EN CUARENTENA

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Juntos compartiamos todo, momentos  dulces como mermelada y mansana
derepente hubo un cambio en nuestra vida cotidiana
El mundo caminaba triste bajo la oscridad cómo estas noche sin luna llena
la muerte nos acariciaba a la vuelta de la cada esquina
en plena crisis mundial por culpa del corona
aquella pandemia no distinguía razas, ni la edad de la persona,
No sentía pena, ni pretendía dejarse una sola vida humana
Aquel virus se originaba desde la república popular china
Guinea no iba ser una exepción, pero aquel gobierno y sus medidas contra el corona fue una fortuna
extraño los abrazos, las fiestas, y la salida nocturna
para compartir una cerveza en cada fin de semana
Pero ahora quedarse en casa es la única vacacuna
Y a tanta distancia de mis seres queridos mi corazón no entiende de cuarentena
dentro de la casa parece que el reloj no gira, un día parece una semana
Cada minuto que pasaba me asomaba por la ventana
la luna en blanquecina
las calles vacías, y algunos con mascarillas
aquella pandemia no distinguía razas, ni la edad de la persona,
No sentía pena, ni pretendía dejarse una sola vida humana
qué pena hoy se habla del corona, y nadie sabe que será el día de mañana

ANTONIO BACALE NSUE

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