CALL YOU MINE ━━ timothée chalamet

24 | ❛I KISSED HIM❜ |

Timmy's birthday

27 de dic. - Manhattan, 22:57

《¿Y si te digo que conocernos fue la mejor de las casualidades? ¿Qué me dirías?》

─ ¿Pasó algo? ¿Estas incómoda? ─Sus ojos verdes rebuscaron con curiosidad en los suyos. Una pizca de temor y vergüenza se hizo notable en ellos, dándole a Timothée un aire de chico nervioso. ─ ¡Oh, diablos! Sabía que debía hacerlo, perdóname.

Habían pasado solo un par de segundos desde que se habían separado de aquel beso. Debby no tenía palabras, casi como si todas se le hubieran atascado en la garganta.

Quería decirle que no había hecho nada mal, es más, tenía deseos de seguir besandolo. Pero, absolutamente todos sus músculos se habían tensado demasiado, al grado de dejarla petrificada en su lugar.

─ ¿Cómo es posible que tus labios sepan a miel?

Sí, una cachetada le hubiera venido mucho mejor antes que decir eso.

Quizás fuese por tantas vueltas que le daba al rap de la otra vez y alguna forma de que este conectara con ambos de alguna forma, quizás pura invención de su mente o tal vez una linda casualidad.

El castaño en frente suyo le miró con duda ¿Acaso le habría dado la impresión de haber besado a una loca? ¿Se supone que eso debías de decir luego de besar a alguien?

Debby había pasado casi dos años sin haber besado o tenido una relación con alguien (Claro, fuera de la actuación). Desde su último novio, Niall, no había logrado relacionarse tal como lo estaba haciendo en ese instante con Tim.

─ ¿Perdón? ¿Pasó algo?

Confusión. Eso era lo único que podía leer en su rostro en ese momento.

─Digo. ─Debby se aclaró la garganta y le sonrió con tal de no seguir arruinandolo de ese modo. ─Sabes a miel. Es gracioso y muy poco probable, lo sé.

Ahora era él quien sonreía. Ambos estaban abrazados, no se habían corrido ni un solo centímetro uno del otro desde que se habían besado.

─Curioso. No creí que lo notarías.

Tim depositó en su mano unos cuantos caramelos que había tenido ocultos en el bolsillo. Ahora eran los dos quienes reían como si hubiesen consumido una droga que los mantenía en ese estado de alegría pleno en el que estaban.

Esta sensación hizo que ambos entraran en armonía. Ya no era raro ni mucho menos incómodo, por el contrario, ahora ambos estaban conectados el uno con el otro y no existía mejor sensación en el ambiente que esa.

En un movimiento casi imperceptible, ella se fue acercando más a él; y cuando no aguantaba mucho más la lejanía, acarició su mejilla y lo atrajo hacia ella en otro beso mucho más profundo que el anterior. No necesitó preguntarlo, porque al parecer él también quería lo mismo.

Sus labios le sabían tan dulces.

Los brazos de Timothée acariciaron sus hombros en sincronía con el beso haciéndole sentir como su estómago se retorcía en la clásica sensación de "Mariposas en el estómago".

Debby en ese momento no necesitaba más que a Timothée y su presencia. Su dulce tacto y los tiernos besos que se daban. Esa noche no podía ser más perfecta.

─ ¡No puede ser!

Los castaños se separaron uno del otro y miraron con terror en dirección de la voz que había gritado a sus espaldas. Se trataba de una chica que los miraba asombrada desde de su lugar.

─ ¡La puta madre!

─ ¡Lana!

La susodicha tenía una sonrisa que le era imposible borrar de su rostro, que cambió por una pequeña risa en cuanto su amiga dijo la palabrota. La conocía perfectamente como para no ofenderse de eso. Además, lo único que podía hacer en ese momento era pensar en lo que acababa de ver.

Ella únicamente se limitó a cruzar los brazos y con tono pícaro preguntar: "Entonces, ¿Todo bien por aquí?"

Y ahora no habría una gran excusa para pasarlo por alto y disimularlo, ya que tanto Debby como Timothée juraban que lo había visto todo.

El joven actor, quien aún abrazaba a la chica a su lado, era un manojo de nervios andante. Este tipo de situaciones le recordaban a una que otra entrevista en la que se había quedado trabado sin nada que decir.

Solo que ahora la entrevista era impartida por Lana. Y que el tema de conversación era el beso que se acaba de dar con su mejor amiga.

Y ahora, esa misma chica a la que había besado, era la que tomaba las riendas de la conversación con una respuesta medio fuera de lugar.

─ ¿Sabes qué, Lana Banana? Creo que me gusta Timmy.