían las prácticas, se centró un poco más. Recibieron el protocolo y las áreas en dónde desempeñarían sus funciones. Nial estaría en pediatría, mientras que él iría al ala de personas ingresadas en Medicina Común. Allí sabía que se enfrentaría a diferentes patologías, curas, lesiones y dolencias.

La jefa de enfermeras, Lysa, resultó ser una beta encantadora, cariñosa y amable. Le recordó a su madre. Lo primero que le encomendaron era algo sencillo, medir la temperatura y las constantes vitales de los pacientes ingresados. Lysa al ver al joven omega decidido, lo dejó solo para que se encargara de todo.

Comenzó por número de habitación, comenzando desde la primera puerta que se encontraba más cerca del puesto de enfermeros hasta el final del pasillo que derivaba en una preciosa terraza.

El hospital era bonito, dentro de lo posible siendo lo que era, un hospital. Louis se acomodó su uniforme y se puso su identificador que le acreditaba como enfermero en prácticas.

Le resultó sencillo, la gente era amable y agradecida con él...el chico es educado y entregado. No era difícil sentir empatía por él.

Ya se acercaba al final de la planta, ese pasillo tenía grandes ventanas que daban una claridad inmensa al pasillo. Miró por el ventanal antes de entrar a la siguiente habitación, la 2412. Tomó aire y entró.

La habitación era como todas las demás, pero en ella sólo no había una cama, no habían dos pacientes. En la cama vio el cuerpo de un joven que se encontraba aparentemente dormido.

Ajustó su vista para poder ver en la oscuridad de la habitación. Tan sólo un aparato que marcaba los latidos del joven chico iluminaba la cercanía de la cama.

Se acercó a la cama aferrando el termómetro y su libreta donde apuntaba los datos que recogía de cada paciente. Volvió a respirar y entonces fue cuando lo notó...Ese aroma a madera, a menta...lo hacía sentirse bien. Llenó sus pulmones para albergar la mayor cantidad del olor posible, levantó su mirada y allí estaba él. Ese alfa que lo confundía tanto. Ese chico que le hacía girar sus emociones en contra de sus pensamientos. Porque eso es lo que provocaba Harry en él. Louis no quería eso, no confiaba en los alfas, ya había sufrido mucho anteriormente. Pero ese alfa lo hacía querer saltar al vacío aún sin saber lo que le esperaba abajo.

Alfa y Omega ( Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora