24 de diciembre

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-Niño ¿dónde te metiste?- Tentaba a ciegas en la habitación.

-Aquí.- Susurré en su oído.

Giró en automático al sentir mi calor.

-Parker.- Musitó por lo bajo al chocar contra la pared. Tomó una bocanada de aire antes de intentar una vez más. En esta ocasion se tomó su tiempo, vaciló un poco antes de retomar su búsqueda a ciegas, aproveché el estado de vulnerabilidad en el que se encontraba para deleitarme con la escena, Tony Stark desnudo, vendado de los ojos y con una sonrisa boba buscando por mi,  dejé que el aroma dulzón que reinaba en el lugar se apoderara de mis sentidos. Basicamente era olor a vil sexo mezclado con su perfume italiano y gotas de sudor rociado en whisky.

Habíamos estado jugando al gato y al ratón durante todo el día en el penthouse del hotel que acababa de comprar.

Fue toda una sorpresa recibir su llamada temprano pidiendo vernos, me tenía una sorpresa y no podía esperar, prácticamente salté en su auto en el momento en que llegó a buscarme.

Vaya sorpresa me llevé al descubrir todo lo que tenía preparado para nosotros en éstas cuatro paredes, la vista era deslumbrante, toda la magnificencia de la ciudad te hacía sentir en la cima del mundo, no me llegaría a acostumbrar a lo a abrumador que era estar con el señor Stark.

Unos fuertes brazos me trajeron al presente, Tony había logrado acercarse por mi espalda sin que me diera cuenta.

-Te encontré- se quitó la venda.

Me giré lentamente.

-Ven aquí mocoso.- Sonrió victorioso.

Sus brazos se cerraron en mi cintura inpidiendome huir, atacó mi boca vorazmente reclamando su premio, dejé soltar un gemido.

-Dios Tony, sabes riquísimo.- Solté sin pensarlo.

Gruñó como respuesta.

Me estaba acostumbrando a esto, a esperar por su mensaje de buenas noches, a encontrarlo fuera de mi escuela todos los viernes en su descapotable rojo, a ser su cómplice cuando se le metían las ideas más descabelladas y me pedía estar presente, a recibir el trato de una realeza cuando me tocaba semana de exámenes y enviaba a todo su equipo de masajistas profesionales a mi casa, en pocas palabras me estaba acostumbrando a tenerlo.

Terminó la sesión de besos justo en el momento que estaba apunto de desmayarme por falta de oxígeno.

Miró su reloj. Era hora de irse.

-Tengo que irme.-

-Quedate un rato más.- Supliqué.

Y así el cuento de nunca acabar comenzaba.

Me miró apenado.

-Sabes que no puedo, el vuelo sale en una hora y Peper debe de estar como loca buscándome en el complejo. Esta vez me atrapaste más tiempo del planeado.- Acarició la punta de mi nariz con su dorso.

Suspiré resignado.

-Te lo compensaré cuando regrese ¿está bien?-

Le di mi mejor impresión de perrito a medio morir pero asentí resignado.

-Te voy a extrañar.- Admití.

-Yo también arañita.-

Me besó una última vez. Pasó su mano por mi cabello despeinandolo, contempló mis ojos por más tiempo del que le gustaría admitir, estar así tan expuesto ante él me hacía querer llorar.

-Feliz navidad Peter- Susurró.

-Feliz navidad Tony.-

Sentí mi corazón encogerse al verlo salir de la habitación.

Naturalmente no podían vernos salir juntos de ningún hotel, las personas estaban acostumbradas a vernos en eventos formales o rodeados de nuestros amigos, pero cuando se trataba de nuestro romance teníamos que ser cautelosos, por lo que él siempre se iba primero, luego yo le seguía, Tony se aseguraba de tener siempre un auto controlado por su AI esperando por mí para llevarme a casa.

Aproveché que May aún no regresaba del trabajo para empezar la cena de navidad, este año quería darle la sorpresa de preparar su comida favorita, a pesar que Tony y Pepper se la pasarían visitando a la familia de ella en un viaje express, me había logrado poner de acuerdo con los demás vengadores para celebrar todos juntos en el complejo, Happy pasaría por mi en un par de horas y luego regresaría por mi tía para darle tiempo de arreglarse.

No podía quitarme el dolor sordo que sentía en el pecho, había planeado está cena con la esperanza de mostrarle a Tony que no era el crío inmaduro que todos pensaban que era, quería probar que era tan bueno como su novia al momento de organizar reuniones sociales y que fácilmente podía ponerme en el nivel de  la pareja sofisticada que él necesitaba.

Deseaba con toda el alma poder ser esa persona, llenar los zapatos de Pepper, hacerla a un lado, pero todo se fue al caño está mañana cuando me soltó la noticia. Tuve que hacer de tripas corazón para no soltar las lágrimas que amenazaron con salir, pondría mi mejor sonrisa y sería el mejor anfitrión posible, tal vez Tony no me vería desenvolverme como el adulto que podía llegar a ser, pero mis amigos y familia si lo harían, y tal vez, solo tal vez, mi triunfo llegaría a los oídos del hombre que tanto quería.

101 Sesiones de Sexo (fanfic STARKER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora