Eʀᴇs ᴇsᴘᴇᴄɪᴀʟ. | (MeliodasxTú) [[PAUSADO]].

𝐂 𝐀 𝐓 𝐎 𝐑 𝐂 𝐄.

Era un lugar completamente oscuro, no se escuchaba nada, ni siquiera los pasos de la elfa recorrer aquel lugar. Estaba bastante confundida, no sabía dónde estaba o qué hacía allí, solo seguía caminando esperando encontrar algo.

En el fondo vió una silueta, se acercó más para ver de quién se trataba a lo que empezó a correr para alcanzarla. Pero, al estar frente a la silueta aún no pudo distinguir de quién se trataba, era una sombra. Tenía ojos rojos oscuros y una altura más abaja de los hombros de la elfa.

"« Es hora de que vuelvas con nosotros. »"

Al instante salieron más sombras de grandes alturas mirando a la elfa con esos ojos rojizos. La elfa retrocedió empezando a correr intentado escapar de aquellas sombras que la seguían, pero fue en vano, esas sombras te atraparon, empezaron a consumir el cuerpo de la elfa.

Su cuerpo empezaba a tornarse de negro llenándose cada vez más su cuerpo hasta que la consumió por completo. Los ojos de la elfa se tornaron de el mismo color rojo como aquellas sombras haciéndola ver cómo una más de ellas.

(...)

Despertaste de golpe mirando a tu al rededor pensabas que solo había sido una pesadilla. Pero al fijarte bien de donde estabas te asustaste más. Era el jardín en dónde solías jugar de niña en el reino Mahoroba.

La elfa se levantó del lugar exaltada, no sabía que hacía allí ya que todo el lugar yacía completamente destruido hace muchos años por el clan demonio.

En el cielo viste a los demonios atacar el reino, todos gritaban de dolor y miedo, todos corrían y los guardias iban a defender su reino dando su vida.

Tus piernas corrían en dirección hacia la sala del trono. Tú no controlabas tu cuerpo, tu cuerpo se movía por si sólo, solo podías controlar tu vista.

Mientras corrías un demonio de acorraló, en ese momento tu cuerpo no reaccionaba. Por más que quisieras moverte no podías. La elfa sintió miedo y pánico en ese momento al ver como el demonio abría su boca listo para atacarla hechando fuego dirigido hacia ella, cerraste tus ojos con fuerza esperando el ataque.

Pero nunca llegó.

Abriste los ojos nuevamente sintiendo una cálida brisa. La elfa tenía la vista borrosa, no podía distinguir bien donde se encontraba ahora.

La elfa escuchaba una voz llamándola por su nombre. Lentamente su vista volvía a la normalidad. Al fijarse bien en dónde estaba era el mismo lugar de entrenamiento dónde Meliodas te entrenaba hace 3000 años.