•{Jungkook's Baby}• ~Jungkook y tu~

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Minutos después, un joven alto, delgado, castaño, de ojos marrones que te penetraban el alma apareció.

<Por favor, santa ramona, dime que él es el dueño de la casa.>

Estaba hipnotizada, apreciando cada mínimo detalle de él, sobretodo sus piernas y abdomen. Metió sus manos en los bolsillos del pantalón, inclinándose a un lado mirándome con una sonrisa ladina que me hizo salir del trance.

-Perdón por tardar tanto. Llegaste mientras me estaba duchando.- dijo después de dar un leve suspiro, para posteriormente sentarse en el sofá de al lado con los pies cruzado, las piernas ligeramente separadas y con los brazos apoyados en sus tonificados muslos - ¿Cuántos años tienes, _____?

-Lo ponía en mi ficha, ¿acaso no la leyó?- levanté una ceja y él pasó su lengua por el interior de su mejilla.

-¿Sabes? No me apetece empezar mal, porque tengo que estar contigo mucho tiempo. ¿Cuántos años tienes? Responde.

-Tengo 19 años. ¿Cómo se llama?- fruncí el ceño mostrando curiosidad.

-¿Estudias? ¿Vas a la universidad?- preguntó ignorando por completo mi pregunta.

-No, mi anterior daddy me pagó el máster de fotografía.

-¿No estudias? Entonces, ¿por qué estás en una agencia de relaciones mutuamente beneficiosas?

-Me temo que la respuesta a esa pregunta no tiene una gran importancia. ¿Cuál es su nombre?

-¿No te vale con solo llamarme ''daddy''?- negué con la cabeza -Me llamo Jungkook, Jeon Jungkook.

<Bonita cara, bonito cuerpo e incluso bonito nombre>

-Por cierto, soy un daddy que tiene reglas.- se levantó del sofá con las manos metidas en los bolsillos dejando sus pulgares fuera.

-¿Reglas?¿Qué clase de reglas? Mis daddies anteriores no tenían reglas.- lo reconozco, eso no me lo esperaba.

-Pero yo soy tu nuevo daddy, y a partir de ahora no me volverás a mencionar a ningún hombre. ¿Te quedó claro?- asentí con la cabeza, soltando un suspiro pesado mientras rodaba los ojos-

UNO. Siempre me llamarás Daddy; no puedes llamarme de otra forma amenos que la situación lo requiera o yo lo autorice. Si me llamas de otra forma sin ninguna de esas razones, serás castigada.

DOS. La polla de daddy es sagrada, y hay que atenderla cuando lo necesite.

TRES. No desobedezcas a daddy ni hagas que repita las cosas más de dos veces o habrá consecuencias.

CUATRO. Si crees que me sobrepasé puedes decirlo. Dime si herí tus sentimientos o tu cuerpo.

CINCO. No te tocarás sin mi permiso. Debes pedir permiso para tocar tus lindas partes íntimas.

SEIS. Durante el sexo, puedo prohibirte cosas como venirte, gemir, tocarme, moverte...- retiró un mechón de pelo de mi cuello para oler mi perfume y dejar una leve lamida en mi cuello-

SIETE. Siempre dirás la verdad, aunque eso cause un castigo, ya que si mientes, el castigo será peor. Siempre me entero de cuando me mienten- me guiñó un ojo acompañado con una sonrisa-

OCHO. Siempre di por favor y gracias cuando te mime y te dé cariño.

NUEVE. Nada de malas palabras.

DIEZ.- se colocó delante mía y se inclinó hasta quedar cara a cara, ya que yo seguía sentada -Serle fiel a tu sexi daddy.- agarró mi labio inferior tirando de él mientras se acercaba a mí lamiéndose los labios.-

-¿Qué quieres decir con ser castigada?- <¿debería tener miedo?...Nah>

-Pórtate bien y no tendrás que experimentarlo; pórtate mal y lo sabrás sin necesidad de que yo te lo explique. Sígueme te enseñaré tu habitación.

Se separó de mí guiándome a mi habitación. Era bastante grande. Tenía un baño y vestidor propio, además, toda mi ropa estaba colocada.