En el reino de Valgard, El rey Leo un hombre alto de ojos cansados y verdes, cabello negro largo con canas, una barba corta canosa, una nariz larga, con manos manchadas estaba esperando el nacimiento de su tercer hijo, recorría cada habitación, cada pasillo, e incluso caminaba en círculos, en la sala del trono, pasaron 4 horas desde que empezó el parto, el rey sentado en el trono esperando a su hijo, un sirviente se acercó y le avisó que su hijo había nacido.
El rey fue rápido a la habitación emocionado, pero al llegar se dio cuenta que su amada reina había fallecido, una sirvienta cargando al niño se lo entregó, el rey vio que el bebé era más pequeño que la mayoría de los recién nacidos, además nació enfermo con una piel pálida y no lloraba era extraño, el rey se lo dio a la sirvienta.
El rey encargó que le hicieran una cuna especial para el bebé, el rey se fue a la sala del trono decepcionado y lamentándose de todo, mientras que los hijos mayores Gil de 12 años con cabellos corto castaño, ojos negros con una mirada seria y Simón de 8 años de cabello negro, ojos verdes, con una apariencia casi desnutrida, veían con odio al niño que les quitó a su su madre, al niño asesino, planearon hacer la vida imposible al niño, para después deshacerse de él, al a anochecer el bebé fue llevado a la cuna, donde la sirvienta lo arrullo, para después dejarlo solo, cuando la sirvienta se alejo de la puerta, los hermanos entraron a la habitación, cerraron la puerta, se acercan a la cuna, Simón con una almohada y Gil con una daga, pero antes de actuar la puerta se abre, entra el rey, se acerca a la cuna y mira al niño enfermo, los hermanos se alejan lentamente de la habitación sin ser vistos por el padre, el rey Leo con ojos adoloridos veía como el hijo enfermo dormía tranquilamente, acercándose a su oreja le susurra cerca.
-ojalá hubieras sido mejor tu, que mi mujer-
el niño reacciona dormido temblorosa mente después de ello el rey se aleja de la cuna, para ir a la puerta y salir, llendo a su habitación.
Al pasar las semanas, el niño casi no se movía, seguía igual de pálido, no importaba cuantos nutrientes le daban, el niño no las tomaba, solo aceptaba la leche, al menos se alimentaba, dormía más que cualquier infante lo hacía al día era raro, mientras el rey todavía sufría la pérdida de su mujer, mientras que los hermanos, en sus habitaciones planeaban como deshacerse de su hermano enfermo Simón sugería arrojarlo por un pozo, mientras que Gil quería arrojarlo a los leones del Coliseo.
Mientras tanto en la entrada del reino un hombre grande motando una caballo blanco, con una barba negra, poco cabello con una armadura que cubría gran parte de su cuerpo, llevaba una casco con forma de buey, una lanza y una gran legión lo seguía, se dirigían al castillo para ver al rey, era nada y más ni menos que el medio hermano del rey Leo, era Octavio, Lanza de Tiraníca un hombre que aterroriza al enemigo y no tiene piedad, Octavio se dirigía a ver a su nuevo sobrino, pero es interrumpido por su medio hermano Leo, quien preguntó por que a llegado hasta aquí, a lo que Octavio respondió con estas palabras.
-Vine a ver a mi sobrino Leo, los bárbaros del Este ya no existen y si sobrevivo uno, tardaría años en preparar la mitad del ejército con el que combati, y la mitad de entretenido-
después de decir estas palabras sus hombres ríen, pero son interrumpidos por el grito de Leo.
-Silencio- dijo el rey, Octavio baja de si corcel y se dirije hasta la puerta del castillo donde estaba Leo, ambos entran, mientras que la legión vuelve al pueblo a descansar, Octavio y Leo platican unpar de horas en el pasillo, Leo le menciona el fallecimiento de su mujer y como su hijo nació enfermo, Simón y Gil escuchan ocultos en una habitación cercana, Octavio y Leo discutían el futuro del niño enfermo y de los hermanos mayores.
Octavio sugirió que se quedara con uno de los tres niños, Leo sabía que Octavio era ambicioso, sabía que usaría a uno de sus hijos para derrocarlo.
ESTÁS LEYENDO
La trágica historia de un tirano
De TodoUn hombre que logró hacer que los propios dioses llorarán sangre, por todo el dolor emocional y espiritual que sufrió en la vida y lo que seguirá