La mujer de vidrio y el cianoacrilato.

Dilema.

•Y es el dilema del prisionero justo y perfecto, hablar o no hacerlo, amor si decides hacerlo cuida de a quien y como, las estrellas ya me contaron la condena que la luna planea sobre ti. Tu juegas en espiral, yo estoy descalza esperando bajar de las órbitas llenas de viles mentiras, dime amor mío cuando piensas desatar todo esto. Es el dilema del prisionero perfecto, piensa que todos se encuentran en su condición, amor intento dejarle en claro a tu energía de lo poco que me parezco a ti y también de lo mucho que pienso como tú. Quizá cerré mis ojos para no ver los tuyos vacíos. Algo sobrenatural nos desplaza ¿Seguirás llevándome a tus telarañas? Quien lo sabe. Tu alma sigue cubierta por mi poesía circular, pero yo aún puedo verla. Tu vida y la mía es un dilema, el del prisionero perfecto.