Me dirigía hacia el gimnasio con Dew a mis espaladas, el tan solo hecho de tenerlo a metros míos me causaba escalofríos. Él no me había dirigido la palabra en todo el trayecto y por su expresión de molestia, tampoco tenía la intención de hacerlo.
Abrí las puertas del gimnasio-ya que eran dobles- y espere a que pase Dew, por lo que quede detrás de él.
“Este es el gimnasio general, se práctica gimnasia y se usa mayormente cuando llueve, ya que las canchas se inhabilitan esos días.” Explique en un tono nervioso, quería que esto acabara, ahora.
Dew hiso una vista panorámica del gimnasio y acto siguiente tiro de su alborotado cabello hacia atrás, dejándome ver su musculoso brazo-sin exagerar- él era realmente lindo, demasiado. Fijo su vista en mí haciéndome reaccionar al instante, no me volvería a tildar mirándole.
“Ven por aquí” Exigí saliendo yo primera por la doble puerta.
Siguiente parada: cancha de Softball y Football. Salimos encontrándonos en el jardín del instituto, sentía los penetrantes ojos de Dew clavados en mi espalda, escuchaba sus pasos detrás de mí, ¿Cómo es que la presencia de una persona me ponga tan nerviosa?
“Por aquí es el jardín, ya sabes, es el centro social del instituto, los estudiantes vienen aquí durante el receso. En la parte izquierda están los pasillos que llevan a las aulas y a la izquierda se encuentran las canchas de Softball y Football, la actividad es optativa pero tienes como obligación hacer algún deporte, puede pasar por dirección y apuntarte a alguno más tarde.” Informe.
El solo se limitó a mirarme.
“Wow, quien diría que la santurrona más grande de Sand Point me estaría dando órdenes.” Dijo en tono amargo.
Yo abrí mi boca en asombro.
¿Qué acaba de decir?
Malnacido, sabía que no era la persona más agradable del mundo pero no me esperaba que sea tan mal educado. Estaba intentando ayudarle y el solo me humillaba.
“¿Qué dijiste? Escucha, no eres nadie para tratarme de esa forma, solo estoy intentando ayudarte.” Respondí tratando de sonar autoritaria, un intento muy fallido, mi voz se ahogaba en mi garganta al ver eso ojos oscuros.
“Solo terminemos con esto, estas empezando a fastidiarme.” Sentencio.
‘No eres el único que se está fastidiando’ pensé.
“Como quieras”
Salimos del jardín y fuimos hacia la cafetería, la tensión e incomodidad eran notables en el ambiente.
“Aquí es la cafetería, bien, ¿el niño Evans se recuperó de su rabieta y necesitan que le expliquen que es una cafetería?”
Era mi turno de humillarlo un estúpido no iba a querer hacerse el listillo conmigo. Su boca se hizo una línea recta y sus puños se apretaron en sus costados. Su mirada fría mantenía la mía causando descargas eléctricas por todo mi cuerpo. Justo en el blanco Willa, su ego, choque los cinco internamente.
“¡Hola Willa!” Saludo entrando Rupert, el jardinero del instituto. Desvíe mi mirada hacia él y le devolví el saludo.
Me dirigí hacia los pasillos, sin fijarme en Dew, no gastaría más tiempo explicándole cosas que no le interesan en lo más mínimo. Engreído.
La primera hora de clases que teníamos era Literatura con Mrs. Salvin, por lo que fui directamente al salón ya que quedaban tan solo veinte minutos para que las clases comenzaran, los alumnos ya estaban ingresando pero todos se quedaban el en jardín, socializando. Yo realmente fracasaba en eso, por lo que prefería quedarme en el salón esperando.
Estaba de espaldas a la puerta acomodando unos apuntes, cuando uno fuertes brazos agarran mis muñecas y me hacen girar con un brusco movimiento aterrizando contra los estantes de los libros, haciendo caer algunos debido al impacto. Mi respiración se cortó de pronto, pero se unió a otra al instante debido a la cercanía de una persona: Dew Evans.
“Creo que no nos entendimos muy bien, muñeca” Dijo con voz ronca, haciendo que mis piernas temblaran. “He visto tu cara cuando me viste por primera vez, me conoces. O al menos eso crees tú.”
“Q-que quieres Dewayne?” Tartamudee tratando de encontrar mi voz, lucía débil y odiaba eso.
“¿Qué quiero?” Preguntó chocando su frente con la mía, oh no. “Simple” Se relamió los labios sin apartar su mirada de la mía. “Tú tienes acceso a todos los expedientes de los estudiantes aquí ¿no?”
Asentí.
“Bien, espera mi mensaje nena” Formulo una perfecta sonrisa ladeada.
El timbre sonó avisando que las clases estaban por comenzar y Dew me soltó dejando un dolor punzante en mis muñecas. Mrs. Salvin entro saludando y los alumnos hablaban animadamente entre ellos, yo me senté en mi habitual asiento, y observe a Dew detrás de mí, él me correspondió la mirada y me guiño un ojo.
Oh. Por. Dios.
¿En qué me metí?
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Slyness
Teen Fiction¿Quién diría que dos personas totalmente opuestas podrían complementar sus vidas?