No asistí a clases toda una semana ya que estaba enferma. No podía levantarme sola de la cama, mamá me preparaba la comida y la llevaba a mi cuarto. Se trataba de una gripe y había tenido fiebre los primeros dos días. Además me tenían que trasladar al hospital más cercano (a unos 40 minutos de casa) ya que en donde yo vivía no había buenos hospitales. Había sólo dos y tardaban horas y horas para atenderte por la falta de médicos. Por suerte, ya me sentía muchísimo mejor. Estaba cansada de estar en mi casa encerrada todos los días a toda hora.
-Mamá,¿a dónde vas?-pregunté.
-Al centro, es que tengo que comprar ropa para Jazmin. Creció y todo le va chico-suspiró.
-Esperame, te acompaño.
Era un día caluroso asique me puse un vestido floreado de mi hermana mayor. Joana estaba durmiendo ya que era temprano y Lizie por lo visto, no estaba.
-Estoy lista. Vamos.
Recorrimos las calles y compramos algunas cosas. Hacía bastante que no acompañaba a mi mamá a hacer compras.
-Mañana ya podés empezar las clases nuevamente-dijo mamá mientras miraba las tiendas.
-Sí, ya estoy mejor-dije-Aunque hoy voy a aprovechar el día para pasar tiempo con papá. Debo pasar más tiempo con él.
-Él te extraña, hija-mamá me dio un beso en la frente.
Cuando llegamos a casa cepillé mi largo pelo, lo até y me dirigí hacia la estancia con mi bicicleta.
-Hola pá, vine a hacerte compañía.
Él me abrazó.
-Justo esperaba a Marcos que se retrasó un poco-mientras él hablaba yo acariciaba a mi caballo-No sé porqué, tal vez se quedó dormido.
Sin prestarle atención, dije:-¿Mi silla de montar?
-Está en el galpón, amor-respondió mi papá.
Pesaba mucho pero pude llevarla hasta Juno. La coloqué y me subí a mi hermoso caballo.
Comencé a andar despacio, así me relajaba un poco. Mientras, me acordaba cuando mi papá me había enseñado a montar a Juno. Comencé a andar más rápido y sentía como mi pelo bailaba con el viento. Isis me alcanzó y Marcos iba con ella.
-Al fin te alcanzo-dijo Marcos.
Yo sonreí al verlo y calmé a mi caballo para que anduviera más lento.
-Hola-dije.
-Hola, Zoe. Creí que nunca montabas a Tornado.
Lo miré y cuando iba a decir algo, él me interrumpió.
-Perdón, Juno-dijo de inmediato-¿Cómo estás?
-Bien. Me sientó mejor,¿vos cómo estás?-pregunté.
-Bien.
Bajé de mi caballo y Marcos me imitó. Agarré sus riendas y caminamos de regreso.
-Y...¿tenés hermanos?-preguntó.
-Sí, tres hermanas. ¿vos?
-Un hermano menor.
-Ah, nunca te ví trabajar con mi papá-dije.
-Es que me mudé hace poco y cuando conocí a Gabriel me ofreció trabajo en la estancia. Es que no estudio-contestó-Dejé la escuela y preferí trabajar.
-Gran elección. ¿Sabés qué?-dejé de caminar y lo miré a los ojos.
-¿Qué?
-Me agradas-dije.
-Vos también a mí. Creo que seremos buenos amigos, ¿te parece?
-¿Amigos?-le extendí la mano y él hizo lo mismo.
-Amigos-respondió.
Y su sonrisa no tardó en aparecer.
●●●
No quería ir a la escuela pero fui igual, extrañaba a mis mejores amigas.
Cuando llegué les conté acerca de Marcos.
-¿Qué?-dijeron las mellizas asombradas-Marcos es vecino nuestro, bueno vive a unos pocos metros. Es súper lindo.
-Zoe, ¿y te gusta?-preguntó Pauli.
-¡No!-dije alzando la voz-Somos amigos o conocidos, bueno, algo así.
-Yo quiero conocer a ese amigo conocido-dijo Sol divertida.
-Claro, claro. Vamos a clases-dije.
Marcos parecía ser buena persona. Era lindo tener un amigo hombre ya que todas mis amigas eran mujeres. Estaba rodeada de mujeres siempre.
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Por siempre juntos.
Romance-Pase lo que pase te amo-llevó una de mis manos a su boca, dándole un suave beso. -No quiero que te vayas-una lágrima recorrió mi mejilla. Me acosté en el suelo, a su lado. Apoyé mi cabeza en su pecho. Escuché su corazón y sus gemidos de dolor. No p...