Prólogo 🌟

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El invierno es una de las estaciones que mas amo, y no solo por lo frio que es, si no por la llovizna de nieve que cae empapando todo el suelo. Lo mejor de esta temporada es lo que sucede después, una primavera hermosa y radiante donde todas las flores regresan a la vida y el campo se convierte en un paraíso lleno de color.

Sin embargo, desde nuestro escondite, en una casa abandonada a las afueras de Cracovia, ese invierno escuché el crujir de la nieve, y la llovizna de nuestro miedo.

Nos habían encontrado.

Los esbirros estaban en casa.

Somos 3 indefensos mientras que ellos son una multitud armada.

La esperanza abandona mi corazón cuando uno de los esbirros logra dominarnos, domándonos a los 3. Postrándonos de rodillas ante el gran capitán Schwartz.

El temible capitán Schwartz tiene fama, es conocido por sus fechorías, y lo peor de todo este asunto, es que le da placer aniquilar, asesinar a personas como nosotros.

Estoy junto a mi esposo e hijo arrodillados, postrados como si le debemos pleitesía al miserable que tenemos enfrente. Mi hijo, zaquiel me mira, el miedo se le nota en los ojos y yo me siento impotente de no poder protegerlo.

Otoniel, mi marido suplica por nuestras vidas y les pide misericordia. Ha sido golpeado en repetidas veces y esta sangrando por todos lados, en cambio yo, también he sido lastimada por las botas de los esbirros.

Desesperada por el pánico, no aparto la mirada de Otoniel, que sigue suplicando a pesar de tener el arma del temible capitán en la frente. A este punto mi corazón esta latiendo de una manera tan frenética mientras que todo mi cuerpo reacciona al miedo que se expandió por todo mi cuerpo como un virus mortal.

Yahveh, volteó a mirar a mi hijo que está en caos por el pánico y le grito:

—¡Mo mires! ¡no mires! —él se tapa los ojos con sus manos pequeñas, sin embargo, uno de los esbirros que se está riendo de la escena le abre los ojos.

—¡Mira, tienes que mirar lo que te sucederá! —lo obliga a ver y el alma se me viene al piso cuando disparan.

¡¡¡Booooom!!! Un terrible ¡¡Boom!!

Todos se rieron como si se tratase de un juego, de una broma super divertidísima, mientras que una parte de mí moría cuando mi marido cayó muerto con la cabeza destrozada.

El capitán sonrió de medio lado mirando al esbirro que tenía sujetado a mi hijo.

—¡Mátenlos a los dos! —ordenó —. Iré a fumar

Me volteo hacia Zaquiel, esta temblando, no para llorar.

—Cierra los ojos, cierra los ojos bebé —le suplico, angustiada.

Obedece, él siempre obedece.

Lloro desesperadamente, cuando mi cuerpo tiembla de manera descontrolada, y los dientes rechinan en sintonía con mi corazón.

—¡Te amo! —le grito y antes que él pudiera responderme.

¡¡¡Booooom!!!

Antes que pudiera verlo.

¡¡¡Boooom!!!

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Notita: Deja tus comentarios si te está gustando la historia, ya dejo el primer capítulo, entonces, besos, que la disfruten.

~Lo Que La Música Susurra ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora