"Últimamente me estoy perdiendo en ti, despedace tu mundo como si no fuera nada nuevo, nunca sangre demasiado cuando no tenía que hacerlo y me rendí en una vida que no he vivido".
Dicen que sentir el amor es como poder volar hacia el cielo pero en...
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Jeon Jungkook era el mejor amigo de Taehyung y por ende, parte de su grupo de amigos. Él asiste a la misma secundaria que nosotros pero aún así, casi nunca compartí más allá de un saludo con él.
Taehyung se acercó a mí, tomó mi mano y me llevó a un sitio algo alejado de Jungkook.
—Sé que no debería pedirte esto pero necesito que dejes a Jungkook pasar la noche aquí —me dijo. Podía leer en sus ojos que realmente esperaba que yo aceptará.
—No lo sé... mi padre no está pero no lo conozco, Tae —sustenté. Se que debía extenderle mi mano caritativa a Jungkook por ser el mejor amigo de mi novio pero al mismo tiempo, me sentía cohibida por él.
—Por favor, jagui. Sus padres lo van a castigar si se dan cuenta de que ha bebido —sus pestañas se movían lentas sabiendo que sería suficiente un par de palabras para convencerme.
—Pero, ¿No sería peor si él no llega a dormir a su casa? —le pregunté cruzándome de brazos.
—Llame a su casa y deje dicho que él estaría en mi casa está noche —excusó él. Taehyung pasó su mano por su cabello alborotando ligeramente su peinado y sus labios permanecían en un fina línea—. Pero mis padres no van a querer que él se quede así como está ahora.
Bufe dudando sobre qué hacer. Por una lado, podía acogerlo en mi hogar sin problemas y por otro podía dejar a Jungkook sólo en el problema en que se metió. Pero como siempre, mi lado samaritano salió a brillar otra vez.
—Bien —susurré—. Puede quedarse.
Taehyung sonrió aliviado pellizcando mi mejilla.
—Gracias, jagui —expresó.
Besó mis labios de forma casta y rápida antes de dirigirse a Jungkook. Intercambio un par de palabras con él y desapareció por la puerta luego de despedirse de mí con un gesto en su rostro y moviendo su mano.
La mirada de Jungkook era profunda. Su postura era tan segura y no hay que recalcar que es mucho más alto que yo. Su cabello castaño ocultaba parte de su frente y aunque era muy guapo, también era algo... extraño. Al igual que Taehyung, tenía la complexión delgada pero la diferencia era que Jungkook tenía una constitución ligeramente más musculosa y sabía bien que varias de las chicas de la secundaria querían estar con él. No hubieron palabras para describir lo incómodo que se volvió este momento.
Y repare en que estaba con pijama y tenía el cabello revuelto.
Jugué con mis dedos, trague seco y me dispuse a romper con la tensión.
—Hola, Jungkook —salude tímida. Él no respondió, sólo seguía respirando—. Le he dicho a Taehyung que podías quedarte a dormir esta noche.
Él soltó un bufido, recargó su peso contra uno de los respaldos del sofá que adornaba la sala de mi hogar.
—No es necesario —dijo él mirando el suelo, especialmente a cualquier cosa que no sea yo—. Taehyung se ha ido, puedo irme si eso deseas.
