Un aliado

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Pov Hiro

—¿Me dices que pasó? —miré a Marco quien me veía en forma de reprenda, pero prefería verlo a él que a Miguel, desde lo que pasó el viernes y sábado no lo había visto, ni regresado a casa, más porque tenía demasiados golpes en mi cuerpo, además del labio roto nuevamente—, no mames chino, dime qué vergas te paso o te llevaré con Miguel.

Suspiré mirando a Wasabi, Gogo y Honey, se veían igual que yo, sólo que por mi piel se notaba más "me lleva la verga" diría Marco.

—¿Cómo entraste aquí?, esta no es tu universidad—pregunté intentando evadir el tema mientras mis amigos hacían su trabajo y yo intentaba el mío.

—No evites mi pregunta, mira, no es como que sea tan difícil entrar, más si entras en bola, ahora que respondí, tú responde —mire a Marco y luego a mis amigos, ¿qué le decía?

—Chicooooooooos, ¡minimax y yo encontramos vídeos sobre nosotros, justo cuando golpearon a Hiro!—miré a la puerta donde Fred entraba mostrando el vídeo, había dos cosas que me molestaban.

La primera ¿POR QUÉ DEBÍAN GRABAR JUSTO ESE MOMENTO? y segunda ¡FREDY, HAY OTRA PERSONA AQUÍ!

—Oh mierda...santo vergazo le metieron al tipo...espera ¿a Hiro?—Sentí su mirada a lo que sólo respondí viendo molesto al rubio—. No mames...

—Oh no—se escuchó a coro, ninguno estaba preparado para eso.

—Honey, tu mezcla rara para la memoria, ya —Fred fue el primero en hablar mientras Marco retrocedía.

—No mames, sea lo que sea que sea esa madre yo no le entro y en segunda, Hiro...eres un pendejo al arriesgarte así—miré sus ojos enojados, ¿así se vería Miguel cuando me viera?—. Déjame ver si estoy entendiendo cabrón, ustedes...—se quedó viendo el lugar supongo buscando más personas—, son los héroes de la ciudad, son los que están intentando ver que pedo con las muertes y ¡esa es la razón de todos tus golpes!, no mamen, tienen suerte de ya estar bien amolados o yo ahorita les metía otro por descuidados—miré confuso al moreno que tenía frente mío—, ¿Por eso me marcaste el viernes?

—Si..., necesitaba evitar otro accidente— susurré mirando a mi equipo—necesitábamos mantener a salvo a todos, no queremos más inocentes lastimados—sentí la mano de mis amigos en mi hombro.

—Por favor, permítenos borrar tu memoria de este momento, nadie debe saber de esto—la voz de Gogo fue extrañamente amable, si Marco se negaba, claramente sería a la fuerza.

—No gracias joven, hay muchas cosas vergas de está linda visita que quiero recordar, además —por un momento me sentí extrañamente raro, iba a golpear a este tipo.

Tenía sus manos en mis mejillas, no podía separarme ¿es qué acaso todos los mexicanos tienen mucha fuerza o solo era esté par?, el contacto era muy diferente a su amigo

"Miguel"

Con un buen golpe lo separé de mi dando un paso hacia atrás, no me gustaba el contacto con las personas.

—Simón...si te importa —escuché su voz entrecortada.

—Marco, perdón, lo hiciste de la nada y....—miré a mis amigos quienes miraban con gracia la escena.

—No hay pedo, bueno Hiro, si me necesitas para entretener al Miguelin o tu tía , no dudes que lo haré, solo por favor mantente con vida, quiero ser padrino— me snetí confundido viendo a Marco—, y con el chino , aunque no lo pidas, bueno debo irme, deje a Miguel comprando burritos, por cierto, ten, maquíllate—eso me dejo muy confundido , vi como salía del laboratorio y luego mire mis manos, tenía mi maquillaje ¿cómo?

—¿Está bien dejarlo ir, sabiendo de nosotros? —me giré a Wasabi asintiendo—, ¿seguro?

—Al menos tenemos alguien que nos puede cubrir... lo más que se pueda—murmuré viendo a Baymax—, ¿Puedes mantener vigilado a Marco?, ahora hay que mantenerlo a salvo también.

