Victoria.

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En una habitación cualquiera, en un día como ninguno. 

Dos cuerpos se despedían sin saberlo.

Se supone que el primero en retirarse resultaba victorioso, pensó colocándose la ropa. Observó al chico dormido.

Se despidió de sus ojos gatunos y cabello azabache. Tomó sus cosas y preparó su adiós. Una angustia en el pecho. 

No tenían nada el uno del otro. Kim Mingyu. No había nada más que un mal sabor de boca.

Fue una buena historia, una intensa aventura, pero lo que los unió era lo mismo que los separaría. 

— Es tu victotia... 

Había caído en ilusiones y unos colmillos tentadores. Antes de irse, dejo un beso en su mejilla,  y como si quisiese ser recordado dejó un anillo olvidado. 

No miró atrás. No era lo suyo. No lo haría denuevo.

Antes que te vayas. - MeanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora