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―Y-yo... yo debería irme... ―apenas y pudo formular con un hilo de voz, como si con aquel beso le hubiese robado todo el aire de los pulmones. Sus ojos aún se encontraban cerrados.

―¿Es eso lo que en realidad quieres hacer? ―las manos de él aún acunaban su rostro.

―No... ―respondió después de varios segundos, ahora mirándole justo a los ojos.

―Bien ―una de sus manos le tomó por la nuca para después aferrarse a su cabello sin mucha brusquedad, atrayéndola hacia él. Y mientras le besaba de nuevo, ambos se hicieron paso con desesperación hacia la habitación de ella, cerrando la puerta al encontrarse dentro.

Cuando sus pantorrillas tocaron el borde de la cama, tan solo se dejó caer. Él aún le sostenía del cabello, y con la otra mano acariciaba su pierna derecha. Las manos de ella se aferraban a su formado torso. Los labios de Bill pasaron de su rostro, hasta su cuello y su clavícula.

―¿Estás segura? ―la mirada de él se concentró sobre la de ella ―. Porque puedo parar cuando me lo pidas ―agregó, siendo completamente sincero.

―Lo estoy... y lo sé ―contestó, con una media sonrisa ante su preocupación antes de deshacerse de su playera y volver a besarle.

Pronto él volvió a dejar besos mojados por su cuello bajando cada vez más hasta el puente entre sus pechos, los cuales acarició y llevó a su boca. Pasaba su lengua y mordía con cuidado, disfrutando lo que hacía casi tanto como ella. Sus caricias definitivamente le estaban haciendo sentir ebria de nuevo.

Bill se arrodillo para quitar de en medio sus shorts al mismo tiempo que su ropa interior, haciéndole quedar por completo desnuda. Conociendo al fin todos y cada uno de sus tatuajes. Sus ojos no se despegaron de los de ella en el momento en que le hizo abrir las piernas y llevó su rostro entre ellas, empezando a dejar besos sobre su parte más íntima. La chica mordía con tanta fuerza su labio inferior, que ya podía sentir el sabor metálico de su sangre.

Él ahora movía su lengua a través de toda su superficie con precisión, haciéndola gemir una y otra vez. Su mano derecha aferrada a uno de sus pechos y su brazo izquierdo, rodeando una de sus piernas para mantenerla estable ante sus movimientos involuntarios. Ambas manos de ella acariciaban el cabello de él.

―Carajo, Bill... ―maldijo en voz baja, a tan solo segundos de su orgasmo.

Bill limpió sus labios un poco y se acercó casi de inmediato a besar los de ella de nuevo. Podía saborear de su boca el licor y los cigarrillos, y eso le excitaba aún más.

―Ven aquí ―las piernas de ella rodearon su cintura y él se dejó caer a la cama evitando aplastarle con su peso.

Empezó a besar cada parte de su rostro, incluida su nariz y cuando esto le hizo sonreír, atacó el bendito hoyuelo en su mejilla dejando también una mordida. Su sonrisa se agrandó aún más. Luego de esto, su cuello recibió la atención que necesitaba, al igual que todos y cada uno de los músculos en su pecho y torso.

Las manos de ella llegaron hasta la pretina de su pijama y se dedicó a deslizarla por sus largas piernas, llevándose consigo también sus calzoncillos. Dejando libre su erección de una vez por todas. Besó la sección de su pelvis en forma de V y luego pasó su lengua por toda la longitud de su miembro, haciéndolo soltar un gruñido ahogado. Para cuando ella le tomó en su boca, la cabeza de él cayó hacia atrás sobre la almohada.

Sus movimientos eran lentos, aún examinando el territorio en el que se encontraba. Probando qué tan lejos podía llegar, cada vez acostumbrándose más a su tamaño. Masajeaba la base con una mano y con la otra sus testículos. Momentos después, su ritmo empezaba a acelerar y le tomaba más profundo.

NOT ACTUAL COUSINS // Bill Skarsgård [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora