El Cuento del Abuelo

Cielito lindo

-1 Junio 1950 -

Estoy limpiando las repisas de la zapatería cuando mi mejor amigo llega al local
-Temo!, adivina que hable con papá y si me dejo faltar la siguiente semana para ir a la fiesta de Martina, a ti también te dejaron?, que emoción nuestra primera fiesta de preparatoria-pregunte animado
-hola Ari-dijo algo serio-amm aun no eh pedido permiso-señalo sentándose en un taburete mientras tomaba los papeles del inventario
-estas bien?-pregunte dejando de lado mi trabajo
-si...solo-me miro un segundo pero agito su cabeza como si alejara el pensamiento que trae en la cabeza-nada-suspiro
-Temo, que sucede?-me coloque frente a el para tener su atención
-te vas a enojar
-no lo haré, dime que sucede, no te dejaron ir?-pregunte con una mueca
-no es nada
-estas triste Temo, te conozco...-el miraba a cualquier sitio menos a mi-fue Diego verdad, mira Temo si ese pendejo te hizo algo te juro que ahorita mismo yo voy y....-comencé a quitarme el delantal acelerado, no sé exactamente que tienen pero se que no son pareja o al menos eso me dice mi mejor amigo, aun que se que algo tienen pero obviamente todo es en secreto y aun que no se por que eso me revienta no digo nada, igual nunca los veo juntos pues Temo sabe que lo odió y el me odia a mi, pero es muy distinto a saber que le hizo algo a mi Temo
-no!...no me hizo nada, es solo que...-miro sus pies
-que que?! Temo me estas poniendo nervioso!- ya serán novios?, eso no quiero escucharlo
-Diego se va a ir a la capital a estudiar-mi pecho soltó todo el aire que tenia guardado

Siento un enorme alivió

No lo resistí y lo abracé fuertemente, tiene semanas que no me permito darle un abrazo, seguimos con esa incomodidad de el contacto físico, no nos tocamos desde la vez que me lastime las manos

Como el no puede verme me permito sonreír alegremente, se que esto es triste para el pero no puedo sentir que una molesta piedra sale de mi zapato, por fin Temo es nuevamente solo para mi

-y cuando te dijo que se va?-pregunto escondiendo mi sonrisa
-la semana que viene, la oportunidad se le presento y bueno no puede desaprovecharla-hizo una mueca
-eso te pone triste?
-si algo, bueno se que no lo quieres pero es mi....-se quedo callado y me miro-...amigo-lo mire con el ceño fruncido ignorando la pausa que no supe que significaba
-bueno, podrás llamarlo o enviarle cartas, tampoco es como que no sabrás nada de el nunca-intente hacerlo sentir mejor aun que no me agradaba para nada eso de las cartas
-si...supongo-encogió los hombros
-vamos Temo, aun me tienes a mi o que yo no soy tan importante como el?-el rio un poco
-no seas menso, sabes que eres mi persona favorita y si eres muy importante para mi-me aseguró y eso me hizo sentir aun mas feliz
-entonces no estes triste!, tenemos todo un verano para nosotros...-me anime a tomar su mano como antes y el las miro unidas por un segundo para después mirarme a mi con los ojos abiertos
Pero yo le dediqué una sonrisa y el me la regresó momentos después

No se por que mi corazón esta tan acelerado

Una semana después

-6:24 pm-

-no no no, Guadalupe te vas a pegar-corrí tras la pequeña bebe de tres años
-Aris!-rio ella tomando mi rostro con ambas manos
-ya te extrañaban-dijo la madre de Temo mientras lavaba los platos
-si, tenia una semana que no venia a verlos-apretuje a la pequeña entre mis brazos
A pesar de que son mellizos ella es la que mas se parece a mi Temo, tiene casi los mismos preciosos ojos que el
-a que hora dicen que llegaran?-pregunto la sra. Antonieta
-a las 2?-ella soltó un "mmm" de disgusto pero no se quejo
-sabes que le pasa a Temo? Anda como bajoneado, pense que estaría peleado contigo pero cuando es así el definitivo entra en un estado de depresión total y esto mas como un desanimo-Diego rodé los ojos
-uno de sus amigos se fue del pueblo, supongo que es eso-encogí los hombros, me sorprende que Temo no le haya contado ya a su madre
-ohh... es una lastima, se notaba que ese muchachito quería mucho a mi Temo, siempre le mandaba dulces en su cumpleaños y lo acompañaba hasta acá-se lamento su madre y yo nuevamente rodé los ojos con recelo