Mi historia comienza una noche en el bar Beic, un bar de poca monta en medio de la ciudad, es un excelente lugar para ir a bailar, conocer más personas, pues a pesar de que de vez en cuando en este bar la gente desaparece, el cantinero, Bill, siempre ha dicho que nadie desaparece sin algún motivo, y yo no creo tener motivos aún para desaparecer, pero ni siquiera tengo motivos para venir. Salvo que el licor es barato eso es cierto.
Esa noche llovía en la ciudad, desde que salí del trabajo que tenía, marcaron las 8 de la noche, tomé mi gabardina café junto con mi sombrero de copa y mi sombrilla, salí a la avenida principal y los letreros de neon ya habian prendido sus luces para alertar a todo el que pasara que se diera cuenta que la vida nocturna acaba de empezar. Abrí mi aplicación de taxi, marqué mi destino al bar que no está en el mapa y rápidamente aceptó el viaje, salí en cuento vi que un coche se estacionaba, abrí la puerta trasera de un auto negro y entré
¿Es usted el señor?...- me pregunta el chofer
Si, vamonos-
El coche aceleró y nos fuimos
¿una noche para divertirse?- me preguntó el taxista
Si-respondí- o si no en esta ciudad uno se vuelve completamente loco
No me sorprendió que aquel taxista conociera el bar, el resto del viaje se hizo en absoluto silencio, solo podía apreciar la ciudad, reconstruyendo los pilares de lo que alguna vez fue una sociedad, letreros neones, camaras y teconologia es lo que ahora existe, parece que no hay más.
El taxi me deja justo fuera del edificio donde está el bar, saló con mi sombrilla y gabardina lista, no me cayó ni una sola gota a la gran puerta donde estaba el bar, como siempre, toqué un par de veces y miré a la cámara de la esquina, sonó la voz del cadenero en un altavoz
¿Eres tu eh?, no quiero problemas esta vez-
Se abrió la puerta automáticamente, entré y bajé por las escaleras que daban al sótano, me quité la gabardina y el sombrero, los dejé en recepción para los ricos o paqueteria si no lo eres, una cortina de humo blanco siempre te recibía a tu entrada, con luces neones que cambian de colores con cada golpe de bombo, una oscuridad casi intolerable y un aroma a sexo, tabaco, eso era el bar Beic.
Mi camino a la barra estaba lleno de gente, todos vestidos de negro, la juventud y sus modas extrañas, me abrí paso y llegué a la barra, como siempre, estaba Bill sirviendo los tragos corriente que la mitad de los asistentes aman, el me miró ese día con más desprecio que otras veces
¿Vienes en modo rico o solamente estarás en esta maldita barra como cada noche?- me preguntó
Hazme un favor y cierra la boca Bill- le respondí a modo de advertencia- sirviente un poco de cerveza
Él obedeció y me dió un tarro enorme de algo que sabía y parecía cerveza, pero solo sabrán ellos con que nos hacen olvidar la cruda realidad, muchas personas de aquí era lo que necesitaban, negarse completamente al día a día, buscando una forma de como no suicidarse después de la gran pandemia.
Hey- Me dice alguien que también se había acercado a la barra, era Illian, su cabello estaba recogido, bien vestido, perfumado y con lentes nuevos- hace tiempo que no nos vemos
¿Me vas a vender un auto?- dije sin soltar mi cerveza y sin mirarlo
No, pero tomé mis decisiones y ahora estoy triunfando-
No estoy de humor para tus estupideces- dije mirándolo a los ojos
Escucha sé que...- insistió
¿No me escuchaste o quieres que te destruya tus bonitos lentes?- le advertí mientras lo tomaba por la corbata morada que tenía en el cuello
¿Todo bien?- preguntó Bill del otro lado de la barra
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El loco
Mystère / ThrillerSi eres fan de los babasonicos, esta historia te puede recordar una de sus canciones iconicas. Tan buena es que intento ampliar la historia de la canción trayendola a la segunda década del siglo XXI