Day 14: Daydream
Rated: K+
Summary: MLB Au. "El color rojo significaba pasión, valentía y sobre todo vida. La Catarina, en cualquier rincón del mundo, era símbolo de buena suerte".
Disclaimer: La historia es de mi pertenencia, en ella sólo utilizo sin ningún fin de lucro, a los personajes de Naruto, cuyo creador es Masashi Kishimoto. Está prohibido re-suban esta o cualquier otra de mis historias, o adaptarlas.
Beta: Caripradi (Dibuja increíble, den like a su página en Fb, con el mismo nombre)
Ce mur qui nous sépare
>>Los gatos negros atraen la mala suerte. Mantente alejado de ellos y ruega porque uno jamás cruce tu camino, o la desesperanza y la mala racha te seguirán hasta el último de tus días. <<
Toda su vida había sido marcada por una sombra oscura. De niño no lo comprendía, pero conforme las personas a su alrededor comenzaban a perecer, a sufrir malos percances, y susurros siempre acompañaban las miradas de sospecha y desprecio. Fue entonces que él lo comprendió.
"Un gato negro".
Sasuke miraba por la ventana, sucesos vividos que nunca se borraban de su memoria parecían mostrarse a través de ese cristal, ignorando por completo el bello paisaje parisino. Mientras su mano derecha jugaba con el anillo de plata que usaba en el dedo índice de su otra mano.
No había nada de emoción en su rostro, ni felicidad o interés por el bello destino en el cual iba a residir por un tiempo. Así tampoco, nada de anticipación por ver a su viejo tío.
Desde joven, y de mala manera, Sasuke había aprendido a no tomar emoción ni cariño por nada ni nadie.
—¡Uhh, imagina los deliciosos platillos que podremos probar! —Dijo su animado acompañante, quien, diferente a Sasuke, sí estaba emocionado por el cambio de escenario.
Sasuke pasó de largo dicho comentario, y esta vez sí prestó atención al camino por el que iban.
Elevó una ceja al bajar del auto, pues la residencia frente a él era una digna de admirar. Varios pisos, estructura victoriana y, sin duda, muy grande. La casa de su tío era incluso más impactante de lo que esperaba.
—Wow-
—¿Sí, joven Sasuke?
El chofer se detuvo con sus maletas a su lado luego de escucharle hablar. En cambio, Sasuke no respondió cosa alguna, al contrario, su rostro se mostraba molesto. Apenado, el chofer le indicó la entrada.
—Mi pequeño sobrino.
Estoico como siempre, Sasuke no hizo movimiento alguno para acercarse hasta donde el hombre mayor estaba sentado. Anciano, era la mejor descripción de tal persona. Madara Uchiha era el tío abuelo de Sasuke, por parte de su padre, de ahí en más, el joven no sabía mucho de él.
No era alguien con quien tuviera mucha comunicación previa a su cambio de Japón a París, pero era el único miembro de su familia que aún vivía, y quien manejaba el dinero de la misma. Sasuke aún era menor de edad, y a pesar de esto no había convivido mucho con su tío luego de quedar huérfano. De hecho, fue hasta el entierro de sus padres que supo de su existencia.
Ciertas circunstancias le llevaban ahí, hasta París. No por voluntad propia, debía admitir él, pero no había más que cenizas en Japón, y vivir con su tío era lo único que restaba. Incluso si por años rechazó las peticiones del mayor en vivir con él, ahora ya no había otro lugar.
