4. Guerra biológica

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Lucy guardo el ordenador, saco el rociador de su mochila, esparció por todo su escritorio y decidió marcharse. Al salir del edificio se despidió del guarda y busco la bicicleta.

De regreso a casa se puso sus audífonos y escucho un poco de música. Salir había sido un pequeño descanso, pero realmente en el periódico no podría quedarse todo el día, pues si alguien se enteraba la iban a regañar por poner en riesgo a toda la organización. Tendría que pedirle autorización a Mark para poder ingresar a los archivos privados del Times desde su casa. Sabia, que por su cargo, no le daría acceso tan fácil, así que probablemente tendría que mentir o quien sabe, llenarse de valor y pedirle la posibilidad de escribir un artículo distinto. Cuando se acercaba a casa decidió entrar al Wal-Mart. La noche anterior se habían quedado sin leche y sabía que pasaría un buen rato sin volver a salir.

Entrar al mercado era algo tedioso. Había gel antibacterial para las manos, pañitos para limpiar los carritos, botas de bolsa con resorte para los zapatos (algo parecido a una pijama de astronautas). Mientras hacia todos los procesos de limpieza rigurosamente vibró su celular.

Lo saco de su bolsillo y lo desinfecto inmediatamente con el gel antibacterial de la entrada del mercado.

En la pantalla se veía una carita (emoticon) enojada:

Sarah:

:@

Sarah:

¿Dónde diablos estas?

Lucy:

Lo siento. Salí un momento.

Sarah:

Llego a casa después de un turno de 24 horas, y tú me dices "Sali un momento." Regresa ahora mismo.

.

.

Sarah:

No voy a esperarte. Sabes que estoy agotada. Cuando me levante hablaremos.

Lucy no respondió. Sabía que Sarah estaría enfadada, lo que no sabía es que llegaría tan pronto. La había esperado toda la noche, pero al no tener respuesta pensó que se quedaría haciendo un doble turno.

Los pasillos estaban casi desiertos, y  sin embargo el mercado era lo más parecido a la vida normal que llevaban hace tan solo 15 días aunque las estanterías también parecían desiertas en algunos pasillos. Las pocas personas que había la miraban con temor, el mismo que ella tenía. Todos podían ser portadores del virus y no saberlo, y cualquier contacto podría significar miles de contagios.

Tomo 5 cajas de leche, busco unas toallas húmedas, dos cajas de cereal, una caja de puré de papa, se acercó a la nevera y tomo 3 bandejas de carne, unas salchichas y compro un poco de fruta, unos tomates, unas alcachofas y unas pizzas para armar. Las cajas con registradores estaban deshabilitadas por el momento tratando de reducir el personal en el mercado y así prevenir más contagios. En cada caja registradora manual tenían un desinfectante. Después de desinfectar la registradora, pago rápidamente, y repitió el proceso de desinfección. Al salir del mercado, decidió caminar con las botas plásticas hasta el apartamento pensando en todos las advertencias donde indicaban que el virus sobrevive en el pavimento, y justo antes de entrar al edificio se percató de que debía dejar los paquetes con el mercado en el suelo para poder abrir la puerta.

-¡Mierda! – dijo en voz alta y para sí misma.

Soltó los paquetes, ingreso, se retiró las bolsas de los pies y subió las escaleras. Se sentía agotada pero al llegar vio la cinta en el piso que habían colocado allí hacia un par de días como medida preventiva y a manera de barrera de seguridad. Dejo las bolsas a un lado, se quitó los zapatos, uso el desinfectante que tenían allí para la mochila, y los zapatos. También lo aplico en las bolsas, luego se retiró la ropa y la puso en un canasto que procedió a llevarlo a la lavadora, lo metió con la de Sarah quien también había dejado la ropa allí y encendió la lavadora. Desinfecto el botón de encendido y se puso una pijama que aún estaba en la secadora. El ruido despertó a Sarah quien salió del cuarto, con la cara destrozada por los resortes de las mascarillas, con los ojos rojos del cansancio, y unas ojeras tipo mapache.

-¿Por qué saliste?

Lucy no contesto.

-Sabes que esto no es un juego Lucy, hoy estuve con 10 pacientes, 3 de ellos no van a sobrevivir. Yo me arriesgo y salgo porque quiero ayudar, porque es mi deber. Pero tu, tu no tienes nada que ir a hacer allá afuera.

Mientras decía esto, Sarah, una mujer de unos 35 años, con el cabello oscuro y los ojos azules, no tan delgada como Lucy, tomo los paquetes del mercado y ayudo a desempacarlos y a lavar bien todo lo comprado incluidas las cajas de leche.

-Solo fui al periódico.

-No tienes nada que hacer allá.

-Lo sé. Pero quería acceder a la plataforma privada del periódico.

-¿Para qué? ¿Para escribir sobre una película ridicula? Sabes que no hay mucho que escribir allí: una pareja infeliz bla bla bla, re-descubre el amor en cuarentena.

-Ya lo sé. Pero quería ir. Además necesitábamos leche.

Lucy se guardó en secreto su investigación, pues sabía que Sarah no lo aprobaría.

-Yo podría haberla comprado. ¿No crees?

-¡No! ¿Y arriesgar a todos los que mercan allí? No podías.

-Está bien. Ya saliste. Yo me quiero dormir. Mañana tengo que regresar, nos necesitan a todos.

-¿Tienes que regresar al hospital tan pronto?

-Lo sé. Es demasiado, pero no damos a vasto.

Sarah tomo un vaso de agua y se regresó a su habitación. Lucy se quedó organizando la cocina, mientras tanto encendió las noticias. Todo era sobre el virus, pero ella era una periodista, no se sentía agotada ni atosigada por la información, por el contrario, sentía que se llenaba de fuentes y de datos importantes para escribir su artículo. Estaba segura que allí, entre tanta información estaban escondidos muchas cosas.

Cuando termino de organizar la cocina fue directo a la habitación, se acostó en su lado, apago la mesa de noche y abrazo a Sarah. Todavía estaba de día pero tenía que aprovechar los ratos en que la tenía cerca, así fuera dormidas.

Como no lograba dormirse, y tenía tantas ideas revoloteando por su cabeza, busco su móvil y escribió en el buscador de google:

Disputa entre china y estados unidos.

Abrió uno de los artículos que capto su atención. Hablaba sobre las sanciones que el presidente Trump había establecido a la economía china, y la respuesta de los chinos al subir los aranceles. Mencionaba como esta disputa había escalado mes a mes en los últimos dos años, desfavoreciendo sobre todo a los chinos, quienes habían visto grandes pérdidas a nivel de producto interno bruto (PIB).

¿Y si todo esto fuera un producto de los chinos, para perjudicar a los estados unidos?

Lucy estaba completamente segura que en alguna parte estaba el eslabón perdido así que comenzó a indagar más.

Escribo nuevamente en el buscador:

GUERRA BIOLÓGICA

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⏰ Last updated: Mar 24, 2020 ⏰

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