𝔠𝔲𝔞𝔱𝔯𝔬

1.3K 160 2
                                    


Si bien las vísperas de ver a Samuel tenían solo sombras amoratadas, el ver a Samuel constituía un acto de fé pues cada paso que daba lo hacía en completa obscuridad.

Samuel lo conducía al centro del club, y Rubén sentía como la gente se iba para dejarlos a ambos solos. Dos ebrios que se besaban como si fueran almas predestinadas.

Cuando Samuel lo subía a su auto en dirección a su apartamento sabría que cada vez le faltaba menos tiempo con él y sentía ganas de tomarlo ahí mismo, de tratar de convencer con besos a Samuel para que no quisiese irse de su lado.

rip [rubegetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora