- ¡Voy a ganarte Natsu!
- Siento decírtelo Lissana. Pero yo la conozco mejor que tú.
- Muy bien...
- Entonces.
- Comencemos esta guerra amistosa - declararon ambos al mismo tiempo.
Ambos amigos de la infancia enamorados de una misma personas. Ambos...
El gremio de Fairy tail. Un gremio conocidopor ser el más ruidoso y fiestero del lugar. Y cómo siempre se encontraban festejando la victoria contra Tartaros.
Gray y Natsu luchando cómo ya era costumbre, de hecho incluso Gajeel se encontraba peleando contra ellos. Y en casos normales Erza detendría aquella pelea, pero se encontraba ocupada saboreando un pastel de fresa.
Por otro lado Cana competía contra Macao para ver quién bebía más. Lo digo en pasado ya que el "hombre" llevaba media hora desmayado mientras la castaña seguía bebiendo su preciada cerveza.
Wendy y Romeo estaban en una de las mesas del gremio jugando con Happy y Charle a tomar el té. Juego propuesto por la exceed de pelaje albino.
Por otro lado la albina menor se encontraba sentada en la barra con su hermana mayor al otro lado de la barra en frente suya. Mirajane se encontraba limpiando la barra con tranquilidad mientras tararea algo con un tono dulce.
Por alguna razón la albina menor, Lissana Strauss se veía extrañamente pensativa. Tenía su codo apoyado sobre la parte superior de la barra. Su mejilla apoyada sobre su mano. Su otra mano estaba sobre la madera de la barra, con sus dedos daba leves golpes contra la madera haciendo un poco de ruido.
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La mayor de las Strauss no tardó en darse cuenta que su hermana menor no se encontraba en el mejor estado posible. Parecía estar en su mundo, parecía ida, cómo si algo la carcomiera por dentro.
La albina de cabello largo miró con preocupación a su hermana. Algo malo parecía que le ocurría así que ella cómo buena hermana mayor debía velar por el bien estar de su querida hermanita menor. Frunció su ceño.
Mirajane llevo su mano hasta la frente de la despistada albina de pelo corto y con su dedo índice le pegó un golpe en la frente a su hermana menor.
— ¡Auch! — se quejó la menor de las Strauss.
Lissana inmediatamente llevó sus dos manos a su frente al sentir aquél dolor en su frente. Frunció notablemente su ceño e hizo una mueca de dolor. La menor abrió sus ojos celestes para ver a los de su hermana.
— ¿Por qué me has golpeado Mira-nee? — preguntó Lissana con pequeñas lagrimas saliendobdel borde de sus ojos.
La mayor de las Strauss sólo soltó ula leve risa ante la reacción de su hermana. Colocó sus antebrazos sobre la barra y arqueó su espalda hacia delante. Su mirada el interrogativa pero a la vez compasiva hacia su hermanita.
