Tabaco

10 0 0
                                    


Podría escribir algo bonito sobre amor con este título. Decir que él es mi vicio, su olor el humo que me intoxica, su sonrisa lo que me engancha y su saliva el ingrediente que me mata. Pero esto no va de amor, esté texto trata exactamente de lo que dice porque mi padre fuma desde que tiene memoria.


Os juro que no hay nada que más odie. No ve todo lo que pierde con cada cigarro, no ve el dolor que causa. Y supongo que pocos me entenderán, pocos comprenderán mi odio por el tabaco.


Supongo que nunca habéis conocido a alguien con cáncer, y diréis que soy exagerada por pensar que caerá, que es más probable morir por otra enfermedad. Pero mi padre tuvo cáncer cuando yo tenía once años. Ni siquiera sabía lo que era, solo que no dormiría en casa en un tiempo y que debíamos ir a verle al hospital.


Vi como se le caía el pelo, como forzaba su sonrisa tras horas vomitando. Vi como se agarraba sus ganas de vivir y luchar después de una sesión de quimioterapia; después de horas tumbado en una camilla sintiendo dolor, solo para seguir viviendo.


Vi como alguien fuerte caía derrotado. 

Sobrevivió, sí, y ahora pone de excusa que sabe los que se hace, que lo pasó muy mal y que hará lo que quiera. Mientras solo fuerza su caída otra vez a lo mismo.


Tiene que ser muy duro estar enfermo, pero ver a tu padre pasándolo así, sin saber qué le pasa, cómo se siente o cómo ayudarle, no es nada bonito, es un trauma jodido de superar. Tanto que pensar en que puede volver a caer, te sigue destrozando, temes volver a pasar por ello.


Es verdad que no enfermó por el tabaco, su cáncer era de sangre, pero gracias a eso supongo que sigue vivo.


En vez de aprovecharlo, solo lo usa para cavar su propia tumba. Y quiere que no odie el tabaco, pero nadie es consciente de lo que causa hasta que lo vive y ya no puede hacer nada.


Aún estas a tiempo de cambiar, de evitarlo, pero solo luchas por seguir algo que acabará matándote. Tienes pesadillas todavía de lo que te ocurrió y en vez de hacer lo que sea por evitarlo, solo te acercas más a él.


Puedes con un cáncer pero no con el mono del tabaco,así usa el ser humano la lógica.


Ahí donde le veis es un ganador que juega a perder.

Memorias de una enamorada inexperta (Prosa Poética)Where stories live. Discover now