Abrí los ojos muy lentamente, y miré la hora en el móvil. Eran casi las diez y decidí ir a darme una ducha, pero Lídia estaba dentro.
-¿Vas a tardar mucho?.- Le pregunté desde fuera.
-5 minutos.- Me respondió.
Volví a mi habitación y me preparé la ropa que me iba a poner, abrí la maleta y saqué una sudadera de pull&bear de color rosa, unos pantalones vaqueros y unas vans y me dejé las ropa encima del escritorio
Cuando Lídia salió del baño, entré a ducharme y en 15 minutos ya estaba fuera. Me lavé los dientes, me peiné y con el albornoz fui a mi cuarto para vestirme.
Cuandó cojí la ropa y ví que caía un papel. Lo cojí.
-Es él número de David.- Dije hablando sola.- Mierda.
Me vestí y me senté en la cama con él papel en la mano sin saber que hacer.
- Lidia, ven un momento porfavor.- Le dije desde mi habitación.
-¿Que quieres?.- Me respondió entrando por la puerta.
-Álvaro ayer me dió el número de David..- Le conté.- No sé que hacer.- Añadí con un suspiro.
-Llámale.- Me dijo mientras se sentaba en la cama.
-¿Y que le digo?
-Sara, eso lo deberías de saber, yo no te puedo decir nada.- Me dijo.- Mira, voy a preparar el desayuno, te dejo sola para que te tranquilizes ¿vale?
-Esta bien.- Le dije.- Cierra la puerta por favor.
Cojí mi móvil y miré el papel. Fui marcando lentamente su número de teléfono, me lo puse en la oreja y escuche que daba señal.
*Conversación teñefónica*
-¿Si?.- Dijo David.
-Ho..hola.- Dije con la voz temblorosa.
-¿Sara?.
-Sí, soy yo. He vuelto a Madrid y necesito hablar contigo.- Dije mientras una lágrima me caía.
-Sara, te he echado mucho de menos. Necesito verte, pero porfavor, perdoname.- Me dijo muy nervioso.
-Mira David, no quiero que me des explicaciones, solo quiero que lo solucionemos de forma amistosa y ya está ¿vale?.- Le aclaré.- Dentro de una hora estaré en el parque que hace esquina. Por favor, ven solo.- Añadí
-Allí estaré.- Dijo y colgamos.
Salí de la habitación y fui a la cocina. Lidia estaba terminando de desayunar.
-¿Ya habéis hablado?.- Me preguntó.
-Sí.- Le respondí.- Le he dicho que en una hora estuviese en el parque que hay aquí al lado y me ha dicho que vale. Vamos a solucionar las cosas
-¿No vas a volver con el?.- Preguntó
-No, le he dicho que no quiero explicaciones. Cada uno por su camino y ya está.
Dicho esto me senté a desayunar y salí de casa para dirigirme al parque. Lo ví allí, sentado en uno de los bancos. Me acerqué y me puse delante de él. Por dentro no podía parar de temblar, estaba muy nerviosa.
-Da..David.- Dije
-Hola Sara.- Me respondió mirándome a los ojos.- ¿Como estás?.- Añadió levantandose del banco.
-Muy bien.- Le mentí.
-No te creo, tienes los ojos rojos. ¿Has llorado?.- Me dijo mientras me acariciaba la mejilla.
-No te importa.- Me aparté.
-Mira Sara, sé que lo que hice no está bien, y te juro que solo fué un beso.
-Me da igual.- Le dije muy borde.
-Me siento fatal Sara, siento que te he perdido a ti y a todos los momentos felices que hemos vivido. Te necesito..-Me respondió clavando sus ojos en mi.
En ese momento, sentí como las piernas me temblaban. Saabía que en fondo lo quería y mucho. Pero me habia sintido muy traicionada y no sabía que hacer.
-Estos meses sin ti han sido los peores. No sabes las ganas que tenía de volver a tenerte cerca Sara. Lo siento por todo. Me dijo mientras los ojos se le aguaban.
Fuí poco a poco hacia él y lo abrazé. Lo abrazé muy fuerte, y él hizo lo mismo. Me sentí muy protegida entre sus brazos.
-Te quiero.- Le susurré al oído.
-Yo más Sarita.
Poco a poco, nuestros labios se fueron juntando y al final nos dimos un fuerte beso. No sabéis lo mucho que lo nesesitaba.
-Te prometo que nunca más te haré sufrir.- Me dijo.