Labios rotos

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Pov Hiro
Llegué lo más rápido que pude a la base, no tenía aire, pero al menos había llegado, todos estaban reunidos, no entendía nada, ¿que había sucedido?

—Hiro, ¿Estás bien? —miré a Honey asintiendo y ver la pantalla.

—¿Hace cuánto pasó? —pregunté alarmado, sentía un colapso, me deje caer en la silla, no podía, no, no podía estar pasando eso.

—Hace media hora, lo hizo en un pase peatonal, varios heridos de un disparo— escuché a Gogo quien era abrazada por Wasabi, no sabía si era por su asunto amoroso o para que no fuera a golpear a alguien.

—Yo..., estuve cerca de ahí —murmuré recordando el beso de Miguel, automáticamente subí mi mano a mi frente donde había sido el roce—, ¿Ustedes creen que?...

—No, debió ser una casualidad, pero necesitamos terminar con esto ya, Hiro, necesitamos arriesgarnos esta vez—miré a Gogo y asentir, podríamos arrepentirnos, pero al menos habremos hecho el intento—, Hiro, ven conmigo— asentí caminando tras ella y llegar a su laboratorio.

—¿Qué ocurre?— miré que desplazaba su dedo sobre la pantalla, una noticia y un archivo estaban ahí—. Necesitaba consultarlo primero contigo genio, tenemos una pista más, si es que esto resulta confiable.

Me acerqué más empezando a leer cada párrafo, sentía mis piernas débiles, cada palabra, cada letra, no sabía cómo sentirme o cómo reaccionar.

—Gogo....tengo miedo —susurré, mirar su rostro de sorpresa no era lo que me importaba, tenía esa sensación de miedo recorriéndome—, ne-necesitamos..., no, debemos encontrarla— miré a mi amiga quien asintió.

—Hay que mostrarles esto—asentí caminando un poco a la salida, "Tadashi, dame fuerzas, por favor" miré la pantalla donde estaba la foto por última vez e ir con los demás.

....
—¿Hay señales Baymax?— sobrevolábamos la ciudad intentando encontrar algo, claro que no estaba resultando hasta el momento.

—No tengo señales de ella, tampoco de él— miré a mi amigo y seguir mirando la ciudad—. Hiro, estás preocupado, además de muestras de estrés y cansancio.

—Tranquilo Baymax, sólo podré descansar hasta que esto termine y detengamos al causante de esto—murmuré mirando lo que menos quería—. Baymax desciende—ordené mandando mi ubicación a los demás—, maldición— susurré mordiendo mi labio hasta sangrarle.

—Llegamos tarde —miré a Gogo un poco y notar su expresión, estaba siendo demasiado para nosotros, pero era por nosotros que esto sucedía.

—Hay que darnos prisa, quizá aún podamos encontrarlo cerca de aquí y así...—miré a Fred quién parecía a nada de un ataque de pánico.

—Oye, tranquilo, veme —hice que me observara y dejar de mirarlo cuando se calmó —, así, ahora intenta mantener tu cabeza fría, está será una larga noche.

—Chicos, andando —agradecimos al policía y volver a patrullar, quería creer que podríamos lograr algo, pero hasta la mañana siguiente no íbamos a dejar de patrullar.

—Hay movimiento, detecto los signos cerca de Noodle Burger, Honey Lemon y Fred están más cerca—miré la localización de todos.

—Entendido, ahí los vemos— escuché la voz de Gogo mientras veía las ubicaciones, nos íbamos a encontrar nuevamente.

"Si no respondes tú puto celular, chino de mierda, iré a buscarte en este maldito momento, cabrón"

Leí el mensaje de quien creo era Miguel, al ser el único que me llamaba así, además de Marco el cual ya tenía agregado.

Pero no, no podía salir nadie, las alertas de la ciudad de que nadie saliera estaban activas.

—Chicos, nadie diga nada—hablé por el comunicador y marcar.

—¿Bueno? no mames chino, son las dos de la mañana ¿qué pedo? —escuche la voz de un adormilado mexicano. Pero era mi única opción.

—Marco, necesito un favor, necesito que desde donde sea que estés evites que Miguel salga del café, por favor, te pagaré con lo que quieras —escuche su silencio, díganme que no se quedó dormido, por favor.

—De acuerdo, me debes una grande chino, sólo sígueme la corriente mañana, haré lo que pueda, pero ¿En qué estás metido? se escucha mucho ruido.

—Hiro, estamos llegando— miré a mi gran amigo y asentir.

—Te lo encargo, por favor—colgué llegando con mi equipo, no iba a resultar nada agradable este encuentro.

Fin pov Hiro

Mientras una batalla se daba en los límites de la ciudad, en una cafetería una castaña se encontraba cocinando y comiendo postres, un asiático intentaba calmar a su jefa y un mexicano de debatía si salir a buscar a él pendejo del Hamada o no.

Hace unas horas se habían iniciado las alertas de la ciudad, nadie podía salir de su hogar o el establecimiento donde estuviesen, estos mismos debieron ser cerrados con las personas dentro.

—Maldición...—el mexicano miraba su celular, ninguno de los tantos mensajes que había enviado al más bajo habían sido respondidos, pero si lo había dejado en visto—, Iré a buscarlo— el moreno de levantó tomando su sudadera hasta que el sonido de su celular lo detuvo.

"El pendejo que se parece a mí"

—¿Qué quieres Marco?— la voz irritada del menor no era para menos, todo su día que estaba saliendo de maravilla se fue al carajo en segundos.

—¿Dónde estás? iba a ir a buscarte, pero ya me dijeron que no puedo salir, bueno, el punto ¿Está el chino contigo?—eso molesto más al menor quedando en silencio—. ¿Miguel?

—No, no lo está, se fue hace unas horas con sus amigos por una emergencia de no sé qué, voy a salir a buscarlo—habló intentando no colgar a su amigo y salir del local.

—No mames pendejo, no salgas, quédate ahí, wey hable con Hiro, me marcó diciendo que se encontraba bien y eso—Ahora mismo Marco intentaba una excusa que sirviera para calmar a su mejor amigo, necesitaba dar en el blanco, el corazón del moreno—. Wey..., ¿besaste a Hiro?

¿Qué clase de pregunta era?, no tenía idea, fue lo único que al mexicano mayor se la ocurrió, mientras que el más joven se quedó en silencio

—¿Por qué quieres saber eso? claro que no —habló ahora un incómodo joven—. Marco, si esto es para hacer tu papel de vieja chismosa, no va a resultar, de verdad debo ir a buscar a Hiro— habló nuevamente, aunque ya no había tanto enojo en su voz como en un inicio.

—Wey, si Hiro está con sus amigos deben estar a salvo, cuando regrese sin pedos yo lo agarro y le das sus buenos putazos o besos, lo que más te agrade, pero por favor, no te expongas por algo que pueda ser una falsa alarma ¿sí?, te lo pido como familia.

Había dado en el blanco, escuchando el suspiro de su amigo, de alguna manera agradecía la llamada del chino, había detenido a Miguel y estaba a salvo.

—De acuerdo, yo estaré aquí —susurró el joven colgando a su amigo y volver a sentarse, se sentía confundido, quería tanto meterle un golpe a el chino como abrazarlo y notar que estaba a salvo.

Necesitaba a Hiro ahí, lo necesitaba a su lado.

¡Que no soy chino! (Higuel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora