Suspiro único

1K 98 54
                                    

✨💞💕❤️Beteado por la hermosísima EarlyDays ❤️💕💞✨

¿Has leído ya el anuncio que publiqué más temprano? Si no es así, ¿podrías leerlo? Por favor 😋.

¡¡¡FELICES 150 (ahora 170) SUSCRIPTORES!!!🎉🎊🎉🎊🎉🎊🎉🎊🎉

Perdón por la tardanza, ya te habrás dado cuenta de que con lo que sucede no podría hacerlo más rápido 😢. Pero ahora está aquí, y no hay nadie que pueda detenerlo 😘.

Solo dos personitas dejaron claro lo que querían que regalara para celebrar este gran número, y vaya sorpresa (<- ok, tu y yo sabemos que no es así 🤣) ¿adivina qué ganó? Así es:

¡Smut  desvergonzado!

Jajaa, entonces, mi corazón pervertido, aquí lo traigo para ti, escrito desde lo más profundo de mi perversa mente 😏. Espero lo disfrutes tanto como yo lo hice escribiendo. Te dejo entonces, cariño...

Nos leemos abajo 😘.

* * *

La noche y el frío estaban comenzando a fatigarlo. El viento y el suelo resbaloso poco hacían a favor de su equilibrio o la cojera cada vez más pronunciada, pero debía continuar; detenerse desataría sin dudar el caos y la maldad. Sin embargo, desde hace algunas calles había perdido rastro de su perseguidor. No sabía a dónde iba, en dónde estaba o cuánto tiempo hacía falta para que finalmente estuviera entre las garras de aquel hombre malvado.

Watson tropezó, alcanzando apenas a sostenerse en la pared de un aparente edificio abandonado. La calle por completo desierta era más que un inicio de la hora. Cada farola apagada y el silencio penetrante que era cortado solo de vez en cuando por algún gruñido de animales y hombres callejeros delataba la clase de lugar en el que estaba. No era bueno. Su estabilidad social estaría en peligro si alguien por mera casualidad lo miraba correteando en esos oscuros y depravados rumbos. ¿Qué excusa daría entonces?

Al escuchar unos pasos lejanos luego de recuperar un poco el aliento, continuó con su carrera. Se había hallado entre su mapa mental y no sería difícil encontrar el camino correcto al 221B. Su perseguidor, como había estado demostrando durante toda la carrera, era un hombre sagaz. En más de una ocasión estuvo a punto de atraparlo, cortando la distancia usando callejones y atajos que el doctor obviamente no conocía. Ahora que tenía una pequeña oportunidad no quería desaprovecharla. 

Sus pies cansados, para su mala fortuna, no lograron ser de mucha ayuda. Para cuando sus alarmas se activaron fue demasiado tarde. 

Habiendo tenido ya pruebas suficientes para desconfiar de cada callejón, iluso y lento había cruzado uno sin tener las precauciones necesarias. Su arma, no importa cuantas balas tuviera, sirvió de nada al chocar contra el suelo. Agitado, queriendo gritar por ayuda, Watson susurró una maldición. En ese lugar decrépito y desahuciado, inundado en desdicha, no importaba lo que hiciera, si no era por su propia mano ninguna ayuda vendría a socorrerlo.

—¡Esta no es una pelea que ganarás, Bork!

Luchó, sin embargo, contra su captor. Las pocas fuerzas que tenía hicieron acto de presencia, pero no sirvió más que para ganarse una risa casi enloquecida del hombre. Pronto se vio acorralado.  La negrura del callejón, tapiada con espesas nubes de lluvia amenazante, le impedía ver más allá de su nariz. Sus manos atrapadas con firme agarre contra la pared, sostenidas encima de su cabeza que había perdido el bombín desde hace un buen rato, le provocó un temblor ansioso que pronto fue contagiado al otro hombre al momento mismo en que su cuerpo chocó contra él de la forma más obscena posible.

Oscuridad impíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora