Allí sentada en el muelle de madera que se adentraba en el lago, estaba yo, Charlotte. Cabello largo, castaño y liso; Ojos color miel; altura de 1,55. No sabía con certeza que iba a ser de mi futuro, me la pasaba día y noche con temor de no poder ser alguien en esta vida. Pero claro, mi madre siempre me decía "Con calma Charlotte aún tienes demasiado tiempo para pensar que quieres ser para el resto de tu vida, solo ten cuidado para que en un futuro no te arrepientas de lo que escogiste". Ella tenia razón, pues pensar tanto ya me estaba agobiando un poco.
Se estaba haciendo tarde; me fui del muelle para poder irme a mi casa, no quería que la noche me agarrara muy rápido ya que mi celular se había descargado hacia ya como 15 minutos.
Cuando llegue a casa, mi madre Martina estaba hablando por teléfono sobre un viaje que pronto iba a ejecutar en Alemania, sin embargo no le preste mucha atención a la situación, mi trabajo en ese momento consistía en seguir enfocándome en que poder hacer con mi vida, que realizaría durante todo este tiempo que me queda por vivir; Fui a la cocina para traer algo de comer a mi habitación, prendí mi computadora para ver que novedades habían aparecido en las redes sociales. -¡CHARLOTTE VEN!- Gritaba Mamá. Con prisa fui a donde estaba mi madre y un poco asustada le pregunte -¿Si mamá, que sucede?- Mi viaje se llevará a cabo el 20 de Mayo. Sorprendida revise el calendario que estaba colgado en la pared de la izquierda al lado de la puerta principal, faltaba tan solo una semana para que ella se fuera. Mamá me abrazó y me dijo - No te preocupes hija, solo me iré por un año, prometo llevarte a Alemania conmigo y así poder vivir una mejor vida de la que llevamos acá. - Pero mamá ¿Con quién me quedaré?- Pregunte un poco desanimada de lo que fuese a contestar ya que solo la tenía a ella; ella era la única familia que tenía. - Hija, tienes ya 16 años, supongo que no seria del todo una muy mala idea que vivieses sola-.
Subí a mi habitación, conecté mi celular a una toma de corriente y llamé a mi mejor amigo el cual lo conocía desde que teníamos 8 años, él tenia los ojos verdes y el cabello negro como la noche, le gustaba peinarse con un copete hacia arriba, es muy atractivo en si. - ¿Mande?- Respondió Cristopher, - Ah si h-hola Cris, necesito que hablemos un rato- contesté con la voz quebrada del no poder llorar abiertamente. El y yo duramos hablando por un largo tiempo. Me empezó a dar sueño y me despedí de el, con la excusa de que las ganas de poder descansar me pedían a gritos dormir y no despertar hasta después de descansar suficiente.
Al otro día me desperté, revisé mi celular y mire la hora "7:45am" decía. Sorprendida de haberme levantado tan temprano empecé a chequear mis mensajes de texto, el primer chat que aparecía en mi bandeja era de Cristopher el cuál decía, "Veámonos hoy en el muelle, te espero a las 9 de la mañana, te quiero". Me levante de la cama directamente al cajón de mi ropa y empecé a sacar lo que me iba a poner.
- Hija, ¿quieres venir? te tengo el desayuno preparado- Dijo mamá; con el cepillo de dientes en la boca le respondí -Espérame un momento ma, ya bajo-. Me bañé y me alisté lo mas rápido que pude y me dirigí a la cocina. Nunca tuve un desayuno como el que tuve aquella vez, me habían dado Tsukemono, el cual es un encurtido japonés de verduras. Se suele servir con arroz y algunas veces con bebidas.
Alcancé a sentir el vibrar de mi celular desde mi cuarto, me levante de la mesa y fui a coger mi celular, revisé las notificaciones y era de mi Cris diciéndome que dentro de poco estaría en el muelle. Acelerada de la glosa que me dijo no puede terminarme bien mi desayuno, me fui corriendo hasta la puerta de salida y mamá me dice - ¿A dónde vas y con permiso de quién?, me detuve a meditar en lo cierto que ella tenía razón, me voltee y le dije - Ma, me voy a encontrar con Cristopher en el muelle-, -Bueno si es con tu mejor amigo puedes salir, ese tal Cristopher me cae bien, cuídate y no vayas a llegar muy tarde-.
Agarré la perilla de la puerta y salí, me recorrió un poco de brisa fría por casi todo el cuerpo, esa sensación se me hacía muy agradable a mi parecer.Al cabo de 30 minutos llegue al muelle, no veía a Cristopher por ningún lado, solo veía a los árboles retorciendo sus hojas por los vientos fuertes que yacían por estos lados. Por un momento pensé que él solo me hizo venir hasta el muelle por tan solo hacerme una broma un tanto pesada, hasta que que sentí que alguien estaba detrás mio, voltee mi cabeza y lo vi. Me balancee encima de el, lo abracé tan fuerte que casi lo dejo sin aire -Hola Charlotte, la última vez que te vi no tenías tanta fuerza-, Impactada de poder verlo de nuevo no lograba de ninguna manera que me saliese palabra alguna, siempre que lo veía me emocionaba mucho, no sabía el por qué aun, tal vez era porque es mi mejor amigo, solo no lo sabia. Lo volví a abrazar y no pude contener esas ganas que tenía de llorar -¿Qué sucede amiga, es por lo del viaje de tu madre?- comentó Cristopher, -Siento que si, solo no imagino una vida sin ella a mi lado, ella es lo mas importante que tengo en mi vida. Sin ella que será de mi existir- agregué yo. Cris me abrazó aun mas fuerte.
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Para el chico que nunca me amó
RomanceCharlotte es una chica de 16 años el cual se preocupa mucho por lo que vaya a pasar en su futuro, ella se quiere empeñar en ser alguien en este vida, Martina la madre de nuestra protagonista tiene que ejecutar un viaje directo a Alemania durante un...