Baka, MI Baka

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—¡Ishii-sempai!

Un grito masculino la hizo detener su caminata silenciosa y despreocupada entre los pasillos del Karasuno. La joven fémina se voltea para verlo.

—¿Uh? Noya-san, Buenos días.

—Buenos días, perdona la molestia, pero... ¿Sabe cuando volverá Asahi?

Fue allí cuando la chica con un flequillo corto y esponjado para arriba, con el cabello negro que le llegaba hasta los hombros, levanta la mano y la posa en la cabeza de su kouhai.

—Pronto ya lo verás.

Sonríe suavemente ante su rostro que expresa suma tranquilidad, pero por dentro se encontraba con otra cara, con una vena palpando.

—Hai Sempai, solo avísele que pronto comenzarán los entrenamientos.

—Vale, se lo haré saber. Por cierto, Noya-san...

—¿Hum?

—Gracias por tanta preocupación, eres un gran amigo.

Nishinoya Yuu al ver su sonrisa, agradecida y las caricias suaves en su cabello se emociona, mirándola con divinidad. La tranquila personalidad de su Sempai, no podía haber mejor chica para su mejor amigo como ella.

Un timbre había sonado por ende, el pequeño momento llegó a su fin, despidiéndose y cada uno volviendo a sus clases. En el camino Ishii Netta se había encontrado con Sugawara y Daichi, ambos se animaron a preguntarle que tal le iba en sus clases, de igual manera así lo hicieron hasta llegar antes del maestro de historia.

Una vez dada la clase, todos se dedicaron a escuchar las indicaciones y los trabajos de equipo para este último año. Siendo así como Azumane e Ishii habían quedado para hacer el trabajo práctico juntos.

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—Asahi.

—¿Uh? ¿Qué pasa?

El moreno de cabello chocolate la observa mientras caminan en dirección a su casa, se había estado extrañando por la tranquila y excesiva paz de su novia aquel día. Y sabía que no sería por mucho. Justamente se la conocía por ser totalmente distinto a la apariencia que ofrecía siempre.

—Hoy volví a ver a Noya, mandó saludos para ti.

Aquello lo había tensado y entristecido, desde el último juego que lo bloquearon no quiso volver a tocar la cancha, abandonando a muchos de sus amigos y a su mejor amigo Noya.

—Ah... Uh.. Vaya.—responde algo incomodo, sin saber cómo hablar.

Siente la delicada y delgada mano con la suya, entrelazando se suavemente con la de él, pequeña VS grande. Encajando perfectamente, como piezas.

—Te apoyé cuando fue difícil superar ese tropiezo... Y lo sigo haciendo, pero, estás pasando ese límite, Baka.

Las palabras serias y roncas de la mujer pálida de cabello negro, lo alertaron, estaba en serios problemas. Por el diminuto cambio de tono de voz, lo supo.

—Es... Solo... No se como mirar a Noya-san, lo... Decepcioné, a todos...¿Cómo puedo volver? ¿Y si no me dejan?

Una vez frente al hogar de los Azumane, tan solo entró estirando a su novio dentro, para luego ver como de manera distraída el peli marrón cerraba la puerta. Por ende, si bien cerró ya la puerta, ella se acercó tomó su rostro con tal delicadeza y dulzura que las mejillas se le calentaron.

—N-Netta...

—Eres un Baka, ellos siempre están atentos a por si vuelves. Te esperan porque un pilar nunca deja de ser pilar una vez lejos, sigue siéndolo porque cada uno te recuerda, te tiene presente. Eras y siempre serás su estrella. —la determinación, paciencia y dulzura que mostraban aquellos ojos color pardo claro al verlo, hizo quedarse atontado—, Si te caes, te levantas. No estás solo, nos tienes, me tienes. Así que no te rindas.

—Netta... Gracias —susurra juntando tímidamente sus frentes.

—Además ~, he escuchado que los de primer año se acercaron a ti, pidiendo ver a "la gran estrella", al "As de Karasuno". ¿Porqué no nos premias con ese regalo sencillo?

Al escuchar aquello Azumane Asahi la abrazó más al deslizar su mano por la cintura de su novia, bastante avergonzado y nervioso, ¿cómo se enteraba de todo? Se sentía eufórico, distinto.

Se oculta en el cuello y hombro de su novia, quien ríe levemente al sentir cosquillas con la pequeña barba suya rozarla.

—Eres Baka, pero mi Baka. Lo harás bien, si es necesario te acompañaré hasta la cancha.

Al escuchar aquello, mientras sentía como acariciaba con dulzura su nuca, lo convirtió en un ratito en un manojo de nervios balbuceando cualquier excusa.

Consiguiendo que ella se volviera a reír, por ende, aprovechando el bug, lo beso dulcemente, para tranquilizarlo. Y a pesar que parecía haber empeorado sus nervios, lo había tranquilizado con tan sencillo roce de sus labios sabor cereza.

—T-te amo, pandita.

—Te amo, mi oso pardo.

Una vez la confianza y apoyo moral habían cerrado el momento con broche de oro, se dirigieron a terminar de una vez el trabajo Práctico para tener tiempo a ese hecho. Azumane Asahi volvería.

Tal vez volver al equipo de Voleibol no le haría mal, tal vez le esperaban más sorpresas este último año.




















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Hola! Bienvenidos a esta historia, será cortito pero con capítulos largos, constará de siete caps más epílogo. Espero que lo disfruten, en esta parejita hay muchas sorpresas. ¿Les gustó?
¡Nos leemos pronto!

¿Oso pardo? || HaikyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora