1- 𝖡𝖾𝗀𝖾𝗇𝗇𝖾𝗇

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22 de diciembre ; 07:47 pm

Solo faltaban dos días para navidad y es por eso que ahora me encontraba junto a mi papá recorriendo una gran tienda de árboles navideños, árboles no artificiales sino de verdad.

—¿Cuál te gusta, Aly?

Fruncí mi ceño y miré a mi alrededor, éste año me tocaba elegir a mi cuál sería nuestro nuevo árbol. Detrás de unos árboles verdes un poco teñidos de blanco por la nieve que caía en este momento y sus troncos marrones congelados; pude ver uno que llamó mi atención por completo, tomé la mano de papá y comencé a caminar hacia aquel árbol.

Sus hojas eran de color de verde, estaba cubierto por una ligera capa de nieve pero lo que más me gustó es lo alto que es y el color de su tronco, blanco con algunas rajaduras negras.

—Este, este es perfecto —Dije con una sonrisa y voltee a ver a papá quien asintió completamente de acuerdo—. ¿Podemos llevarlo?

—Claro, no creo que quepa todo en la camioneta pero lo arreglaremos —Respondió viendo lo alto que es aquel árbol—. Quédate aquí, no te muevas mientras yo voy a buscar al dueño. Vigila que nadie más lo quiera.

—Entendido.

Se dio la vuelta comenzando a caminar hacia el interior de la tienda hacia el mostrador, una ventisca comenzó a soplar haciendo que ajustara la bufanda en mi cuello y tapara mi cabeza con la capucha de mi gran abrigo. Mi móvil vibro en mi bolsillo y con algo de torpeza por culpa de los guantes que llevo puestos lo logre sacar, la pantalla se encontraba iluminada con un mensaje de mamá quien pedía que compremos algunos adornos también. Una fuerte ventisca aún más fuerte que la anterior sopló provocando que mi móvil cayera de mis manos ante el susto, me agache a recogerlo cuando escuché el fuerte ruido de algo estrellarse contra el piso.

Levante la vista rápidamente viendo alarma a mi alrededor, uno de los árboles se cayó asustando a todas las personas; en eso otra ventisca haciendo que más de tres arboles cayeran también. Un grito fue lo que me alarmo, miré a mi alrededor y al principio pensé que era mi imaginación pero al contrario, frente a una pareja de adultos se encontraba un gran lobo rabioso acechándolos.

—¡Papá! —Empecé a gritar en su busca mientras trataba de llegar hacia el interior de la tienda—. ¡Papá!

Me quede petrificada en mi lugar cuando un lobo apareció frente a mi, un poco de sangre caía por su mandíbula y sus ojos rabiosos me miraban esperado algún movimiento de mi parte. No sabía qué hacer, los gritos a mi alrededor seguían y no paraban; comencé a dar pequeños pasos hacia atrás tratando de mantenerme lo más tranquila posible hasta que vi como el lobo trató de saltar sobre mi, solo eso me bastó para comenzar a correr lo más lejos posible, salte el alambrado que separaba el patio de la tienda donde los árboles se encontraban del bosque. Miré una última vez hacia atrás esperando ver alguna señal de mi papá o que por lo menos el lobo no me estuviese siguiendo pero para mi mala suerte no era ninguna de las dos, el gran lobo rabioso aún estaba detrás de mi.

Comencé a correr tan rápido como mis piernas pudieran, las lagrimas caían por mis mejillas en el momento en el que me interné en el bosque en busca de alguna escapatoria, seguí corriendo hasta que no oí mas los pasos y gruñidos del animal. Mi pie se atasco en algo provocando que cayera de cara al piso, en eso sentí algo crujir debajo de mí mientras sentía mi mentón y parte de mi cara arder; me levanté rápidamente buscando qué había sido ese ruido y era mi móvil en el piso con la pantalla completamente partida, lo tomé con la esperanza de poder llamar a papá pero el táctil no funcionaba.

Me deje caer hacia atrás apoyando mi espalda en el tronco de un árbol y con mi móvil alumbré a mi alrededor, no se veía ni una sola luz a lo lejos que me diga que el pueblo está cerca o algo siquiera. No sabía qué hacer, estaba completamente aterrada.

Quería gritar en busca de mi papá pero sabía que si lo hacía lo más probable era que el lobo me escuchase y viniera por mi que es lo que menos quería, en la oscuridad de la noche mientras trataba de cubrirme lo más posible con mi abrigo recordé lo que mamá me decía cada vez que veíamos películas.

"-Lyssa, si te llegas a perder ya sea dónde sea; no te muevas de tu lugar ¿Si? Es más fácil encontrar personas perdidas cuando estas no se mueven de su lugar y yo quisiera que te encuentren"

Y allí permanecí despierta asustada por todos los sonidos de los animales que habitaban en ese bosque hasta que mis ojos no aguantaron más y simplemente me dormí.

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⏰ Última actualización: Apr 05, 2020 ⏰

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𝗔𝗹𝘆𝘀𝘀𝗮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora