Porque las Burbujas Queman y los Cigarros Explotan

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Let Go – Blake Harnage.

- No lo hagas, pequeña… -su voz. El tono adecuado y la cadencia perfecta, la sensación de paz que transmite y el movimiento de sus labios, tan asquerosamente sexy como siempre. Lágrimas. Lágrimas en mis ojos, lágrimas en mis mejillas, lágrimas hechas de sal y sentimientos confusos, lágrimas que acariciaban mi piel y quemaban mi alma, lágrimas que no querían ser derramadas, lágrimas cristalinas, lágrimas de amor, lágrimas de frustración- No llores…

 Su tacto, como el más leve roce de la pluma más suave, lo sentí sobre mi mejilla, vi su traslucida mano por el rabillo del ojo y escuché su voz como si fuese el propio aire quien hablase. Estaba desapareciendo, lo sentía irse y le sentía despedirse.

 Vamos, sonríe porque daría lo que fuese por poder mantener siempre una sonrisa en tu rostro.

 Sabía que su presencia se estaba desvaneciendo junto a su voz, cerré los ojos y apoyé la cabeza en la pared, echándola hacia atrás y tratando de ver esa luna que aún no aparecía. Un cielo muy gris y un sol desaparecido. Nubes esponjosas que no querían dejar caer la lluvia que contenían dentro, nubes que amar u odiar, nubes perfectas ocultando el cielo tras ellas, tapando ese mundo paralelo al que todos queremos llegar, allí donde nadie puede ir por mucho que lo deseé, allí donde los milagros existen y la magia es una forma de vida, donde no se necesita creer y lo peor que te puede pasar es que caigas, caigas al suelo, caigas y tal vez puedas subir de nuevo o tal vez no. Me levanté despacio cuando escuché el timbre que anunciaba la siguiente clase. Cabeza en alto, corazón resguardado, sentimientos metidos en un doble fondo de un cajón escondido en el rincón más apartado. Cabellos perfectamente peinados, rostros superficialmente maquillados, ropas horriblemente conjuntadas, estilos demasiado mezclados, caras algo tristes o simplemente falsas sonrisas, besos rápidos antes de entrar a clase o caricias disimuladas porque su novia puede verles, momentos perfectos o sentimientos rotos. Sentía que me miraban y una mueca fugaz apareció en mi rostro. Entré al aula de filosofía y, por desgracia., lo hice tarde. Todas las cabezas estaban vueltas hacia mí, el profesor simplemente me dejo pasar y me indicó que me sentara donde quisiera, seguro que él también pensaba que si me reñía podría ponerme a llorar o simplemente a gritar en medio de la clase. Suspiré mientras me sentaba en el sitio más alejado que encontré, junto a una de las ventanas, e intenté prestar atención a sus palabras, estaba explicando algo sobre Sócrates pero mi cabeza no me dejo estar mucho tiempo concentrada. La hora se me hizo eterna, parecía como si las agujas del reloj retrocedieran, era como si nunca acabase. La siguiente clase era Biología, por lo que parecía íbamos a ir al laboratorio y eso implicaba sentarme con alguien, eso implicaba una práctica en parejas, implicaba sentir la humillación de que nadie quisiera acercarse a la traumada Naomi. Tomé mis cosas y salí de la clase, tras el resto de alumnos, para caminar hacia el laboratorio. No pensaba en nada más aparte de caminar y respirar. Un paso, inspira, otro paso, expira, otro paso, inspira, un paso más, expira. No tenía ganas de dejar que ningún recuerdo o pensamiento, ya fuera amargo o dulce, pasara por mi cabeza. Entré al aula y vi como alguien levantaba una mano y me hacía señas para que me acercase. Miré tras de mí, asegurándome de que no había nadie a quien pudieran estar llamando, y al percatarme de que solamente quedaba yo de pie simplemente arrugué el entrecejo y camine con una falsa seguridad muy bien fingida hasta la mesa de la que salía un brazo. Me senté en el asiento libre y unos brazos me rodearon atrapándome en un abrazo estrangulador. Torpemente intenté zafarme de esos brazos y al conseguir asomar la cabeza observé unos ojos de color ámbar mirándome con tristeza, amargura y algo de esperanza. Era Melissa. La alegre, efusiva y colorida Mely de siempre.

 - Mely… -mi voz era apenas un murmullo inaudible.

- ¿Pensabas que iba a dejarte de lado? -susurrantes palabras impregnadas de culpabilidad, la clase había empezado lo cual nos "obligaba" a hablar en voz más baja.

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⏰ Última actualización: Dec 15, 2014 ⏰

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