Ninguno volvió a hablar del tema, no hasta que llegamos a la base y continuar nuestro trabajo, cada vez era más cansado, más estresante y difícil, vi el avance de los trajes, los cuales habían sido destruidos la última vez.

"¿recuerdas el favor que me debes?, dame la dirección del chino cara de culo "

Miré el mensaje sin entender, solo le mande lo que me pidió y regresar a mi trabajo, Marco de la Cruz, el chico más raro que he conocido en mi vida, que además era similar al chico que me preocupaba y me asustaba ver en este momento.

....

Alguna vez les ha pasado que necesitan ser lo más silenciosos posibles al entrar a su casa, pero todo, TODO, ¿se vuelve lo más ruidoso del mundo?

Era justamente lo que pasaba en este momento, eran las ocho de la mañana, así que tanto mi tía cómo los otros deberían estar abajo, claro que me percate de que el café si estuviese abierto, gracias a intervenciones de Marco, ninguno de los tres estaba taaan enojado, pero con eso me bastaba para sobrevivir a mi tía.

Metí mis planos en la mochila, junto a algunos aparatos que tenía de prototipo, debíamos mejorar los trajes, o podríamos no correr con la misma suerte de la última vez

—¿Hiro?—sentí un escalofrío, me giré un poco mirando a mi tía, sin poder decir algo o moverme, terminé en un abrazo un poco fuerte, que supongo era lo que ella necesitaba—, Hiro, cariño, te encuentras bien, estaba muy preocupada, no habías venido, y luego, ¡oh...!, pequeño ¿qué te paso? —sentí como su pulgar tocaba mi labio con cuidado.

—Estoy bien tía Cass, solo unas pequeñas situaciones en la empresa que me impedían volver a casa, estuve con los chicos todo el tiempo, confía en mi ¿sí? —acaricié su mejilla besando su frente.

—Lo hago Hiro, siempre—sentí una opresión, terminé abrazándola con mucha fuerza—. Bueno, mínimo lleva algo para desayunar, algunas donas o pastelillos para los chicos o para cuando necesites azúcar— sonreí con cariño asintiendo y tomar mi mochila, sabía que el enojo en mi tía había desaparecido después de la primera noche en la que no llegue a dormir, pero no estaba tan seguro que con los dos sujetos que estaban en la cafetería podría correr con la misma suerte.

—¿Chino? —justo el menos indicado para empezar, me giré dejando mi mochila en la silla de ahí, aún no habíamos llegado a la cafetería y ya lo había encontrado.

—Hola..., Miguel—sonreí un poco, realmente esperaba un golpe de su parte, pero sus brazos fueron lo recibí, siendo lo que necesitaba, solo eso—, lo siento—¿había pensado bien antes de abrir la boca? ¡¿me estaba disculpando?!, ¿Por que razón?

—Pinche chino culero, me tenías preocupado —miré sus ojos debido a que su agarre era la misma posición con la que marco me había tomado ayer, solo que se sentía diferente, muy diferente—, ¿me dirás que te paso?—noté su ceño fruncido, claro había olvidado mi labio roto y que bueno que estaba maquillada el resto de mis heridas—, ¿Hiro?

—No te preocupes, ya estoy bien —sonreí mirando sus ojos, no tenían el brillo de siempre, había una preocupación en ellos—, ¿puedes creerme?

—Normalmente diría que sí, pero es la segunda vez que te veo todo madreado, así que quisiera que me dijeras mínimo una parte de la verdad y no me vengas que fue un accidente de un invento o algo así, a mí no me vas a pendejear tan fácil—pude notar el cambio en sus ojos, no era la misma expresión que Marco, la de él todavía era de molestia, la del chico frente mío era enojo y preocupación, una expresión que hace mucho tiempo no la veía dirigida hacia mí.

"¡Ya bésalo!"

Se escucho el grito, pronto sentí toda mi cara roja y caliente, miré a Miguel quien estaba igual que yo, aun así, ninguno se movió. 



¡Que no soy chino! (Higuel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora