Metamorfosis [Karmaland]

🗝️Capítulo 2🗝️

Despertó aturdido y con un dolor de cabeza horrible. Estaba algo desorientado y no recordaba demasiado, pero sí lo suficiente como para amargarse...

Se levantó de la cama y fue al armario para cambiarse de ropa y ponerse algo más cómodo. Acabó poniéndose su suéter habitual, con unas sandalias y un pantalón corto.

Consultó la hora con su cómunix (aparato que funciona para comunicarse, ver la hora y fecha, dejar notas y alarmas, su aspecto es como el de un pequeño cubo que proyecta un holograma tangible), eran las diez de la mañana...

"¿¡COMO ES POSIBLE!?"

Gritó Luzu asustado, las elecciones fueron a las tres de la tarde.
¿Como había dormido durante tanto tiempo si solo se tomó tres vasos de vino?

La respuesta es bastante simple, estaba agotado mentalmente.

Resignado fue al baño a lavarse la cara con agua fría para despejarse, luego fué a la cocina para fregar y limpiar. También tuvo que recoger la corbata, los zapatos, y la chaquetilla que había dejado allí ayer.

Una vez todo hecho salió para darle de comer a sus animales y recoger la cosecha.
Hizo sus tareas con calma, aprovechando para poder reflexionar sobre los problemas que lo abordaban.

Estaba bastante triste, supuso que la causa de que sus amigos se fueran de su campaña era porque no fue lo suficientemente bueno, o que algo de él les molestaba.

De repente se sintió mareado y con ganas de vomitar, salió corriendo hacia su casa, llegó justo a tiempo al baño porque en cuanto se asomó al lavabo lo echó todo.

Ah, como odiaba tener que lidiar con esos problemas post-bebida, pero no podía negar que su vino era exquisito.

Rápidamente volvió al trabajo, y a su reflexión sobre la situación...

[🗝️🗝️🗝️]

La noche llegó rápido, y para este punto Luzu estaba muy deprimido, no encontró ningún tipo de respuesta específica.

Volvió a la cama agotado, llegó un punto en el día que se cansó de tener pensamientos negativos y para evitar pensar se puso a hacer muchas cosas a la vez.

Pasaron cinco minutos, luego diez, quince, veinte, veinticinco, treinta...
Pero Luzu no conseguía dormirse, furioso consigo mismo se levantó, y dando grandes zancadas fue a la cocina, sacó el vino que quedaba de ayer y empezó a beberlo, sin vaso ni nada.
Acabó terminándose la botella (tres cuartas partes era lo que quedaba)...

Y luego volvió a la cama, la cabeza la pesaba y casi no podía ni caminar, definitivamente estaba como una cuba.

Solo necesitó cinco segundos para estar roncando como un oso.

[🗝️🗝️🗝️]

La historia se repetía, ya llevaba una semana sin salir de su propiedad, solo se dedicaba a alimentar a sus animales, a plantar y a recoger su cosecha, o a minar un poco, y solo para evitar pensar en lo mal que se sentía con todo.
Y por las noches bebía vino para poder irse a dormir.

Esta rutina se convirtió en un círculo vicioso, cada vez iba a más, cada vez era peor, cada vez era más brutal.
Llegó el punto en que para irse a dormir se bebía una botella y media.

[🗝️🗝️🗝️]

Aquella mañana se despertó por el sonido de su cómunix, le estaban entrando mensajes por un tubo.

Aturdido y medio cegado por el brillo de la pantalla olográfica pudo ver cómo el frentudo, el oso y el chino español le tupían el cómunix a mensajes.