Capítulo 2

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Las cosas aparentemente iban bien, no les faltaba nada, agradecía enormemente que su trabajo era muy estable y cobraba bien aunque habían días en los que se retrasaba mucho y sus pequeños esperaban por el al menos media hora o tenía que llamar a su hermana para que pase por ellos, pero eran muy pocas las veces en la que hacía eso ya que siempre era cuidadoso con sus horarios y trataba siempre de terminar a tiempo. Por otra parte ha estado evitando a Kei por bastante tiempo a pesar de que el mismo se aparecía de vez en cuando en su trabajo o a altas horas de la noche en su hogar, no se sentía listo para poder hacerle frente, no quería escuchar sus tontas excusas que ni él mismo entendía.

las preguntas de sus hijos de en dónde estaba su padre se hicieron muy frecuentes, ya no podía mentirles, no le quedaba ninguna mentira que decir, solo les decía: ''ya llegará cariño'' sabiendo  que  no lo hará, pero ya era hora de que eso pare, no tenía planes de volver a ser lo de antes, de eso estaba muy seguro, pero no podía privarle de ver a sus hijos ya que después de todo igual era su padre he igual los amaba tanto como a él. 

Caminó por las amplias calles de la ciudad para dar en un café, había dejado a sus hijos con su tía para poder llegar a ese lugar y al cruzar la puerta de entrada encontrarse con su esposo. Quiso voltear he irse diciendo que tenía otros asuntos importantes, pero se armó de valor para ir y sentarse frente a él, de todas formas igual ya lo había visto y no dejaría que se vaya hasta poder tener una conversación.

—Lamento la demora, Natsuki no quería que la deje.—

Ese momento, antes de salir, se le rompió el corazón, todavía retumban en su cabeza las palabras que le dijo: ''no quiero que te vayas y nos dejes como papi Kei, prométeme que volverás, por favor'' aquello lo dijo mientras se aferraba a su cuerpo impidiéndole moverse.

—Descuida, entiendo.— su tono de voz era neutral como siempre, no notaba ningún cambio en él, solo que las bolsas bajo de sus ojos eran muy notables, cosa que fue muy extraña pues él odiaba que se notaran.—¿Cómo estás? ¿Cómo están  los niños? — clavó su mirada en él haciendo que un escalofrío recorriera por su espalda.

—estoy bien, estamos bien.— despegó su mirada de él comenzando a mirar el menú que le habían entregado. Se regañó mentalmente por eso, no podía bajar la mirada, con el paso del tiempo había aprendido a nunca volver a sentirse menos, fue difícil, pero ya no era aquel joven inseguro de hace años. —ellos te extrañan, podrías pasar a verlos cuando quieras.— su mirada seguía concentrada en aquel menú mientras mordía su labio suavemente dejando ver su nerviosismo.

—¿Y tú? ¿También me extrañas?— en ese momento su tono de voz fue más suave y a la vez inseguro. Tadashi levantó la mirada encontrándose con los ojos del rubio, por un momento se quedó embobado mirando su rostro, a pesar de todo, él seguía siendo igual de apuesto.

—no lo sé.—bajó la voz sin desprender su mirada, pero a los segundos lo hizo gracias a la mesera.

¿Que sí lo extrañaba? ¡Claro que sí! Han compartido tantos años juntos que no creyó que en algún momento se separarían, en su cabeza nunca cruzó alguna idea así, siempre se vizualizaba con él y sus hijos, pero nunca solo. En ese momento él pecho le dolió un poco, que se desconcentró por un momento, pero volvió gracias a la chica que le había vuelto a hablar, amable sonrió y le dijo lo que quería.

—¿Cómo estás? ¿Cómo están?—aquello fue dirijido netamente a él y el pequeño ser que crecía en su interior.

—bien, bien, sigo con molestias, lo normal, está siendo más inquieto que sus hermanos.—

La charla continúo, todo fue bastante agradable, no hubo tensiones ni nada, solo una conversación entre dos personas que parecían reprimir lo que sentían ocultandolo detrás de una sonrisa.

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2020 ⏰

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