Capítulo 2

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¿Qué se te da bien? Nada. El aburrimiento es la mejor forma de descubrir lo que de verdad se nos da bien. Nada.

Querido Summer,

Hoy me he levantado y me he ido a la playa. Mis padres como siempre se han puesto a discutir sobre sus tonterías que, según ellos, "son problemas de mayores". Porque como ya sabréis, discutir sobre el color de la toalla es realmente una discusión muy madura.

De camino a la playa me he cruzado por el ayuntamiento y he visto que el alcalde estaba colgando un papel en el tablón de anuncios.

"FIESTAS MAYORES DE RIVTERRELL"

Ha vuelto el concurso que tanto estábamos esperando. Volvemos a escoger el pueblo afortunado de celebrar las fiestas de la localidad de Rivterrell. Este año participan los pueblos: Curpon, Forcaster, Glendire, Marvenne y Petersgrun.

¡SE DEBEN ENVIAR LAS VOTACIONES ANTES DEL 15 DE AGOSTO AL AYUNTAMIENTO DE NIRVOSEN!

Suerte a todos los participantes.

Arranqué uno de los papeles informativos que había colgados y me lo fui leyendo y releyendo de camino a la playa. Si no quería que estas semanas en Forcaster fuesen un aburrimiento tenía que conseguir todos los votos posibles.

Coloqué la toalla en la arena y dejé el bolso a mi lado. Cogí las gafas de sol y la crema protectora para evitar las típicas quemaduras. Hoy por suerte estaba el cielo despejado y hacía mucho calor. La playa estaba repleta de abuelos que habían venido desde muy lejos hasta Forcaster para sentarse en la playa bajo una sombrilla y hacer lo mismo que harían en su casa: nada.

Cerré los ojos y empecé a pensar cómo podía conseguir todos los votos para acabar de pasar un verano digno. Las ideas no venían a mi mente. Sabía que aunque consiguiese todos los votos de cada uno de los habitantes no conseguiría la mayoría.

- ¡PELOTAAAAAAAAAAAAAAAA! - oí.

Y como no, la mala suerte de mi lado. Una pelota de voleibol mojada y llena de arena aterrizó en mi regazo y fue disparada a mi cara, donde se encontró con mis gafas baratas y me las clavó hasta el punto de casi romperse.

- PERO ¿QUÉ ES ESTO? - grité enfurruñada.

- Ups, lo siento bonita. - dijo una voz masculina a mis espaldas.

Me giré para ver el rostro del animal que había lanzado con tanta fuerza esa maldita pelota.

- Oye tú, ¿de qué vas? - dije observando ese cuerpo robusto y moreno que tenía en frente mío.

- Eh, cálmate. - dijo con una media sonrisa.

- ¿Qué me calme? Me has tirado una pelota de voleibol y encima ¿me pides que me calme? - grité con las gafas aplastadas en mi cara llena de arena y una voz de pito horrible.

- Oye, ...

- Megan. - dije seca

- Megan, lo siento ¿vale? No he mirado hacía donde disparaba la pelota.

Le miré de arriba abajo. Un pelo castaño aclarado por el sol se combinaba perfectamente con su tono de piel tirando a moreno cobre y con esos ojazos verdes que me miraban como si detrás de mí hubiese una fábrica de helados y yo fuese el helado más grande del mundo. Y esa sonrisa blanca como la nieve que mordía el labio inferior cada vez que bajaba la cabeza y se rascaba detrás del cuello. Encima, se juntaba con un torso voluminoso, pero no excesivamente. Justo en el punto exacto. Y más abajo unas abdominales perfectas acompañando un bañador rosa pastel con rayas blancas en los bordes.

Me quedé embobada mirándole. Nunca había visto tanta perfección junta.

- Sí, claro... No pasa nada. - me sonrojé.

- Megan de verdad que lo siento, ¿te puedo recompensar con un batido en Tommy Mel's esta tarde? - dijo riendo.

¿Estaba bromeando? ¿Tommy Mel's? Es uno de los mejores bares de todo Rivterrell y mi favorito.

- ¿Te gusta Tommy? - me dijo preocupado - sino da igual...

- No, no... Tommy Mel's es perfecto. - le dije asintiendo

- Pues nos vemos en el ayuntamiento a las 5 esta tarde.

- Vale... - dije insinuando que no sabía ni su nombre.

- Chuck. - dijo yéndose.

- Vale Chuck. - afirmé susurrando.

Chuck se alejó mientras yo me volvía a sentar fantaseando sobre como iría esta tarde en Tommy Mel's, pero sobretodo en qué me pondría.

Intenté relajarme en mi toalla, pero la emoción me podía. ¿De verdad iba a tener una cita con un chico? El verano empezaba bien, la verdad. No paraba de pensar en Chuck. En su pelo perfecto, su bonita sonrisa, sus ojazos, su cuerpo de escándalo...

- ¿Qué te está pasando Megan? - no dejaba de repetirme

Quería levantarme e irme corriendo a casa para ducharme y prepararme para esta tarde. Aun faltaba muchísimo, pero me moría de ganas. Así que cogí impulso y me levanté de repente. Pero al darme la vuelta me choqué con alguien.

- Uy, lo siento - dijo el chico castaño oscuro de ojos azules claros cogiéndome del brazo para que no me cayese.

- ¡Ay! No, perdona... Culpa mía. - me disculpé sonrojada.

Me dejó ir del brazo y se fue andando hacía la misma dirección. Me agaché para recoger la toalla y vi que se le había caído un papel con una dirección y su firma:

- Calle Gelonulia 129 no 3, Jim.

¿Era la dirección de su casa? Volví a mirar hacia ambos lados, pero ni rastro de ¿Jim?

Libreta de MeganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora