Capítulo 1

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Narra Abby Jones

Dolor.

Es todo lo que siento ahora.

Siento como mi vida se hunde cada vez más y más en un vacío interminable.

Estoy sentada en el balcón de mi habitación, mirando hacia el cielo, mientras lágrimas descienden por mis mejillas. Preguntándome ¿Porqué?

¿Porqué el destino es así conmigo?

Mi débil corazón herido se introduce cada vez más en una densa oscuridad.

-Te extraño-Digo y Suelto un fuerte sollozo, mientras cubro mi rostro con mis manos.

Te extraño demasiado... Y decirlo en voz alta me hace extrañarte aún más. A pesar de que estoy mirando tu foto siento que te extraño...

Desde ese día que te vimos partir, nuestro mundo se desmoronó completamente, mi padre no volvió a ser igual luego de tu partida, ya casi no lo veo, no tiene tiempo para mí, y lo entiendo... Solo encuentra una distracción en su trabajo, y ahora siento que los extraño a los dos...

Dos años atrás

Siento en mi mejilla un leve y suave toque, el cual me brinda un calor maternal. Abro lentamente los ojos y veo a mis padres, parados a un lado de mi cama sosteniendo en sus manos un pequeño pastel de chocolate.

Hoy es mi cumpleaños número dieciséis.
El día en el que me convierto en una mujer y dejo de ser una niña.

—¡Feliz cumpleaños, hija!—Gritan al unísono mientras me sonríen grande y tiernamente.

Les brindo una sonrisa de agradecimiento y me levanto de la cama a darles un abrazo.

Los amo. Son lo mejor que podría tener.

"Hoy en día, los adolescentes rechazan el afecto de sus padres, y de alguna manera hasta les fastidia que se preocupen demasiado por ellos.
Pero yo, soy todo lo contrario,mis padres son mi razón de ser, son mi ancla al mundo. No sé que haría si algún día llegarán a faltarme..."

—¡Los amo!—Les grito, mientras los abrazo y beso sus mejillas animadamente.

—También te amamos, mi niña —Dice mi madre mientras corresponde mi abrazo.

—Yo los amo más —Digo, y hago un pequeño puchero con los labios.

—Nosotros te amamos aún más —Me responde mi padre mientras nos envuelve a mi madre y a mí en un gran abrazo.

Me siento en paz, ellos me brindan paz. Nada se Iguala al amor que te puede brindar un padre y una madre.

Mientras que mis padres me miraban con ternura, mis manos poco a poco hiban desmenuzando el pequeño pastel de chocolate, llevandolo lentamente a mi boca y disfrutándolo con un muy buen gusto, al momento escucho a mi madre decir:

-—Quieres salir de compras conmigo, hija? —Me pregunta mi madre mientras se desprende del abrazo.

–––Claro, solo dame 15 minutos para estar lista.

Mi madre asiente y se retira de mi habitación junto con mi padre.

Ingreso al baño, me miro al espejo y repaso mis rasgos físicos, aún no puedo creer que ya tenga dieciséis años, el momento que he esperado durante tanto tiempo ya está aquí, pero aún no se siente real.

Me ducho, me pongo unos jeans oscuros con una sudadera morada y mis Converse blancos. Me aplico un poco de maquillaje y me recojo una coleta alta.

Me dirijo escaleras abajo, ingreso a la sala y veo a mi padre leyendo un periódico, le doy un beso en la mejilla y me dirijo a la cocina en la cuál está mi madre cocinando un postre.

—¿Ya estás lista? —Le pregunto a mi madre mientras me siento en la encimera de la cocina.

—Dame unos minutos, ya estoy por terminar ésta belleza— Me responde mientras le da los últimos toques al postre de tres leches que tiene entre sus manos.

Se me hace agua la boca, y estoy a punto de agarrar un pedazo de aquél manjar, pero mi madre evita a todas costas que yo intente tocar ese delicioso postre, ya que debo dejar de comer tanto, mi habitación está llena de envoltorios de comida chatarra que había disfrutado anoche.

Miro hacia otro lado para evitar la tentación.

—Ya está—Dice mi madre mientras mira con una gran sonrisa su obra de arte, introduce el postre en el refrigerador y me mira con una sonrisa- ¿Nos vamos?-Preguntó mi amada madre, con un rostro colmado de ternura...

Asiento, me bajo de la encimera y me dirijo a la sala para despedirme de mi padre.

—Adiós, papá. Nos vemos en la tarde—Le beso la mejilla y le brindo un corto abrazo.

—¿Me dejarán solo? —Hace un pequeño puchero y pone las manos en jarra mientras nos mira recriminatoriamente.

—Solo será un rato, amor— Le dice mi madre mientras se le acerca y le da un beso en los labios— Volverémos rápidamente.

Mi padre asiente y vuelve su vista al periódico.

Me dirijo a la entrada y me detengo en el umbral de la puerta para esperar a mi madre, ella llega a mi lado y me toma de la mano.

Salimos de la casa y pasamos por nuestro jardín principal, siento la suave brisa en mi rostro, cierro los ojos ante la sensación maravillosa del fresco viento de ese verano.

Pasamos cerca de diez cuadras en el auto de mamá, y ella repentinamente frenó en seco un poco antes del primer semáforo.

—Madre, ¿Que pasó? —pregunté con mucha curiosidad y un poco de asombro.

—Hija, te quería traer hasta aquí, antes de salir de compras para mostrarte una sorpresa super hermosa—Contestó Ella con una sonrisa enorme en su rostro.

Jocosamente le pregunté—¿Que sería así de importante que frenaste de una manera tan abrupta?—Formulé con un pequeño toque de sarcasmo en el rostro y una risa de nervios a lo que mi madre quería enseñarme.

Ella solo me sonríe, al momento sale del auto, cruza la calle y me dice —¡Vamos hija, corre! ¿O te quieres perder la sorpresa?

De inmediato salgo del auto corriendo tras ella, persiguiendola como si estuvieramos jugando a policías y ladrones, y cuando logré atraparla la abracé fuertemente y no la quise soltar por un buen rato. Sin darme cuenta la había seguido hasta un hermoso lago de aguas cristales cerca de la secundaria, y que estaba amparado de un hermoso bosque de pinos, quedé deslumbrada con su maravillosa belleza...

Mi madre suave y amorosamente me da un lindo beso en la frente, y me dijo de la forma mas tierna apuntando hacia una pequeña cabaña al lado del lago — ¿Vez esa cabaña?

Yo respondí -—Mami ¡Si! Está Hermosa

Si Hija—respondió ella y añadió —Ahi fue donde conocí a tu padre, esta es la cabaña de la que tanto habla tu padre en casa, fuimos simplemente amigos por un tiempo hasta que descubrimos que estábamos hechos el uno para el otro, y mira aquí estamos amándonos con todas nuestras fuerzas, así quisiera que algún día hayaras al amor de tu vida...

Salimos de ese hermoso lugar, y nos dirigímos  hacía el lugar de compras.

Compramos todo para la cena y aparte un hermoso vestido para mi, color azul celeste, el vestido mas hermoso con el color más hermoso de todos...

Pero... La verdad nunca creí que algo así fuera a pasar en el mejor día de mi vida... Algo trágico y doloroso estaba a punto de suceder, mi mundo se hiba a volver un caos, el corazón se me quería salir del pecho...

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