-Narra Ecko-
Me siento mal, pensé que seria más fácil olvidar a Kasey manteniéndome lejos de ella, pero estoy en un completo error.
Pensar en ese beso también me hace estar mal, y jugar con los sentimientos de una mina solo para olvidar a otra, también está mal.
Hable con ella y dijo que me entendía, que había pasado por algo casi igual y que por eso no me juzgaba y que esperaba que todo se arreglara entre Kasey y yo.
Si te pones a pensarlo, no hay nada que arreglar, yo le pedí disculpas y ella me perdonó y seguimos tan amigos como siempre, bueno eso creo. Es incómodo para mi.
Yo sabía que Mau la estaba boludeando con Venecia, la amiga de Kasey, aunque no debía meterme por que Mauro es mi amigo y puedo terminar en problemas con el. Pero Kasey me importa y mucho y no quiero lastimarla tampoco.
Con el paso de los días me di cuenta de muchas cosas, tal vez ella y yo no podemos estar juntos y yo sabía que ella al que quería era a Mauro, y aunque yo intentara de todo y aunque siempre estuviera para ella, no iba a pasar la gran cosa entre los dos. Aparte lo único que estaba logrando era confundirla.
Tal vez debo dejar mis sentimientos de lado, aunque nadie debería hacer eso, uno no elige lo que siente, todos deberíamos de poder expresar lo que sentimos sin miedo al rechazo, ni a que se burlen de nosotros. Pero el mundo es una mierda y las personas también, así que no queda mucho por hacer.
Esperaba que por lo menos Kasey pudiera sentir lo más mínimo o lo mas cercano a un amor, pero no de amigos como lo que ella realmente sentía hacía mi.
El día que dormimos juntos ella me dijo que me amaba, que no sabía como pero que me amaba. Me quise convencer de que podíamos llegar a ser algo, pero pensé las cosas, y no creo que eso pase...no si Mauro está aquí.
Ay Kasey, como quisiera que me vieras con ojos de amor por lo menos un momento, pero eso no va a pasar.
Llegué a su casa, quería verla, desde McDonald's no nos vimos.
Toque el timbre dos veces y salió ella, parecía que recién se despertaba.
–hola....lo siento, puedo venir más tarde– dije apenado
–No, no, pasa– dijo y se hizo a un lado haciéndome pasar
–¿Cómo estás?– pregunté sentándome
–Pues bien creo... y tu??– contestó, esto era incómodo
–Bien, tenía ganas de verte– dije
–Ay nachito perdoname, ¿sabes? Siento que no sé, pues, tengo miedo por que no quiero hacerte sufrir, yo sé que te gusto– error, me encantas– pero me duele que no te correspondo, y sinceramente eres una persona increíble, y eres hermoso y no se, me duele– dijo
–No te preocupes, no vine a hablar de eso, vine a ver como estabas y estar con vos... si no te molesta claro– dije
–¿Como me va a molestar que estés aquí? ¿Quieres algo de comer?
–Mmm yo creo que sip– dije soltando una risita
–Bueno, ya vuelvo...
–Te ayudo– dije
–No, no te preocupes– dijo
