carta 4

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Después de todo, resumí mi vida a tres reglas:
1. No pensar en mi pasado
2. No pensar en mi presente
3. No pensar en cómo me siento

Esas tres reglas han regido casi toda mi vida y es gracias a ellas que sigo conservando esta vida. Era sencillo ser feliz, si felicidad se le puede llamar, me limitaba a fingir una sonrisa hasta olvidarme de estarla fingiendo, me limitaba a sonreír a la gente sin pensar, más por costumbre que por felicidad y afortunada o desgraciadamente, nadie parecía notarlo. Por mucho que lo dijera, la gente se lo tomaba a broma, "anda, deja de decir tanto que te quieres morir, exageradaa" o "vas a aburrir a la muerte con esa broma tuya", pero la verdad es que nunca fue broma, era una cruel y triste realidad que siempre quedo disimulada bajo una falsa sonrisa.

Todo era una burbuja de falsa felicidad en la cual me sentía bien, la felicidad de la ignorancia, hasta que en un error discutí con un amigo, y debido a eso hice algo que nunca debí haber hecho, rompí una regla, no pensar en el pasado. Y al pensar en lo horrible de mi pasado, llegue a pensar en mi presente, segunda regla, cosa que lo empeoró todo, una tristeza me abordo y hundió el barco de mi falsa felicidad matando a toda la tripulación de ignorancia, que acabaron por desaparecer, haciendome recordar todo. Ante tan atroz ataque, los piratas de mis recuerdos asaltaron mi barco para robar su mayor tesoro, mi sonrisa. Y yo, atrapada en el barco, empezé a caer en el frío y solitario mar de verdades. Ante tal sensación no pude evitar mirar a mi entorno y ver lo que sucedia, tercera norma, quedando así mis restos atrapados en el fondo del mar, sin posibilidad de salir a flote de nuevo.

Tras romper todas las normas quise llorar, pero el agua arrastra todas mis lágrimas, intenté solucionarlo todo de nuevo, hacer las paces con mi amigo, hacer como si nada hubiera ocurrido, hacer alianzas con los piratas para recuperar el tesoro y arreglar el barco, ¿pero quién puede sacar un barco hundido y despedazado del fondo del mar? ¿y para qué quieres un barco sin tripulación ni tesoros? Una cosa no sirve para nada sin la otra, se necesitan mutuamente, no puede funcionar bien una televisión sin mando ni un mando sin pilas. Pues dónde conseguiré tan buena tripulación como tenía, que me mantenía feliz en el barco sin tener conciencia de mar ni de tierra.

Ya era tarde, tarde para todo. La alianza fue rechazada y los rufianes robaron todo lo que quedaba de lo que alguna vez llegó a ser, de lo que llegué a ser. Llegados a este punto, ¿para qué seguir luchando?¿para qué seguir esforzándose?¿no se sentiría mejor el barco muerto que bajo la presión del mar? Vivimos en la cultura de que si algo está roto, es mejor tirarlo ¿entonces es hora de que me tire? La sangre que recorre mis muñecas me despierta, roja y amenazante, capaz de teñir el mar, disimulando sus efectos. Quiero disimularlos más, quiero dejar de ver el mar, necesito que salga mas sangre, NECESITO MÁS SANGRE, HASTA QUE MI CUERPO NO PUEDA MÁS, HASTA POR FIN SER LIBRE.

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⏰ Última actualización: Mar 25, 2020 ⏰

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