Capítulo 2

166 8 1
                                    

El despertador de mi móvil sonó a las 9:30. Me levanté de la cama, cojí la maleta y metí toda la ropa y mi cosas decidida a irme otra vez a Madrid. Tenía claro que volvía para retomar mis estudios y terminar la carrera, no quería ver a David.

Fuí a la cocina y mis padres ya estaban sentados en la mesa dispuestos a desayunar, por lo tanto yo también me senté para desayunar con ellos.

-Buenos días.- Les dije.

-Buenos días hija.- Dijo mi madre.

-Hoy vuelves a Madrid ¿no?.- Preguntó mi padre.

-Sí papá.

-Quieres que te acompañemos a la estación de trenes?

-No, ya le he dicho a Mario que me acompañe él.- Le respondí.

-¿Está todo bien Sara? Te noto un poco extraña.- Me dijo mi madre.

-Nervios mamá. Estoy un poco nerviosa, nada más.- Les respondí mientras me terminaba mi desayuno.

Me levanté de la silla y me fuí al cuarto de baño para terminar de asearme. Una vez lista cojí la maleta y me despedí de mis padres.

-Avisanos cuando llegues a Madrid, ¿de acuerdo?.- Me dijieron.

-Vale.- Les dí dos besos, cojí las llave y cerré la puerta.

Mario me estaba esperando en el portal.

-Buenos días Sarita.- Me dijo mientras ponía mi maleta en el maletero de su coche.

-Buenos días.- Le contesté con una sonrisa, y me senté en el asiento del copiloto

En 20 minutos llegamos a la estación de trenes. Descargué mi maleta y me despedí de mi hermano. 

Saqué el billete y me senté para poder esperarlo. En menos de 10 minutos llegó y subí.

Me senté al lado de la ventana. Me encantaba escuchar música y mirar por la ventana porque me inspiraba mucho, así que cojí mis auriculares y eso hice, pero antes le envié un mensaje a mi amiga Lidia para asegurarme de que me estaría esperando en la estación de Madrid para cuando yo llegase.

....

Cuando me quise dar cuenta, ya había llegado a Madrid. Cojí mi maleta y bajé del tren.

No veía Lidia por ninguna parte, y decidí llamarla pero tampoco me cojía el teléfono. Pero noté que unas manos me tapaban los ojos.

-Cucú.. Adivina quien soy.- Me dijo la persona que me estaba tapando los ojos.

-Emm...A ver.. Dejame pensar.- Dije co voz pensativa, pero estaba segura de que era Lídia.

-Se te está acabando el tiempo Sara.- Me respondió. 

Lídia quitó sus manos de mis ojos y se puso delante mía. Nos dimos un abrazo enorme.

-Cuanto tiempo tía.- Me dijo

-Te he echado mucho de menos.

-Casi tres meses sin verte Sara, me he estado aburriendo como una ostra.

-Yo tambíen he notado mucho tu ausencia, pero ya sabes que no estaba bien en Madrid...-Le dije 

-Ya lo sé tonta, pero bueno, lo pasado pasado está. ¿Vamos a casa?

-Si por favor, tengo un hambre que me muero.

Fuimos andando hasta casa, ya que estaba cerca de la estación. Pero cuando abrí la puerta de casa...

No me olvides.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora