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–¡Buenos días!– Yeosang entraba contento al aula, dirigiéndose hacía el pelimorado que al notar que este se encontraba recostado entre sus brazos, todo una hebra de cabello y la jaló hacía arriba haciendo que el contrario se asustara.

–¡Demonios!– acarició la zona afectada y antes de que pudiera maldecir a su amigo, este le colocó frente a sus ojos una caja que conocía muy bien. –¿Él te la dió?– abrió sus ojos y una sonrisa se instaló automáticamente en su rostro.

–¿Talvez?– su amigo lo miraba expectante, Yeosang se asustaba un poco por aquella expresión. Nunca lo había visto así. –Para que preguntas si ya sabes, ¡Obviamente me la dió él!

Rápidamente la tomó de la mano de su amigo y la abrió, esta vez un macaron púrpura se presentaba. Antes de probarlo buscó en su interior la nota que tanto esperaba.

No estaba.

La tristeza lo invadió repentinamente.

–¿No creerás que se olvidó de eso?¿o sí?– HongJoong se encontraba recargado al marco de la puerta y sosteniendo con sus dedos el papel que para el pelimorado tanto significaba. Caminó hacía el asiento de este y le entrego aquel papel. –Solo diré que suerte y no lo lastimes.– dió media vuelta y siguió su camino hasta su asiento.

Con su corazón latiendo desenfrenadamente abrió aquel papel y con lentitud leyó cada palabra.

Supongo que te preguntarás el por qué no te dije nada el día que me conociste. En el baño.

El terror y miedo de ser rechazado.

Tenía un plan pero después de lo sucedido debo entender que ahora será diferente ¿no?

El día del parque me sentí como un completo tonto. Cuando salí corriendo dudaba seriamente que tu sintieras algo por mí.
En el fondo lo deseo pero no te obligaré, tan solo deseo que si quieres rechazarme puedes hacerlo. Si no sientes algo, tan solo dilo. Di lo que realmente sientas, déjalo salir.

¿Quién sentiría algo por mí además de repugnancia?

"Si supieras" pensó el chico.

Tan solo, hablemos.
Prometo no salir corriendo.
Y aún espero tus disculpas, es malo espiar a la gente lo sabes ¿no?

Atte: Choi San,
el chico de los macarons.

Confirmado.

Con un suspiro supo lo que realmente pasaba en su cabeza.

La manera en la que en poco tiempo su corazón le pertenecía a alguien y que ese alguien podía ser la persona más dulce y aterradora si se lo proponía.

Aquella persona lo volvía completamente loco.

Choi San lo volvía completamente loco.

𝗺𝗮𝗰𝗮𝗿𝗈𝗇𝘀    ★    𝗐𝗈𝗈𝘀𝗮𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora