La difícil tarea de ser un héroe. | Todomomo

Capítulo 8. Impavidez.

Impavidez.

Ser un héroe no se trata de ser un ser carismático, y aunque la personalidad es importante, no lo es todo. Todoroki lo sabía perfectamente, por ello, aunque intentaba cambiar su carácter no era su objetivo principal. Y si algo había aprendido de su padre -por más que deseará negarlo- era que a la hora de enfrentar una situación de alto riesgo, la impavidez debía estar presente, aún si está fuera fingida.

El generalmente era un humano impávido, no lograba sorprenderse fácilmente y le era sencillo mantener la calma; contrario al resto del salón que en su mayoría tomaba expresiónes muy exageradas. Los que mostraron un estado de tranquilidad al recibir la "gran noticia" fueron Bakugo, el profesor Aizawa y por supuesto él. Pues aunque ya hubieran sufrido una situación parecida en el pasado, todos los presentes ahí sabían que si el caso se relacionaba con la liga de villanos, Yaorayouzu estaba condenada a vivir un infierno.

El junto con Bakugo sabía que el carácter sadista de Shigaraki ya no era el mismo de antes. Antiguamente su estado mental era malo por obviedad, pero actualmente su mera presencia era como la de un tósigo que no conocía más que su propia existencia. Tomura era un veneno que arrasaba y corrompia a todos a su alrededor, ejemplo claro son los integrantes de la liga de los villanos actual. Incluso los profesionales no encontraban una manera de salvarlos de dicho infierno, a ello se debía su especial preocupación por su hermano que parecía estar viviendo en un encantador cuento de hadas, construido especialmente para él.

-Oye, bastardo. -La voz de su acompañante le hizo despertar de sus pensamientos, recordando como consecuencia la importancia de lo que el mismo había propuesto.

-Natsuo, debe de estar por éstos alrededores. No tardará.

Y aunque fue una sorpresa de menor carácter, por primera vez notó una reacción extremadamente calmada en Bakugo. Tal vez, no era la primera, pero si la primera que el había observado.

La calma reinaba entre ambos, incluso se sentía seguro, pues, consideraba que el junto al rubio eran un equipo muy bueno, uno de excelente calidad al punto de superar cualquier obstáculo que un ser maligno les colocará. Lo había notado en la licencia de héroes y lo sostenía hasta ese momento.

El rubio se abalanzó a su hermano, tal como si fuese un animal salvaje esperando a su grandiosa presa. Él se acercó a ellos posteriormente y pidió cortésmente a Bakugo que lo soltará, cosa que fue cumplida con cierta molestia de por medio.

-¿Dónde está? -Pregunto con calma, mientras Natsuo le dirigía una mirada llena de algo parecido al odio.

-No te lo diré tan fácil, Shoto. ¡Crees que traicionare a nuestro hermano, me crees capaz de algo tan miserable! -El albino estaba fuera de sí, se notaba asustado, desesperado por algo que el desconocía. Y mientras las manos de su hermano se dirigían a su propia cabeza el pudo analizar de manera rápida que es lo que sucedía o al menos eso es lo que creía-. ¡Vete de aquí, no obtendrás respuesta de mi parte! -Natsuo se veía tan diferente que en el fondo dolía, tal y como si alguien le hubiese apuñalado violentamente en el corazón.

Ver a tu propia familia más rota, es notar que tú mismo jamás dejaras de estar podrido... Se repitió mentalmente, sin razón aparente.

-¿Dónde está? -Volvio a interrogar. Posiblemente era osado de su parte, pero en aquella ocasión ejerció algo de fuerza sobre el brazo del albino. No entendía el porque, pero una muy pequeña parte de él se sentía intranquilo.

-¿Acaso no escuchas? -Comento su hermano y sin remedio alguno se limitó a soltarlo-. Los héroes son tan patéticos, viven tan limitados que olvidan el valioso placer de la vida.