Parte 9

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Lo prometido es deuda, un capítulo más. Estaré atenta a sus comentarios y sugerencias. Y mientras tanto, a seguirse cuidando en esta cuarentena. Muchos saludos.

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- Tal vez si te lo hubiera dicho... me hubiera ahorrado tres años detestables de mi vida. Te he extrañado tanto, Karin, espero poder aclarar lo que no logré hacer tiempo atrás, voy a remediar todo el daño que te hice, – se había hecho la promesa desde que se fue de Konoha que iba a volver para recuperar a la pelirroja, ella había estado en su pensamiento noche y día; y no iba a permitir que se la arrebataran una vez más de su vida – porque tú eres mía.

Ya había alistado todo para reunirse con su hermano lo antes posible, el helicóptero de la familia Uchiha estaba siempre disponible para él, así que tomó sus pertenencias y se dispuso a realizar aquel viaje sin contratiempo alguno. Llegó al corporativo Uchiha aun siendo de madrugada y con un semblante de cansancio. Fue recibido por Itachi el cuál no dudó en seguir cuestionando los motivos de toda aquella locura.

- Sasuke, te juro que si lo que estás haciendo es una estupidez... toda nuestra corporación está en juego, así que espero que no sea uno de tus caprichos... - el Uchiha menor pasó de largo sin siquiera saludarlo; él tenía sus motivos y no deseaba compartirlos ni con el estúpido de Itachi.

- Te recuerdo, querido hermano mayor, que la mitad de esta compañía me pertenece desde que nuestros padres ya no están, así que tengo todo el derecho de hacer lo que me plazca con esa mitad – Sasuke había regresado del extranjero hacía un par de meses, sólo para sepultar a sus padres.

Fugaku y Mikoto habían decidido darse ese merecido descanso, que la señora Uchiha con tanto ahínco le había insistido por los últimos años a su ocupado esposo. Ambos sabían que su primogénito estaba listo para tomar la presidencia de la compañía; Itachi se esforzó al máximo durante las primeras semanas, ya que durante el primer trimestre estuvo bajo el escrutinio estricto de su padre. Los resultados mostraban que su hijo mayor había sido un excelente CEO durante ese periodo, haciendo que Fugaku se sintiese orgulloso y permitiéndose relajarse; accedió a ir al crucero con el que tanto había soñado su esposa, Mikoto no hablaba de otra cosa más que de eso y de todos los lugares exóticos que visitarían; sin embargo, la tragedia los alcanzó y sufrieron un horrible accidente que apagó sus vidas. Sasuke se enteró aun estando en el extranjero, regresando sin demora a Konoha; les dio el último adiós y los perdonó al fin por los estragos que habían causado en su vida.

- Sasuke, entiende, recién acabo de cumplir un año al cargo de nuestra compañía...

- Y temes que arruine tu magnífico desempeño – lo interrumpió el menor de éstos. – No te atormentes, Itachi, nuestro padre ya no está aquí para evaluarte – un silencio incómodo se dejó sentir. - Por cierto, quiero hablar a solas con el Hyuga – entró al edificio sin decir nada más y sin escuchar la réplica de lo que opinaba Itachi al respecto.




Karin seguía sumida en el aroma de las magníficas flores blancas, recostada como una chiquilla enamorada en su cama. Esperando en vano a que su prometido le enviara el mensaje de contestación que estaba tardando tanto tiempo en escribir. Para pasar el tiempo, decidió ver las novedades de su celular que la noche anterior había decidido ignorar. Una decena de llamadas perdidas de todas sus amigas y un centenar de mensajes en el grupo que tenían en común. La mayoría de éstos hablando del guapísimo chico de cabello azabache que había bailado con ella la noche anterior.

- Maldita sea – una vez más, no podía dejar de aparecer Sasuke en su vida. Todas, excepto Hinata, claro está, le preguntaban con desesperación la identidad de aquel hombre. Ino prácticamente le rogaba para que se lo presentara; después de todo ella ya era prácticamente 'mujer casada', por lo que podría dejarle a aquel bombón. Ten Ten le había preguntado si él era el guapísimo Sasuke Uchiha, el que estaba en la misma Universidad que ambas; a pesar de que Ten Ten nunca formó parte del séquito de acosadoras, por supuesto que lo conocía y se le hacía muy guapo; aunque ella en realidad no tenía un interés amoroso por él, más bien creía que era un deleite visual. Finalmente, Hinata preguntaba si ella se encontraba bien.

- ¿Karin, estás despierta? – la tímida voz de Hinata se dejó escuchar a través de la puerta. La pelirroja aflojó su mueca de descontento, producto de leer aquellos mensajes de sus amigas, y con voz alegre respondió afirmativamente incorporándose.

- Pasa, Hinata – la aludida entró al cuarto y se sorprendió al ver el hermoso ramo a un lado de la Uzumaki; lo que no la sorprendió fue verla aún en bata.

- Je je, con que apenas te vas despertando, ¿eh? – dijo una risueña joven. Karin enrojeció un poco al recordar el motivo de su descanso tardío; y al caer en cuenta de las prendas que vestía y que apenas eran cubiertas por su bata. Hinata se sentó en la cama y con un semblante más serio le preguntó - ¿Cómo estás por lo de anoche en el club?

- Yo... creo que estoy bien.

- ¿Y por lo de la boda?

- Neji y yo acordamos en que regresando tomaremos la fecha más próxima – le sonrió la pelirroja con satisfacción – Estoy emocionada y tranquila por eso – la Hyuga le devolvió la sonrisa.

- Toma – le extendió un pequeño bolso de mano – lo olvidaste en tu huida del bar.

- Gracias, – lo tomó – siento haberme ido de esa forma.

- Yo entiendo la razón, pero a las chicas las dejaste vueltas locas – rió por lo bajo al recordar la escena – Aun así, te aseguro que no dije ni una palabra a la insistencia de ese par – Karin le dio una mirada de un aprecio infinito a su amiga.

- Eres un ángel, Hinata – abrazándola con fuerza; gracias a ella, la pelirroja había podido superar todas las pruebas difíciles que la vida le había puesto enfrente; y por eso, le estaría eternamente agradecida.

Eres míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora