El primer valiente en abrir la boca de hecho fue el chofer que dijo "Magia, esto es magia negra. Yo me largo de aquí".
"Espera" dijo el joven sin nombre. "No te olvides tu basura". Y de un gesto con la mano logro devolver al camión todo el montón de escombros que habría quedado en la pista, cerrar las puertas del camión y colocarle inclusive un candado enorme que apareció de pronto en medio de las puertas.
"Ahora sí, buen viaje" le terminó de decir el joven.
El chofer del camión, sin palabras, prendió el motor y se fue en extraña calma. Luego Javi y Adela se enterarían que ni bien partió ese señor, habría olvidado por completo todo lo que había ocurrido.
"Okay... ¿Qué tal si empezamos por lo básico?" preguntó Adela
"¿Gracias?" dijo el sujeto sonriendo.
"Mmm... si, ya vamos a llegar a eso. ¿Cómo te llamas?" preguntó Adela
"Ah! Me llamo Thiago. ¡Mucho gusto! ¿Ustedes son?" preguntó nuestro sujeto misterioso (ahora, llamado Thiago).
"Un gusto Thiago. Yo soy Adela y mi amigo...... ¿Javi? ¿Javi, estás bien? ¿Vas a hablar o qué?" respondió Adela.
¿Qué le pasaba a Javi? Se estarán preguntando. Bueno, no sólo que era primera vez que veía magia suceder frente a sus ojos. Sino que era la primera vez que notaba a Thiago de pies a cabeza y como hace mucho no le pasaba, le gustaba todo lo que veía. La sencillez en las prendas que lo vestían, su porte, su sonrisa, sus pelos desordenado y con tonos claros confundidos bailando con el viento. Pero sobre todo ahora que lo había escuchado hablar: su voz.
"Javi, en serio me estás preocupando. No se como explicar tu estado ahorita.." dijo Adela.
"Ehmmm... si. Hola. Soy Javier, tengo 30 años" es lo que nuestro tan querido Javi logró decir.
"Ah ¡Bueno saberlo! Yo tengo 35 años, primera vez que vengo a estos lares del Perú" dijo Thiago.
"Ah mira! Nunca es tarde, ¿no?" dijo Adela con lo que parecía la intención de una sonrisa cortes.
"Ahora, ¿nos podrás explicar de que trata lo que hemos visto?" preguntó Adela
"Ah sí, claro. ¿Cuánto tiempo tienen?" respondió Thiago.
"Mucho, de echo todo. Lo único que tenemos que hacer es estar mañana en Pimentel para poder ver una estrella fugaz que va a poder ser vista desde ahí" respondió Adela.
"Ah súper. ¿Que les parece si buscamos una playa por acá y disfrutamos un poco del viaje, relajamos los nervios y les cuento mi historia?" preguntó Thiago.
Adela estaba pensando si sería conveniente cortar la viada de su viaje al norte para alimentar su curiosidad de escuchar esta historia. Aún faltaban algo de 500km pero...era magia.
Magia, cuantas veces en su vida habría soñado con ver la magia actuar frente a sus ojos. A la vez, no tendría idea que implicaba este inesperado suceso para su querido amigo Javi.
"Me parece buena idea" dijo de pronto Javi. Ni siquiera se acordaba de haber decidido responder pero ya estaba hecho.
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Ese mágico camino al norte
Short StoryLa aventura de dos amigos que decidieron espontáneamente ir a la playa de Pimentel para ver una estrella fugaz y terminaron encontrando en el camino mucho más que eso. Esta historia fue inspirada en un viaje de carretera al norte del Perú, partiendo...