Capítulo 21

40 4 1
                                    

Ya es de noche y no salí de la habitacion en todo el día, Ezra intento hablar conmigo varias veces pero nunca obtuvo una respuesta. Por lo que pude escuchar mis padres se fueron pero Spencer decidio quedarse, supongo que lo hizo para acompañar a Ezra, sea lo que sea, mi puerta no se va a abrir. Ver a todo el mundo hablar como si nada hubiese pasado me hizo acordar todo el dolor que me hicieron pasar. Aparte, desde que me desperté el único que me quiso hablar de mi embarazo fue mi doctor, nadie más lo hizo, ni siquiera Ezra. Eso fue lo que más me destrozó, íbamos a ser padres quizás de una nena o un nene, pero nunca lo vamos a saber, aunque no estaba en mis planes quedar embarazada a esta edad, estaba tan emocionada por ser una madre. Pero no se si Ezra se sentía igual que yo, mi una palabra, ni una lágrima y las pocas cosas que ya teníamos en la casa, como la cuna, ya no están. Eso me hace re pensar todo este asunto de vivir juntos, de esta relación.
Será que se siente atado a mi? Me seguirá queriendo después de haber perdido nuestro bebé? Puede ser que ya no me quiere porque gracias a mi ahora no va a ser padre pero no me quiere dejar ya que todavía no estoy completamente recuperada. Seguro cuando ya me sienta un poco mejor me deje tirada en la calle; total el puede encontrar tantas mujeres mejores y de su edad.
Ya son más de las 3am y ni siquiera hice el intento de moverme del piso, por un rato intenté levantarme para poder ir al baño pero fue imposible así que deje de intentar hace ya rato. Ezra sigue del otro lado de la puerta, cada tanto se mueve, supongo que intenta escuchar movimiento en la habitación o el ruido de la traba, hubo intentos de hablarme pero cada vez que empezó a decir mi nombre paró y se fue. Pero después de un tiempo, escuché pasos acercándose a mi pieza. Una mano empezó a tocar la puerta y una voz, que conozco muy bien desde que era chica y siempre estuvo en mis peores momentos, se empezó a escuchar.
"Aria, ya se que en estos momentos te sentís mal y que probablemente no perdonaste a tus padres por las cosas que te dijeron, pero en serio ellos se sienten muy mal y te querían pedir disculpas.... abrí la puerta y déjame ayudarte, al menos déjame entrar a mí" se notaba por su tono que estaba intentando contener sus lágrimas y muy bien no le estaba saliendo.
Aunque estaba lista para al menos dejar a ella entrar, no podía, durante todo el día no me pude levantar gracias a mi cuerpo que ya ni parece que me pertenece, y arriba mío también tenía la silla de ruedas que se me hacía muy difícil de levantar; pero eso no era lo peor, después de estar horas aguantando mis ganas de ir al baño, ya estaba acostada en un charco. Este estado creo que es el peor en el que alguien desearía ser visto, me siento tan avergonzada que no quiero ser vista ni siquiera por mi mejor amiga. Pero a la misma vez, si no dejo que ella entre y me ayude, Ezra va a tirar la puerta abajo y eso sería peor.
"Spens estas vos sola? Sólo vos me podes escuchar? Prometeme que sos sólo vos y nadie más, no quiero que este Ezra" grité lo más que pude así me garantizaba de que ella entienda todo lo más claro posible y siga mis instrucciones lo mejor posible.
"Ezra esta en la casa.... pero si quieres le digo que se vaya y una vez que salga de la cabaña hablamos otra vez, okay?" No llegué a responder que estaba escuchando como se alejaba de mi puerta dirigiéndose a donde Ezra esté. Después de unos minutos escuché como la puerta se abría y después se cerraba, bastante fuerte debo de agregar, era obvio que Ezra no estaba para nada contento con lo que había pedido, pero bueno por el momento va a tener que arreglárselas de esta forma.
"Aria ahora si, sólo somos vos y yo, me podes abrir y hablamos?" Estaba temiendo por este momento en el cual Spencer va a verme en Mami momento más oscuro, pero no había vuelta atrás.
"Si... pero hay un problema.... me caí.... noo me pue- puedo levantar..." pude decir entre mis sollozos, estaba rota por dentro y fuera, y fue en ese momento donde deje que mis paredes se destruyan, lágrima tras lágrima, cada vez más rápido y en mayor cantidad iban cayendo.
Fue en el momento que sentí alguien acercándose a mi, que empecé a hiperventilar, mis manos se cerraron y mi cuerpo temblama; después de años sin ellos, los ataques de pánico volvieron. Muy en el fondo escuchaba la voz de Spencer tratando de sacarme de mi estado de pánico, pero eso ya era imposible, estaba muy avanzado.
No sabía que había a mi al rededor pero sentía como un peso se levantaba de mi cuerpo, el piso dejo de estar cerca mío y agua tibia caía encima mío, mi ropa dejaba de estar en mi cuerpo y el olor nauseabundo que había respirado durante todo el tiempo que estuve en el piso, ya no estaba.

Prueba De VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora