Impulsos

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~deberías escuchar "If we have each other" de Alec Benjamin mientras lees esto.
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Chan no tenía planeado hacer las cosas así.

De hecho no tenía ningún plan, solo quería acercarse al de pecas como un amigo y conocerlo mejor. Llegar a saber si ese pequeño chico valía la pena para mostrarse como era en realidad y contarle sobre sus días buenos y días malos, tal y como desconocido lo hacía con sus cartas.

Pero la carta más reciente lo obligó a mandar los planes a la mierda.

Era primera hora de clases y ya el mensaje estaba en su casillero, por lo que esa carta había sido escrita con tiempo de anticipación.

El timbre que indicaba el inicio de las clases sonó y las amistades de Chan entraron directo al salón sin saludarse entre ellos, solo se miraban a los ojos los unos a los otros y así reflejaban el cansancio y sueño que tenían por las mañanas.

Chan no se movió de la puerta del casillero y esperó a que el pasillo estuviera solo, y comenzó a leer la carta.

Un golpe en la entrepierna le hubiera dolido menos. Para ser francos, si le hubieran dado a elegir entre si Félix tenía un día bueno o él recibía un golpe en los redondos, Chan habría elegido recibir el golpe en los huevos.

No podía creer lo que leyó y lo tuvo que leer tres veces para asimilarlo.

Debe sentirse de la mierda ahora.

Y haciendo una revición objetiva de los hechos, Chan tenía dos opciones:

1. Esperar a que terminen las clases y mejorar el humor de Félix casualmente, sin hacer notar que él había leído la carta y sabía lo que estaba sufriendo. Y luego está la segunda opción
2. Sacar al menudo chico de clases justo ahora y llevarlo a un sitio seguro, donde se sintiera mejor y poder confesar que conocía su identidad

Y en contra de la lógica, en contra de la voz de la razón en la cabeza de Chan, y en contra de lo más conveniente, el mayor tocó la puerta del salón de la otra clase

Le fue concedido el paso al aula y lo más rápido que pudo, buscó con la mirada al de pecas y lo encontró fácilmente.

Miraba hacia la ventana mientras que sus brazos estaban estirados en su mesa, jugaba con sus manos y dedos en un acto de nerviosismo, y Chan pudo jurar que Félix tenía la cara inflamada, como si hubiera llorado, y él sabía que lo había hecho.

-¿Qué se le ofrece tan temprano señor Bang?-
Le preguntó el profesor de griego con condescendencia, como si la presencia de Chan estuviera perturbando su clase.

-Buenos días profesor.- respondió Chan con una corta reverencia en muestra de respeto. -Necesito que el compañero Lee Félix me acompañe al consulado internacional de Australia ahora. Hoy es necesario que todos los australianos recidentes en Sur Corea renueven sus papeles de vigencia, y quería confirmar que Félix tenga sus papeles legales al día.

El profesor de griego era un hombre un poco entrado en edad y que no se dejaba tomar el pelo ni por sus propios hijos. Era el típico hijo de puta que le metía miedo a sus alumnos desde el primer contacto, pero que en realidad era un buen hombre, daba las mejores clases y te entrabas de todo.

Miró a Chan a los ojos y luego miró a Félix, que siquiera había notado la presencia de Chan en el aula o que estuvieran hablando de él.

-Joven Lee, puede irse con el joven Bang. Si terminan su mandado en horas de clases, tienen que volver al instituto.- volvió a poner sus ojos en Chan y dijo -mucha suerte.

Félix estaba confundido en un principio, pero tomó su mochila sin ser tocada todavía y se dirigió a la puerta junto a Chan. El mayor se despidió dando otra reverencia y diciendo gracias varias veces, el menor parecía no interesarle la razón de su salida.

"Notes" ~Chanlix~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora