One Shorts Soukoku Y Otras Parejas

Besos en Guerra

Pareja: Odazai.

"¿Quién te dijo esa mentira?"
"Que eras fácil de olvidar"

"No hagas caso a tus amigos"
"Solo son testigos de la otra mitad"

"Dos besos son demasiado"
"Y un beso no bastará"
"Y aunque adviertan al soldado, si está enamorado en guerra morirá"

He repetido el mismo ritual desde hace años, a veces más, a veces menos, pero siempre vengo, sin falta alguna.
Me siento más solo que nunca, pese a estar rodeado de gente, ¿Qué soy yo, más que un bufón, un mentiroso? La mascara que me coloco cada mañana antes de salir de casa, me pesa cada día más.

¿Lo estoy haciendo bien, Odasaku? ¿He cumplido tus expectativas? No hay manera de saberlo, ¿Cierto? Porque los muertos no hablan. Y sin embargo, cada mes vengo aquí, a ésta tumba, que se me hace tan vulgar a la vista, una simple loza de piedra gris, toscamente tallada, y te hablo. ¿Me escuchas acaso?. Dudo que lo hagas.
No soy más que un mentiroso, día a día finjo que me importan... ¿Por qué debo ser bueno? ¿Por qué eso fue lo último que me pediste? ¿No te dejé lo bastante claro la clase de persona que era yo?.

Pero si hay algo de lo que no debe quedarte duda, es que te amé, te amé como no he amado a ningún otro, ni siquiera a Chuuya..... ¿Te hablé de eso? Voy a casarme en unos meses, por extraño que parezca, pero eso no importa.
Te amé, ¿Qué tan difícil era escuchar una única advertencia? No debiste ir a ése encuentro, pero como siempre, yo no era sino el ruido del viento golpeando el cristal de tu ventana, y agitando las hojas de los árboles, no había manera de que me oyeras. Y sin embargo, todavía duele, ¿Lo sabes, no? Nunca me juraste que mi corazón saldría ileso de tu amor, pero jamás creí que me dolería tanto, de una manera en que ni siquiera me importaría hacer cualquier cosa con tal de calmar ese dolor; pero la muerte sigue negándose a visitarme, ¿Acaso has hecho un trato con ella? ¿Cómo es que sigo fallando en mi intento por estar a tu lado?
No tengo idea.
Incluso ahora me lo pregunto, ¿Me amaste de verdad? Si fue así, ¿Por qué no te quedaste....?

Cada día demuestro que soy indigno de ti, y de la existencia misma. Que "amor" y "felicidad" son palabras que no pueden ir acompañadas por mi nombre, porque no me faltan amigos, ni gente que me ame, y aún así, no logro ser feliz. Me caso en unos meses, y aún ahora, temo por eso mismo, porque voy a casarme, y soy consciente de que él me ama, me conoce como a la palma de su mano, y acepta cada uno de mis defectos, que son muchos, pero yo no puedo amarle con la misma intensidad, y eso es algo que él no desconoce, pero no le importa.
Él no es tu, Odasaku, a él no puedo amarlo como te amo a ti. Y me siento horrible por mentirle como lo estoy haciendo.
Me siento un ser repugnante por besarlo, por tocarlo, por decirle palabras dulces al oído y profesarle un amor que en realidad no siento, pero sobre todo, por atarlo a mí vida de esta forma tan egoísta, solo porque tengo un miedo terrible a estar solo.
Estando solo mi mente es aún más ruidosa, y mis demonios me atormentan, arañan hasta los más profundos resquicios de mi consciencia y me llevan al borde de la locura; esa es la verdad, me caso por miedo a la soledad.
Te necesito Oda, te necesito más que nunca.

"Ya no tienes que cuidarme, porque yo"
"Siempre he sabido que tus besos matan"

"Que tus promesas riman con dolor"
"Que eres experto en robarle latidos a mi corazón"

"Y tu, nunca juraste que saldría ileso"
"Ya no te atrevas a pedir perdón"
"Yo te confieso que no me arrepiento y aunque estoy sufriendo podría estar peor"
"Sabiendo que tus besos matan moriré de amor"

Finalmente el hombre que ha estado toda la tarde frente a la tumba se levanta, un ramo de margaritas yace solitario en la misma; el hombre se marcha a paso calmado por el sendero, el guardia del cementerio está acostumbrado a verlo, viene seguido, unas cuantas veces al mes, a veces viene a diario, y siempre se detiene frente a la misma tumba, y habla, habla durante horas como si el difunto pudiera escucharlo con total claridad, y luego se levanta y se va, a paso calmado hasta que se pierde de vista. Pero hoy es diferente.